Lecturas de hoy. Sábado 9 de Marzo de 2024

El publicano nos enseña que Dios no busca nuestra elocuencia ni nuestros méritos. Dios le concede su misericordia al hombre de corazón sencillo y humilde

¿Qué santos se celebran hoy, domingo 12 de mayo de 2024? Lista completa del santoral
Capilla Mayor o del Santo Rostro de la Catedral de Jaén
  1. Primera lectura
  2. Salmo Responsorial
  3. Versículo antes del Evangelio
  4. Evangelio
  5. Comentario

Lecturas del Sábado de la 3ª semana de Cuaresma

Primera lectura

Lectura de la profecía de Oseas (6,1-6):

Vamos, volvamos al Señor.
Porque él ha desgarrado,
y él nos curará;
él nos ha golpeado,
y él nos vendará.
En dos días nos volverá a la vida
y al tercero nos hará resurgir;
viviremos en su presencia
y comprenderemos.
Procuremos conocer al Señor.
Su manifestación es segura como la aurora.
Vendrá como la lluvia,
como la lluvia de primavera
que empapa la tierra».
¿Qué haré de ti, Efraín,
qué haré de ti, Judá?
Vuestro amor es como nube mañanera,
como el rocío que al alba desaparece.
Sobre una roca tallé mis mandamientos;
los castigué por medio de los profetas
con las palabras de mi boca.
Mi juicio se manifestará como la luz.
Quiero misericordia y no sacrificio,
conocimiento de Dios, más que holocaustos.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial

Sal 50,3-4.18-19.20-21ab

R/.
 Quiero misericordia, y no sacrificios

V/. Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. 

R/. Quiero misericordia, y no sacrificios

V/. Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
El sacrificio agradable a Dios
es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú, oh, Dios, tú no lo desprecias. 

R/. Quiero misericordia, y no sacrificios

V/. Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos. 

R/. Quiero misericordia, y no sacrificios

Versículo antes del Evangelio

No endurezcáis hoy vuestro corazón; escuchad la voz del Señor.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (18,9-14):

EN aquel tiempo, dijo Jesús esta parábola a algunos que confiaban en sí mismos por considerarse justos y despreciaban a los demás:
«Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior:
“Oh, Dios!, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos, adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo”.
El publicano, en cambio, quedándose atrás, no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: “Oh, Dios!, ten compasión de este pecador”.
Os digo que este bajó a su casa justificado, y aquel no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».

Palabra del Señor

 

Comentario

Dos hombres suben al templo a orar.

El primero parece que reza a Dios, su oración quiere ser una acción de gracias dirigida a Dios, pero en realidad es una exhibición de sus propios méritos. Se mira a sí mismo, se reza a sí mismo.

Encontrándose incluso en el templo, no siente la necesidad de postrarse ante la majestad de Dios; está de pie, se siente seguro.

Encerrado en sí mismo, desprecia a todos los que no son como él.

Es incapaz de rezar desde el corazón, incapaz de examinarlo para evaluar sus pensamientos, sus sentimientos, y dejar que Dios le quite toda arrogancia e hipocresía.

El publicano en cambio, el otro, se presenta en el templo con espíritu humilde y arrepentido.

Su oración es muy breve: «¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy un pecador!». Nada más.

Si el fariseo no pedía nada porque ya lo tenía todo, el publicano sólo puede mendigar la misericordia de Dios.

Busca la intimidad y el silencio para encontrarse con Dios.

Presentándose con las manos vacías, con el corazón desnudo y reconociéndose pecador, el publicano nos muestra la condición necesaria para recibir el perdón del Señor.

El camino de la oración es así el camino hacia nuestro corazón, allí donde Dios nos encuentra y nos habla.

Video del día

Los efectos del hachís o el cannabis sobre los más
jóvenes han quedado demostrados: hay un gran
riesgo de enfermedades mentales
Comentarios