Evangelio de Hoy

Amar a Dios y a los demás supone encontrarse con Dios y con los demás, hacerles hueco, para que Dios y los demás sean el fundamento de la propia vida

Cristo es la fuerza que todo lo puede. Pero no puede hacer nada si somos desagradecidos. Es preciso que nos dejemos vencer por el amor de Dios

Somos felices en la medida en que escuchamos, vivimos y difundimos la Palabra de Dios

Jesús nos enseña que hemos de perdonar siempre y que el perdón a los demás está muy relacionado con el perdón que recibimos de Dios

En la purificación del Templo Jesús anticipa su cruz y su resurrección, inaugurando un nuevo culto que se realiza en la comunión con Él

Para conocer el amor que Dios Padre nos tiene necesitamos hacer sitio en nuestro corazón al Espíritu Santo. Sólo gracias a él podemos decir “Abbá, Padre”, esto es, reconocernos hijos amados de Padre tan grande

Dios nos ha dado la capacidad de dar unos frutos maravillosos. El tiempo del fruto lo marca la generosidad del amor

Cualquier don recibido es una llamada a ponerlo al servicio de los demás. Dios cuenta con nosotros para salir al encuentro de las necesidades del prójimo con lo que somos y con lo que tenemos

Cristo, a diferencia de aquellos escribas y fariseos, vivía lo que predicaba. Fomentemos en nuestro corazón una actitud de servicio que nos lleve a vivir entregados continuamente a los demás

La medida del Señor es un amor sin medida que abraza a todos desde la Cruz. Pidámosle que nos conceda un corazón misericordioso como el suyo.

La petición de Pedro expresa el deseo de todo corazón humano de permanecer para siempre contemplando con gozo el rostro glorioso de Dios. A eso hemos sido llamados, a la bienaventuranza eterna. Pero para llegar a ella, el camino pasa por la Cruz

En un mundo lleno de caras largas, somos los cristianos los llamados a contagiar la sonrisa, fruto de sabernos hijos del Padre

El evangelio pone de relieve la autoridad del obispo de Roma como sucesor de Pedro y roca de la Iglesia: confirma al pueblo de Dios en la fe

Escuchemos a Jesús como los ninivitas oyeron a Jonás para poder alcanzar la conversión y el perdón de Dios

El Señor nos abre su intimidad y nos revela con el Padre Nuestro la confianza con la que debemos dirigirnos al Padre y qué es lo que conviene pedir

Jesucristo se ha hecho uno de nosotros. Hoy nos sale al encuentro en el dolor, el hambre, la persecución, y en el sufrimiento de los más vulnerables