Educación y formación: las armas de Manos Unidas para erradicar el trabajo infantil

El papa Francisco saca tarjeta roja al trabajo infantil
El papa Francisco saca tarjeta roja al trabajo infantil

Este 12 de junio, se conmemora en Día Mundial contra el Trabajo Infantil. Una lacra en la que están involucrados 160 millones de niños en todo el mundo y que, para Manos Unidas, solo puede combatirse con educación y con políticas que garanticen la protección de los menores y la erradicación de la pobreza.

De los 160 millones de niños que trabajan, 79 millones lo hacen en labores peligrosas que condicionan sus vidas y por las que reciben salarios ínfimos. Todos estos pequeños se ven privados de su infancia, de su derecho a jugar y de su crecimiento físico y mental. Muchos de ellos deben abandonar la escuela, sufren traumas psicológicos y tendrán muchas menos posibilidades de progresar y de abandonar el círculo de la pobreza.

Para Manos Unidas, la pobreza está en la base del trabajo y las esclavitudes infantiles y es un deber de todos los ciudadanos del mundo erradicarla y prevenirla. 

Los más de 500 proyectos de desarrollo que apoya Manos Unidas cada año tienen como fin disminuir la brecha de desigualdad que separa a ricos y a pobres. Manos Unidas lucha desde hace 65 años para prevenir y atajar las causas que llevan a que millones de pequeños tengan que abandonar la escuela para emplearse en trabajos precarios y mal remunerados. Ante al trabajo infantil, no hay lugar para la indiferencia.

Combatir el trabajo infantil en Togo

El mercado de Hanoukope se encuentra en las afueras de Lomé, capital de Togo. Por un lado, existe el trabajo esclavo de niños que son vendidos por su familia, son propiedad de un patrón y no reciben ningún salario. No van a la escuela ni tienen derechos de ningún tipo. Por otro lado, hay niños que, debido a la falta de recursos de sus padres, en vez de acudir a la escuela trabajan desde pequeños más de 12 horas al día en condiciones penosas: los chicos como porteadores de mercancías, vendedores o mecánicos y las chicas, como sirvientas, vendedoras ambulantes o en restaurantes y bares.

Hay violencia y abusos sexuales no sólo entre las chicas; existen embarazos precoces, enfermedades sexuales y mucha miseria. También hay casos de abuso sexual en la familia, violaciones y víctimas del tráfico. 

En la actualidad, Manos Unidas colabora con las religiosas Vedrunas en un proyecto de apoyo a mujeres adultas con falta de formación para la realización de actividades generadoras de ingresos y a chicas jóvenes víctimas de violencia y malos tratos para reinsertarlas en la sociedad a través de la educación tanto escolar como profesional, y además sensibilizar a la población en general en estos temas de violencia de género y derechos de la mujer.

 

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