Atraídos por la belleza que nos salva

Javier Barraca, profesor de filosofía de la Universidad Rey Juan Carlos, presenta un ensayo para "un reencuentro contemporáneo con lo bello"

Javier Barraca Mairal.
Javier Barraca Mairal.

El profesor de filosofía de la Universidad Rey Juan Carlos, Javier Barraca Mairal, ha escrito un personalísimo ensayo sobre la belleza. Un “Ensayo para un reencuentro contemporáneo con lo bello”.  

Y lo ha editado en una editorial universitaria que se caracteriza por el prestigio en su catálogo de pensamiento filosófico. 

    Después de varias incursiones por los campos de la literatura, Barraca afronta la cuestión de la belleza, que no es una cuestión menor, incluso como vía propedéutica para la propuesta cristiana.  

    Se podría decir que es necesario, en un mundo de complejidades y confusiones, en un mundo en el que para entendernos hay que, primero de todo, definir los conceptos, comenzar por dejar claro qué entendemos por belleza, y con qué conceptos la relacionamos. 

John Keats escribiría en “Oda a una urna griega” que “la belleza es verdad, y la verdad belleza/todo esto se sabe en esta tierra y nada más hace falta”. 

    Dicen que el hombre postmoderno tiene una especial sensibilidad por la belleza, ha desarrollado un olfato para esta realidad que nos trasciende. Quizá lo que haya ocurrido es que, así como se han puesto patas arriba la verdad y el bien, no se ha conseguido producir ese efecto con la belleza.

    Para el profesor Barraca, los autores de referencia, en gran parte del libro, son Alfonso López Quintás, Robert Scruton, Jesús Montiel, y en cierta medida Lévinas y Julián Marías. 

Podríamos decir que su concepción de la belleza se adscribe en el contexto de la filosofía personalista. 

    Lo que tiene este libro como característica singular, además de los ejemplos personales que introduce el autor, que siempre dan viveza al texto, es una presentación a modo de tesis sobre el objeto de estudio, que va desgranando o desarrollando y sobre las que articula el contenido. 

 

    He aquí algunas de las tesis principales: 

  • La enseñanza germial contenida en lo bello: la llamada de la belleza constituye una vocación profundamente humana.
  • Un apelación ética en lo bello: la belleza no es propiedad de nadie. 
  • Lo bello manifiesta nuestro ser relacional, comunicacional.
  • Lo bello nos remite a lo único e irrepetible, el rostro de la persona. 
  • Lo bello nos invita a transformarnos en creadores. 
  • La armonía de la belleza conduce a la actitud vital de la gratitud. 
  • Lo bello nos refiere a una belleza con mayúsculas.     

Añade además dos reflexiones sobre cuestiones de actualidad: la relación entre belleza y medioambiente, es decir, la belleza de lo dado en la naturaleza, de lo creado, y otra sobre la Inteligencia Artificial, para concluir con un capítulo, “La belleza inasible” en el que se reflejan el pensamiento tanto de Juan Pablo II como de Benedicto XVI.  

Si trasladamos lo contenido del libro al plano teológico, tengamos en cuenta que el dualismo que ha provocado la modernidad ha terminado por emponzoñar nuestra percepción de la relación entre naturaleza y gracia, ha roto la conexión entre la experiencia cristiana de Dios y la humanidad de lo humano. 

Ha roto  la unidad de la estética, la ética y el logos, y la del alma y el cuerpo, y ha seguido multiplicando sin cesar las fragmentaciones y divisiones, hasta llegar a cosas como las “inteligencias múltiples”. 

De ahí que hemos caído, ojo, también en la Iglesia, en las redes de las sutiles metamorfosis que banalizan, aplanan y vacían las realidades basales, por ejemplo, las virtudes teologales, que expresan de forma sintética la novedad de la vida en Cristo. 

La fe se transforma en creencias, en un conjunto de nociones o ideas sobre Dios, el hombre y el mundo; la esperanza en optimismo o en el mito del progreso; y la caridad cristiana en una solidaridad. Y la inteligencia se reduce a razón, y la libertad deja de tener un fin, un telos, fuera de sí misma; deja de ser la condición sine qua non del amor a los seres y a Dios. 

En cuanto a la belleza, pasa a ser algo decorativo y superfluo, marginal, reducido más cada vez a sus aspectos meramente formales. Contra esto escribe Javier Barraca. 

Vivir la Belleza

Javier Barraca Mairal

Universidad Pontificia de Salamanca

 Vivir en la belleza
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