Reflexiones del obispo Barron sobre la JMJ: una “confabulación internacional” de jóvenes católicos sin signos de agotarse

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El obispo de la diócesis de Winona-Rochester en Minnesota y fundador de Word on Fire Catholic Ministries, Robert Barron.

El obispo de la diócesis de Winona-Rochester en Minnesota y fundador de Word on Fire Catholic Ministries, Robert Barron, ha regresado de la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa con muy buenas sensaciones.

Aunque ya había asistido a las celebraciones en Madrid (2011), Cracovia (2016) y Panamá (2019), para él, esta ha sido la más memorable.

A pesar de que los detractores siempre han pedido su desaparición esta confabulación internacional de jóvenes católicos no muestra signos de agotarse.

Cinco han sido las veces que el obispo Barron ha tenido la suerte de hablar con los jóvenes en Lisboa y ninguna ha pasado desapercibida. Su primer compromiso fue con una gran multitud de jóvenes de Francia, debido a que estudió en París el doctorado.

"Les hablé de su propia herencia espiritual maravillosa, tan ricamente expresada en las grandes catedrales de Amiens, Reims, Notre Dame de Paris y Chartres, edificios que me habían sonado tan poderosamente cuando era estudiante en su país. Y los insté a no ceder ante el secularismo de moda de nuestra época, una ideología que efectivamente mata el espíritu", detalla el obispo.

Su siguiente charla fue dirigida a un grupo de maestros, profesores y administradores sobre el tema de la educación católica. Lo que más le conmovió fue "el afán y el entusiasmo de los jóvenes eruditos y aspirantes a maestros que me escucharon esa tarde".

No sólo habló con pequeños grupos sino que también proyectó su voz ante 12,000 jóvenes estadounidenses que se habían reunido en un gran parque en la sección norte de Lisboa. Su diálogo culminó con el recordatorio de que, "aunque nuestra cultura está obsesionada con la seguridad, una religión que coloca ante nuestros ojos regularmente la imagen de un hombre clavado en una cruz no es una religión que le dé mucha importancia a la seguridad".

La cuarta charla fue con quinientos jóvenes que se agolparon para una de las catequesis-diálogo oficiales donde mostró la verdadera naturaleza de la libertad.  "La auténtica libertad no es hacer lo que a uno le place, sino disciplinar el deseo para hacer posible el logro del bien primero y luego fácil".

A petición del Papa, la quinta y última charla fue más contemplativa que instructiva. Hubo procesión eucarística y bendición, y después habló sobre la naturaleza de la oración. Incidió en que la oración se interpreta mejor como una conversación entre amigos, que involucra tanto hablar como escuchar, tanto palabras como silencio. 

 

Además, hizo las recomendaciones prácticas de que deberían tomar el Rosario y la Oración de Jesús y deberían hacer una Hora Santa diaria ante el Santísimo Sacramento como una prioridad.

Aunque la JMJ fue agotadora, cabe destacar que el estimulo y la emoción de esa semana fue mucho más gratificante que todo el cansancio con el que llega uno finalmente a casa.

Zenón de Elea. 

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