Las memorias de Nicolás Castellanos, un obispo “atípico”

El que fuera obispo de Palencia reflexiona sobre la Iglesia, sobre su pasado, presente y  sobre su doctrina

Nicolás Castellanos Franco.
Nicolás Castellanos Franco.

A los 87 años, el que fuera obispo de Palencia (1978-1991), el agustino Nicolás Castellanos Franco, acaba de publicar sus memorias, que llevan como subtítulo “Vida, pensamiento e historia de un obispo del Concilio Vaticano II”.

Como uno tiene la sana costumbre de “ir de libros” me topé hace unos días con éste en una librería madrileña que suele estar a la última. Un libro, con prólogo de José Bono, que es algo más que unas memorias. No pocas de sus páginas, 381, de abigarrada letra son reflexiones sobre su vida, sobre su pensamiento. No estamos hablando de teología, ni de filosofía, más bien de lecturas compartidas, autores que han marcado su trayectoria y han configurado el universo de sus ideas.

Fraternidad y Proyecto Hombres Nuevos

Es evidente que Nicolás Castellanos no es un obispo que pase inadvertido. Después de presentar la renuncia al Papa, cuestión ésta que se aborda de pasada en varias ocasiones, pero sin una reflexión de fondo más allá de las explícitas referencias a la vocación misionera, este obispo se fue a Bolivia para fundar la Fraternidad y el Proyecto Hombres Nuevos: 100 escuelas, Comunidades Educativas Hombres Nuevos, Hospital Virgen Milagrosa, 4 comedores, Ciudad de la Alegría, Casa de espiritualidad, catequesis, Cáritas, CEBs, pastoral familiar, jóvenes… Y, pronto, como consecuencia de un nueva etapa de la que habla en sus memorias, la Universidad Social Nicolás Castellanos.

Son muchos los hechos de su vida que se relatan aquí. Y no pocos los nombres de personas a las que se refiere. Tampoco son desdeñables las reflexiones que hace sobre la Iglesia, sobre su pasado y sobre su presente, sobre su doctrina. Con afirmaciones, unas contundentes y sorprendentes, otras interpeladoras. Siempre respetuosas en la propuesta y en la acogida por parte del lector. Quizá lo más sencillo es que los lectores juzguen por sí mismos a partir de esta muestra que les ofrezco.

Diócesis rural 

“Desde 2013 me ha confirmado y alentado en mi visión teológica y pastoral el mensaje profético del obispo de Roma, Francisco. Me doy cuenta de que en pequeño, guardando las distancias, mi itinerario de obispo de Palencia ha sido un reflejo y un trasunto de la pastoral de nuestro Pastor Supremo Francisco, claro, marcando las diferencias del pastor supremo y yo un “obispillo” de una diócesis rural, pequeña, pero muy significativa en la línea conciliar” p. 107.

“Mi maestro por excelencia es el eminente teólogo y padre de la “Teología Popular”, José María Castillo. (…) Ciertamente, José María Castillo es un teólogo profundo, actual, con una visión acertada de Jesús, del Reino, con el que puede sintonizar la mujer y el hombre de la sociedad del siglo XXI. Creo que desde ahí el cristianismo puede empatizar, seducir y enamorar a la mujer y al hombre de nuestro tiempo” pp. 105-107.

“Mientras fui obispo de Palencia (1978-1991), ejercieron su magisterio en la diócesis de Palencia los mejores teólogos de España: José Ignacio González Faus, Andrés Torre Queiruga, Marciano Vidal, Juan Velasco, Tomás Malagón, a distancia ejercía el magisterio Marcelino Legido, Antonio González Lamadrid…” p. 105

“Como obispo emérito pertenezco canónicamente a la diócesis de Palencia, soy diocesano. En alguna zona pastoral que parece que lo ponían en duda, el gran historiador palentino, de Mieces de Ojeda, Melquíades Andrés, canónigo de la Catedral de Palencia, presente ahí, les dijo, claro que el obispo emérito es un miembro y un miembro eminente de la diócesis. Sin embargo, mis cuatro sucesores, me ignoraron, alguno me acusó a Roma y a uno, ni siquiera llegué a saludarle. Siempre fui respetuoso y mantuve la comunión a distancia.

Manuel Herrero Fernández

Tuvo que llegar el actual, Manuel Herrero Fernández, agustino y amigo, que me distinguió nombrándome co-consagrante en su ordenación episcopal, junto con el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro. En nuestro primer encuentro me dijo: “Nicolás, tú eres diocesano, y yo debo preocuparme de ti y de tus necesidades, no por ser agustino y amigo, sino por ser diocesano”. Se normalizaron las relaciones y por petición de mi obispo Manuel he presidido muchas celebraciones”. P. 153.

 

“En Palencia, según mi información, mandaron a un obispo, hoy cardenal, para desmontar “la Iglesia popular de Nicolás Castellanos”. Incluso una vez comentó al periódico ABC que lo que más le molestaba de Palencia es que le comparasen con Castellanos. Según comentan se volvió a la iglesia preconciliar. La comunión se sustituyó por la sumisión, la participación por el sometimiento. En Palencia llevaban la animación pastoral de las delegaciones diocesanas un presbítero, un laico y una religiosa. En seguida, cambió la delegada de pastoral Juvenil por un sacerdote, era Macu Martín, amiga mía y de Hombres Nuevos, con su marido Javier Velasco, que presidí yo su matrimonio y el viaje de novios lo hicieron de voluntarios en el Proyecto Hombres Nuevos. Luego, va a Bilbao de obispo, y allí nombra a una laica, mujer, delegada de pastoral Juvenil. Se ve que la Iglesia de comunión del Concilio Vaticano II es distinta en su aplicación en Palencia que en Bilbao”. PP. 323-324.

Y podría seguir.

Memorias

Nicolás Castellanos Franco

RL-Rafael Lazcano Editor

Portada de las Memorias de Nicolás Castellanos.

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