Las clarisas de Belorado llaman a la Guardia Civil y echan a los enviados del Comisario Pontificio

La denuncia contra Mario Iceta y el requerimiento de una patrulla se interpretan "como gestos de hostilidad que manifiestan la nula intención de la comunidad de establecer cualquier diálogo con la persona designada por la Santa Sede"

Sor Isabel de la Trinidad, Sor Sión y Sor Paz, a la salida de los juzgados de guardia de Burgos. - Foto: Santi Otero (EFE)
Las clarisas de Belorado llaman a la Guardia Civil y echan a los enviados del Comisario Pontificio.
  1. Tres enviado del Comisario Pontificio 
  2. "No son bien recibidos"
  3. El apoderado decide esperar dentro del convento 
  4. Gestos de hostilidad 
Sor Isabel de la Trinidad, Sor Sión y Sor Paz, a la salida de los juzgados de guardia de Burgos. - Foto: Santi Otero (EFE)
Sor Isabel de la Trinidad, Sor Sión y Sor Paz, a la salida de los juzgados de guardia de Burgos. - Foto: Santi Otero (EFE)

Las clarisas del monasterio de Belorado (Burgos) continúan en sus trece. A pesar de que el Comisario Pontificio designado por la Santa Sede, Mario Iceta, arzobispo de Burgos, mantiene "su voluntad de tender puentes y encontrar vías adecuadas para alcanzar una solución", los últimos hechos ocurridos a medio día de hoy (6 de junio) no parecen indicar la voluntad de las monjas de dar marcha atrás ni de ofrecer un camino de entendimiento. 

Tres enviado del Comisario Pontificio 

Al medio día de hoy, el Comisario Pontificio ha enviado a tres personas y una notario para hablar con las monjas y, sobre todo, con las más mayores, con el fin de establecer alguna línea de diálogo e interlocución con las hermanas. Las clarisas les han echado y además, han llamado a la Guardia Civil. 

Las personas enviadas por Mario Iceta que se han personado sobre las 14 horas en el Monasterio de Santa Clara de Belorado eran las siguientes: ​Sor Carmen Ruiz, secretaria de la Federación de Clarisas Nuestra Señora de Aránzazu; ​Rodrigo Sáiz, apoderado del Comisario Pontificio, que tenía el deber además de comunicar las facultades jurídicas que le competen sobre la administración de los monasterios; ​Carlos Azcona, notario del Tribunal Eclesiástico, responsable de transmitir las notificaciones pertinentes de este Tribunal con respecto a la apertura del proceso canónico correspondiente a la declaración de abandono de la Iglesia católica.

Para realizar estas tareas se ha solicitado la asistencia de la Notario María Rosario Garrido, quien ha cursado los requerimientos oportunos, informa el arzobispado en un comunicado. 

"No son bien recibidos"

Tras ser atendidos por sor Belén en el torno y después por sor Sión en el locutorio, y pedir una entrevista con la exabadesa sor Isabel, ésta ha transmitido a través de sor Belén que, excepto la notario, los demás "no eran bien recibidos" en el monasterio y que deberían abandonarlo, requiriendo la presencia de una patrulla de la Guardia Civil en el caso de negarse.

Ha sido la notario la única que ha podido entrar y quien les ha hecho entrega de los requerimientos pertinentes, tanto civiles como canónicos.

El apoderado decide esperar dentro del convento 

Sor Carmen Ruiz y Carlos Azcona decidieron esperar fuera del monasterio mientras que Rodrigo Sáiz, a pesar de no dejarle entrar, decidió permanecer en el interior a la llegada de la patrulla de la Guardia Civil, haciendo valer el derecho que le asiste como apoderado del Comisario Pontificio.

Y dicho y hecho. Las clarisas han llamado a la Guardía Civil y se ha personado una patrulla. En ese momento Rodrigo Sáiz se ha identificado y muestra la documentación que le acredita como apoderado del Comisario Pontificio.

Ha sido entonces cuando la patrulla le ha indicado que se practicarán "diligencias a prevención" y que, a continuación, se entrevistarán con las religiosas. En ese momento, Rodrigo Sáiz ha abandonado el monasterio por su propia voluntad tras hablar con la Guardia Civil.

 

Gestos de hostilidad 

"La denuncia contra el Comisario Pontificio ante la Policía Nacional en Logroño, su posterior ratificación ante los juzgados de Burgos y el requerimiento de una patrulla de la Guardia Civil en Belorado, pueden interpretarse como gestos de hostilidad que manifiestan la nula intención de la comunidad de establecer cualquier diálogo con la persona designada por la Santa Sede y su equipo", concluye el arzobispado de Burgos. 

Mario Iceta junto a las hemanas María Javier Soto y Carmen Ruiz y el vicario judicial Donato Miguel Gómez.
Mario Iceta junto a las hemanas María Javier Soto y Carmen Ruiz y el vicario judicial Donato Miguel Gómez.

 

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