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Hoy se celebra la fiesta de Santa Catalina de Alejandría, virgen y mártir cristiana del siglo IV

Francisco Rubira

25/11/23 | 0:00 | Tiempo de lectura: 6 min.

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Hoy, sábado 25 de noviembre de 2023, se celebra la fiesta de los siguientes santos:

Santa Catalina de Alejandría, virgen y mártir cristiana del siglo IV.
San Adelardo, obispo de Riez en Francia.
San Maurino, obispo de Milán.
San Mercurio, soldado romano martirizado.
San Moisés Mártir, mártir cristiano del siglo IV.
San Pedro obispo y mártir, obispo de Roma y primer Papa.

Santa Catalina de Alejandría

Es una de las santas más veneradas de la Iglesia Católica. Nació en Alejandría, Egipto, en el siglo IV. Era una joven de gran belleza e inteligencia, y se convirtió al cristianismo. Su conversión provocó la ira del emperador Majencio, quien la convocó a un debate público con los principales filósofos de la época. Catalina los derrotó con sus argumentos, y fue condenada a muerte. Fue decapitada en el año 305.

Santa Catalina de Alejandría es una de las santas más veneradas de la Iglesia Católica. Nació en Alejandría, Egipto, en el siglo IV, en el seno de una familia noble. Desde muy joven mostró una gran inteligencia y sabiduría, y se dedicó al estudio de las artes, las ciencias y la filosofía.

Su conversión al cristianismo provocó la ira del emperador Majencio, quien la convocó a un debate público con los principales filósofos de la época. Catalina los derrotó con sus argumentos, y fue condenada a muerte. Fue decapitada en el año 305.

Santa Catalina es considerada una de las grandes defensoras de la fe cristiana. Su historia es un ejemplo de la fuerza de la fe y la resistencia ante la persecución.

Además de su belleza e inteligencia, Santa Catalina también destacaba por su gran piedad y amor a Dios. Era una mujer muy devota, y dedicaba muchas horas a la oración y la meditación. Su fe era tan fuerte que la llevó a desafiar al emperador Majencio y a defender su creencia en Cristo, incluso ante la muerte.

La historia de Santa Catalina es una fuente de inspiración para los cristianos de todo el mundo. Su ejemplo nos enseña que la fe puede superar cualquier obstáculo, incluso la persecución.

Un ejemplo de la gran inteligencia de Santa Catalina es que fue capaz de derrotar a los principales filósofos de la época en un debate público. En este debate, Catalina respondió a todas las preguntas de sus oponentes con argumentos sólidos y convincentes. Su victoria fue un gran triunfo para el cristianismo, y demostró que la fe cristiana es superior a la filosofía pagana.

Otro ejemplo de la gran piedad de Santa Catalina es que se ofreció a ser martirizada por su fe. Catalina sabía que morir por Cristo era la mejor manera de demostrar su amor a Dios. Su sacrificio fue un acto de gran valor y coraje, y es un ejemplo para todos los cristianos que sufren persecución por su fe.

Además de su relevancia religiosa, Santa Catalina también es una figura importante en la cultura popular. Su historia ha sido representada en numerosas obras de arte, literatura y teatro. Es una figura que sigue inspirando a las personas de todo el mundo, incluso en la actualidad.

La veneración de los restos de santa Catalina en el monte Sinaí y la celebridad del monasterio ortodoxo que lleva su nombre y que los guarda ha hecho que casi haya disminuido la figura del mismo Moisés. Se la venera tanto en Oriente como en Occidente. Los aficionados al saber la tienen como patrona.

Nada sabemos con certeza histórica del lugar y fecha de su nacimiento. La historia nos tiene velado el nombre de sus padres. Los datos de su muerte, según la "passio", son tardíos y están pletóricos de elementos con los que se ha rellenado los huecos de lo poco que se concoce de su vida con alguna que otra leyenda dorada.

Lo que se sabe es que era una joven de extremada belleza y aún mayor inteligencia. Perteneciente a una familia noble. Residente en Alejandría. Versada en los conocimientos filosóficos de la época y buscadora incansable de la verdad.

Movida por la fe cristiana, se bautiza. Su vida está enmarcada en el siglo IV, cuando Maximino Daia se ha hecho Augusto del Imperio de Oriente. Sí, le ha tocado compartir el tiempo con este "hombre semibárbaro, fiera salvaje del Danubio, que habían soltado en las cultas ciudades del Oriente", según lo describe el padre Urbel, o, con términos de Lactancio, "el mundo para él era un juguete". Recrimina al emperador su conducta y lo enmudece con sus rectos razonamientos.
Enfrentada con los sabios del imperio, descubre sus sofismas e incluso se convierten después de la dialéctica bizantina. Aparece como vencedora en la palestra de la razón y vencida por la fuerza de las armas en el martirio de rueda con cuchillas que llegan a saltar hiriendo a sus propios verdugos y por la espada que corta su cabeza de un tajo.

Sea lo que fuere en cuanto se refiere a la historia comprobable, lo cierto es que la figura de nuestra santa lleva en sí la impronta de lo recto y sublime que es dar la vida por la Verdad que con toda fortaleza se busca y una vez encontrada se posee firmemente hasta la muerte. Esto es lo que atestigua la tradición, la leyenda y el arte.

¡Que bien nos vendrían hoy unas cuantas Catalinas que sepan ser mártires por la Verdad que es lo mismo que ser de Él testigos!

San Adelardo

Fue obispo de Riez en Francia en el siglo VIII. Era un hombre de gran piedad y sabiduría, y se dedicó a la evangelización de su diócesis. También fue un gran escritor, y dejó un importante legado de obras teológicas y espirituales.

San Maurino

Fue obispo de Milán en el siglo V. Era un hombre de gran caridad y misericordia, y se dedicó a ayudar a los pobres y necesitados. También fue un gran promotor de la cultura, y fundó varias escuelas y bibliotecas.