Demasiada pedagogía y psicología
Ciertas dosis de pedagogía y de sicología son necesarias. Pero asistimos a un empacho brutal de estas ciencias, eso en el caso de que sean ciencias, porque algunos se presentan como seudocientíficos, rayando en formas de brujería o chamanismo.
En las 400 páginas (depende del formato) de los nuevos planes universitarios de Bolonia no aparece la palabra "verdad" o búsqueda de la verdad en ninguna de ellas. Todo son capacidades, actitudes, destrezas, transversalidad, igualdad de género, creatividad. El número de trastornos de la personalidad ha aumentado en un 100 por 100.
La gente llega de Cancún de un mes de vacaciones, y necesita un mes para adaptarse al trabajo por el shock-trauma de la post-vacación. Hace 30 años llegabas de quince días en la costa, cinco en un seiscientos y con unas retenciones de cuatro horas y al día siguiente a currar.
No se habla de virtudes (fuerza, hábito costoso bueno) sino de valores. Puedo admirar el valor del trabajo, pero ser muy vago. Se sustituye el criterio de “verdad” por el de sinceridad, conmigo mismo, o con lo socialmente aceptado.
En los colegios e institutos nadie se atreve a dar una aspirina a una alumna o alumno, sin el consentimiento de sus padres y o tutor. Y para las notas en el tablón se utiliza el número del alumno o su carnet de identidad, para proteger su intimidad; aunque de paso, con tanto número el profesor se pueda equivocar y dar por presentado a alguien que no se presentó, cosa que con la lista tradicional era más difícil. No todo es progreso.