¿Qué santos se celebran hoy, domingo 29 de septiembre de 2024? Lista completa del santoral cristiano

El 29 de septiembre la Iglesia Católica celebra la fiesta de tres Santos Arcángeles: San Rafael, San Gabriel y San Miguel.
El 29 de septiembre la Iglesia Católica celebra la fiesta de tres Santos Arcángeles: San Rafael, San Gabriel y San Miguel.

El domingo 29 de septiembre de 2024, la Iglesia Católica celebra la festividad de los tres santos arcángeles: San Miguel, San Gabriel y San Rafael.

San Miguel, arcángel 

El Príncipe de la milicia celestial conduce la batalla contra las fuerzas del mal. La Iglesia latina lo celebra el 29 de septiembre, pero su culto es casi universal. A lo largo de la historia y por doquier le han sido consagrados muchos lugares por ser el defensor de la Iglesia y de la fe cristiana.  

Miguel y Lucifer. También en la Divina Comedia hay un espacio para describir el duelo mortal entre aquel que la biblia llama "comandante supremo del ejército celestial" y el jefe de los ángeles rebeldes que decidieron prescindir de Dios y fueron alejados de su presencia para siempre. Según la tradición, el Arcángel Miguel es el Príncipe que lucha contra el mal, de cuyos asaltos defiende perpetuamente la fe y la Iglesia. (Cf Apocalipsis 12,7-8). Incluso Dante, en 1200, muestra cómo se reconoce el poder de intercesión atribuido a esta entidad espiritual, muy venerada tanto en Oriente como en Occidente.

"¿Quién es como Dios?"

En el mundo no solo hay catedrales, santuarios, monasterios, capillas - sino también hay muchas montañas, cuevas, colinas - dedicadas al Arcángel Miguel, cuyo nombre, mencionado cinco veces en la Sagrada Escritura, deriva de la expresión "Mi-ka-El", es decir, "¿quién es como Dios?". (Cf Daniel 10,13). Debido a su secular popularidad después de haber vencido la peste de la Ciudad de Roma, la estatua del Ángel guerrero que envaina su espada sobre el Castillo del Sant'Angelo, ha sido también el centro de otras numerosas historias y anécdotas. Una de ellas data del 13 de octubre de 1884.

La súplica de León XIII

El 13 de octubre de 1884, habiendo terminado de celebrar la misa en la capilla del Vaticano, León XIII se detuvo unos diez minutos. Su rostro, según los testigos, revelaba tanto terror como asombro. Entonces el Papa Pecci se recluyó apresuradamente a su estudio, se sentó a la mesa y escribió una oración al Arcángel Miguel. Media hora más tarde llamó al secretario y le dio el papel con la orden de imprimirlo y enviarlo a todos los obispos del mundo para recitar la oración al final de la misa. León XIII dirá que en esos pocos minutos tuvo una escalofriante visión de "legiones de demonios" atacando a la Iglesia casi hasta el punto de destruirla y que fue testigo de la intervención defensiva y decisiva del Arcángel Miguel. "Entonces -dijo- vi al Arcángel san Miguel intervenir no en ese momento, sino mucho más tarde, cuando la gente había multiplicado sus fervientes oraciones hacia el Arcángel". La oración cayó en desuso con el tiempo, pero fue recordada por san Juan Pablo II durante la oración del "Regina Caeli" del 24 de abril de 1994: "Invito a todos a no olvidarla - dijo el Papa Wojtyla - sino a recitarla para obtener ayuda en la batalla contra las fuerzas de las tinieblas y contra el espíritu de este mundo".

San Gabriel, arcángel

 Es el mensajero de Dios, conocido por su aparición en las Escrituras, especialmente en la Anunciación a la Virgen María, donde le reveló que sería la madre de Jesús. Su nombre significa "fuerza de Dios", y es el patrono de los mensajeros, periodistas y comunicadores.

En 1951 Pío XII lo proclamó Patrono de las telecomunicaciones.  

 

San Rafael, arcángel

Es el sanador, cuyo nombre significa "medicina de Dios". En la Biblia, acompaña a Tobías en un viaje y le devuelve la vista a su padre. Es el protector de los viajeros, los jóvenes y los matrimonios.

Su culto se atestigua a partir del siglo XI; el calendario litúrgico fija su fiesta el 29 de septiembre, con los Santos Arcángeles Miguel y Gabriel. Su nombre viene del hebraico “Rafa-El”, que significa “medicina de El” y se contrapone al demonio Asmodeo “el que hace perecer”. 

Conclusión 

Esta festividad celebra no solo su papel como servidores y mensajeros de Dios, sino también como defensores y protectores de la humanidad, reflejando la importancia de la misericordia divina y la lucha contra el mal. 

 

 

 

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