“La persona mayor es un tesoro de la sociedad y no una carga”, afirma el presidente de Vida Ascendente

Los obispos presentan un documento para cuidar a los mayores y animan a los fieles a implicarse en la defensa de sus derechos

Álvaro Medina y Mons. José Mazuelos.
Álvaro Medina y Mons. José Mazuelos.

El presidente de la Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida, Mons. José Mazuelos, y el presidente del Movimiento Vida AscendenteÁlvaro Medina, han presentado el documento «Orientaciones para la pastoral de las personas mayores: La ancianidad: riqueza de frutos y bendiciones».

El documento invita a toda la Iglesia a reclamar los derechos de los mayores, en concreto, a las pensiones bajas, viviendas no adecuadas a las limitaciones de movilidad, complicaciones en las ayuda a la dependencia, atención sanitaria deficiente, dificultad para el acceso al mundo digital o a la necesidad de ser acompañados en hospitales y residencias y a recibir atención espiritual, según afirma el movimiento eclesial Vida Ascendente. 

La soledad es un problema 

"¿Qué entendemos por una persona mayor? Definimos a una persona mayor aquel que por distintas razones, su vida cambia: los hijos se emancipan, el trabajo termina y empiezas a sentir que hay un nuevo camino de la vida que hay que afrontar. Se han ido compañeros de viaje y uno empieza a sentir soledad, y la soledad es un problema", ha expuesto Álvaro Medina, en la rueda de prensa conjunta celebrada en la Conferencia Episcopal. 

"El mayor es un tesoro para la sociedad, no una carga, y no es digno de descarte, porque puede transmitir muchos conocimiento y también la fe", ha afirmado Medina.

El presidente de Vida Ascendente ha afirmado que la sociedad tiene que ver al mayor  como agente de pastoral, aquellos p que están en condiciones de trabajar dentro de la Iglesia y otras personas que tienen que ser atendidas. 

Críticas de Mazuelos 

Por su parte, el presidente de la Subcomisión para la Familia y Defensa de la Vida de la CEE, José Mazuelos, ha criticado que se promuevan leyes como la de dependencia que luego se aplica en función de los intereses del Gobierno de turno.

Ha sido especialmente duro con la brecha digital que sufren los mayores y ha lamentado que los políticos faciliten a los bancos la reducción de personal pero no atiendan a las personas que más dificultades tienen para acceder a los medios telemático. "Estamos más dedicados a otro tipo de leyes que a atender a los mayores", ha añadido.

El documento también aborda cuestiones como la soledad o la necesidad de acompañar y ayudar a las familias en el cuidado de sus ascendientes, sobre todo de los que son más dependientes.

Familia y mayores 

En este sentido, una de las propuestas del texto es la de "habilitar los medios necesarios para apoyar a las familias, buscando estar presentes cuando necesiten cuidar de los abuelos y ancianos, ya que las familias deben ser un hogar para las personas mayores".

 

En concreto, cita la necesidad de que los agentes de pastoral y voluntarios que se dediquen a este colectivo tengan una formación específica, así como se creen grupos que den soporte a los familiares que ejercen de cuidadores, de modo que se puedan tomar un respiro de vez en cuanto.

Estas orientaciones pretenden ser un acicate para relanzar la pastoral de las personas mayores en las parroquias y en las diócesis, siempre teniendo en cuenta las iniciativas ya existentes. 

El valor de la vejez

Los obispos de la Subcomisión definen la ancianidad como un tiempo de graciaque puede ser de especial vitalidad. “En la vejez –destacan- la esperanza no nos instala en la pasividad, sino que hasta el último momento tenemos la oportunidad de ser testigos de aquel que se hizo hombre para salvarnos”.

Las personas mayores ante todo son esposos, hermanos, abuelos de otras personas. Por lo tanto, “queremos poner de relieve que el lugar natural de las personas mayores es su familia, donde, por una parte, tienen mucho que aportar y, por otra, deben ser acogidos, cuidados, respetados”. También recuerdan que son depositarias de la sabiduría y de la historia de la comunidad, “un elemento indispensable de equilibrio y fiabilidad”.

Propuestas y conclusiones

El documento termina con unas propuestas y conclusiones:

  • Promover la pastoral de las personas mayores en las parroquias y en las diócesis.
  • Habilitar los medios necesarios para apoyar a las familias.
  • Organizar un «Congreso anual de Pastoral de jóvenes jubilados, abuelos y personas mayores».
  • Celebrar las Jornadas referidas a las personas mayores, tanto en el ámbito civil como en el eclesial.
  • Suscitar la realización de encuentros diocesanos con personas mayores.
  • Reclamar los derechos de los mayores.
  • Alentar la formación del voluntariado de pastoral de las personas mayores.

 

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