La misteriosa carta de Bru y Moreno a Manglano

Archidiócesis de Madrid. Catedral de la Almudena.
Archidiócesis de Madrid. Catedral de la Almudena.

Circula por entre el clero de Madrid una supuesta carta, a estas alturas no hemos podido confirmar si en versión alfa o beta, que los Delegados de Catequesis, Manuel María Bru, e Infancia y Juventud, Laura Moreno, le habrían supuestamente enviado a José Pedro Manglano, fundador de Hakuna.

En la carta el tándem Bru-Moreno, Moreno-Bru, le echan un rapapolvo a Manglano de aúpa y con toda la artillería. ¿Motivo? La iniciativa “Kerygma 2024-2025” del Movimiento Hakuna, que es como decir, una misión entre los jóvenes en toda regla. Vamos, lo propio de quien tiene el mínimo sentido apostólico.

Manglano… que si no lo has consultado, que si las catequesis deben ser según la norma diocesana, que si cómo te atreves a hacer promoción en las Universidades sin que lo sepan los de Pastoral Universitaria, que si el cardenal arzobispo dice que … Como ven, todo muy alentador.  

Y como en el periodismo los procedimientos son elocuentes, decimos que “supuestamente” le habrían enviado la carta a Manglano, porque cuando hemos querido contrastar la información hemos vivido una serie de episodios que ni en el camarote de los hermanos Marx.

Por cierto, nuestras fuentes aseguran que la carta existe, se envió, se ha recibido y ha temblado el misterio.

Con quien primero contactamos fue con la responsable de Medios del arzobispado de Madrid que en la primera llamada no pudo coger el teléfono. Entonces, la segunda actuación, dirigida al firmante de la carta que, de forma no precisamente educada, nos colgó el teléfono. La tercera, al destinatario de la carta. Tampoco cogió el teléfono. 

Ya, por último, después de un tiempo considerable, la responsable de Medios del Arzobispado tuvo la gentileza de decirnos que la carta no se ha enviado, -luego deducimos que existe-, y que Hakuna está trabajando en la catequesis con el obispado y con la delegación. ¿Argumento post hoc, ergo propter hoc?

Nos da que no estamos hablando de una carta menor, ni de una cuestión menor. Lo curioso es que este proceder no le pega al cardenal José Cobo, que sabe de sinodalidad y de libertad en la Iglesia. Eso de que quiera controlar a todo el que se mueve no encaja en su talante. A no ser que no sea el cardenal, sino los que le rodean.

 

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