Mostrar la cruz como lo hace Djokovic, la mejor respuesta a la ofensa de los Juegos Olímpicos
Los organizadores de los Juegos Olímpicos de París se disculparon con aquellos que se sintieron ofendidos por la parodia de la Última Cena drag queen durante la ceremonia de apertura. Para los obispos franceses y muchos católicos, esta escena arremetía contra la fe de muchos cristianos porque "incluía escenas de burla y escarnio del cristianismo".
Sí, las reacciones por parte de cristianos de todo el mundo (y no cristianos) no se han hecho esperar esta vez, y ha sido una repuesta valiente porque ya está bien de arremeter contra los cristianos y callar siempre.
Sin embargo, la mejor respuesta que he visto en estos Juegos Olímpicos ha sido la del tenista servio Novak Djokovic, mostrando su cruz ortodoxa que cuelga a su cuello tras vencer a nuestro querido Nadal.
Una imagen que ha dado la vuelta al mundo sobre todo en las redes sociales. Como indica el periódico La Razón, "muchos usuarios se han hecho eco de ello en redes sociales y se ha convertido en un símbolo para los cristianos de todo el mundo que consideran el gesto del tenista como una clara respuesta a unos Juegos "satánicos" y a la blasfemia que se vivió durante la ceremonia de apertura con la burla a "La Última Cena".
En ocasiones como estas, la mejor respuesta contra la ofensa no es arremeter contra quien te ha ofendido, -aunque es un gesto de valentía no quedarse callado tampoco- sino mostrar abiertamente tu fe, testimoniar, santiguarse, dar gracias a Dios, poner a Dios por testiigo, hablar de Dios sin criticar al que se mete contigo.
Eso es lo que ha hecho Djokovic y por ello le doy las gracias.
La animadversión contra el cristianismo llega hasta tal punto que el COI ha obligado al surfista brasileño, João Chianca, a borrar de su tabla al Cristo Redentor por “neutralidad”. Sin embargo, como él mismo ha manifestado, “los juegos tienen reglas estrictas y se centran en la neutralidad total”, Sin embargo, no prohíbe, el uso de símbolos como el velo islámico, al considerarlo “cultural”, y no parece haber tenido en cuenta esta misma norma a la hora de representar la Última Cena.
Con todo lo que estamos viendo, yo ahora más que nunca me cuelgo la cruz, la medalla y el rosario.
Zenón de Elea.
