Mas, en todo, caridad

Movida anda la agenda de la Iglesia, entre otras razones por la celebración, estos días, de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal, previa a la próxima Asamblea de renovación de cargos, excepto el de Secretario General, y a la Visita Ad limina apostolorum.

Una visita que tendrá algunas peculiaridades de forma y agenda en relación a los encuentros que so obispo tengan con el Papa. Quizá lo más interesante de la Visita Ad limina sea palpar no los hechos, los datos, o los textos, sino los contextos, el ambiente, los vientos alisios que soplarán en direcciones varias…

Dos ejemplos recientes de movimientos en la agenda. El diario “Avvenire” del 28 de enero, y menos mal que lo publica este periódico, ha ofrecido una extensa noticia sobre la presencia del P. Lombardi en Toledo, con motivo de la concesión de un premio y de una conferencia por la celebración del XX Aniversario de la Radio de Toledo y el XV del canal diocesano. Por la página web de estos medios sabemos que era un galardón de Toledo y no el de los premios Bravo, con lo que el P. Lombardi habrá sacado un bono en las líneas aéreas Roma-Madrid-Roma solo para recoger premios en España.

Pero hete aquí que no hay que despistarse mucho de lo que pasa en Toledo, una Iglesia mucho más viva de lo que se piensa y con una actividad nada desdeñable.

En días pasados estuvo otro embajador romano, en este caso el laico con más influencia en la Santa Sede,  el doctor Guzmán Carriquiry, o como dijo el delegado de Apostolado seglar de Toledo, Isaac Martín, “el laico con más proyección en estos momentos en la Iglesia católica”.

Guzmán Carriquiry pronunció una interesante ponencia, ante cerca de un millar de fieles, en la que destacó la importancia de que los cristianos vivan la llamada universal a la santidad, desde la novedad constante del Evangelio, como un proceso de conversión personal que lleva progresivamente a dar testimonio de la fe en medio del mundo y a contribuir a la realización del bien común en la sociedad.

Por último, no se nos puede pasar el hecho de que el arzobispo Castrense, monseñor Juan del Río, haya puesto en marcha la Cáritas del arzobispado Castrense. Una genial iniciativa muy en sintonía con la Evangelii Gaudium. En la rueda de prensa de presentación de la Cáritas castrense, como dicen las crónicas periodísticas, el todo por la patria se convirtió en el todo por la caridad. Mejor sería decir aquello de san Agustín, “Mas, en todo, caridad”.  

José Francisco Serrano Oceja


 
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