Ernesto Juliá Díaz chevron_right 19/08/20
Estaba saliendo de una residencia de mayores después de atender a un anciano que estaba pasando un mal momento de su enfermedad. Al llegar a la puerta de entrada dejé pasar a una mujer joven que empujaba con mucho cariño una silla de ruedas.
La mujer sentada en la silla me miró con una cierta sorpresa y, como titubeando un poco, me preguntó si podía robarme unos minutos. Esbozando una sonrisa…
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