Cómo afrontar la polarización en la Iglesia

Mons. Matteo Visioli junto a otros autores analizan la tensión y armonía entre los opuestos y el sentido de la autoridad en la Iglesia

Mons. Matteo Visioli.
Mons. Matteo Visioli.
  1. La diversidad no amenaza la unidad
  2. Romano Guardini
  3. Iglesia católica y Segunda Guerra Mundial 
  4. Autoridad en la Iglesia
Mons. Matteo Visioli.
Mons. Matteo Visioli.

Hay que aclarar que quizá el título del libro, de primeras, no diga mucho. Sí lo dice el subtítulo: “El sentido de la autoridad en la Iglesia”. La editorial Ciudad Nueva está publicando últimamente una serie de libros que pretenden hacer pensar la realidad institucional de la Iglesia desde diversas perspectivas.

Habría que relacionar éste con los de Luigino Bruni, por ejemplo. Véase al respecto una de las colaboraciones de este volumen colectivo, la de Tiziana Merletti, sfp sobre “Cómo crear procesos inclusivos de discernimiento y toma de decisiones”.  

La diversidad no amenaza la unidad

En un mundo en el que proliferan las polarizaciones y se descalifica al contrario, y se le descarta, en nombre de “mi verdad” o “nuestra verdad”, convendría dedicar tiempo a pensar sobre la pluriformidad, la pluralidad de lo real, entre otras razones para ver cómo se superan las inevitables tensiones que acompañan a lo humano, que siempre es limitado.

La clave del pensamiento del Papa Francisco marca los compases iniciales de este libro. Plantea cómo la diversidad no amenaza la unidad, o como dice en un texto, que está incluido aquí, el Papa: “La polarización no es católica. Un católico no puede pensar en una cosa o la otra cosa y reducir todo a la polarización. La esencia de lo que es católico es et-et. El católico une lo bueno y lo no tan bueno. Cuando hay polarización, entra una mentalidad divisiva que privilegia a unos y deja atrás a otros”.

Romano Guardini

Es evidente la fuente del pensamiento del Papa Francisco a este respecto, Romano Guardini, que aquí es glosado por Massimo Borghesi. Escribió Guardini a propósito de lo que se ha entendido en el catolicismo como la dinámica de la “coincidentia oppositorum”, en su libro “El contraste. Ensayo de una filosofía de los viviente-concreto”, que: “Todo vivir humano tanto en su globalidad como en sus aspectos particulares, cualquiera que sea su contenido cualitativo más preciso y cualesquiera que sean sus funciones particulares, está estructurado en base a la oposición para estar vivo. El fenómeno de la oposición es un rasgo fundamental de la vida humana. Cualquiera que sea el fenómeno del que se trate, anatómico, fisiológico o emocional, intelectual o volitivo, individual o social, el hecho de la oposición es la forma con la que se da el fenómeno, es la forma estructural y operativa de la vida”.

Iglesia católica y Segunda Guerra Mundial 

¿Cómo aplicar esta teoría a la vida de la Iglesia? ¿Y a su historia? Es Romano Guardini, quien propugnó que después de la Segunda Guerra Mundial que la Iglesia había despertado en las almas en Europa, el que señala que “una larga fatiga reflexiva sobre la estructura (ontológica) de la vida me había enseñado que toda la realidad del hombre subsiste según ciertas estructuras tipológicas y en base a ellas puede ser clasificada. Pero esto no ocurre con la Iglesia cuando no se la delimita en sentido histórico o sociológico u otro. Es verdad que en ella se encuentran tipos del ser humano de toda clase, pero no se puede resolver en ninguno de ellos. Siempre ha existido el peligro de que uno u otro de ellos se hiciera cargo de la Iglesia y la absorbiera en sí mismo; la historia de las herejías narra la serie de tales fenómenos. Pero nunca han podido dominar la Iglesia en su núcleo íntimo. Solo algunas veces han podido reducirla o empobrecerla, pero quien conoce la verdad de su historia sabe que su esencia siempre ha permanecido completa y una. Esto quiere decir que en ella hay algo que está por encima de todas las estructuras y oposiciones. No se resuelve en ninguna estructura, sino que las abarca a todas”.

Autoridad en la Iglesia

Como en todo libro colectivo, no todas las aportaciones tienen la misma relevancia. Me quedaría con las primeras, que sientan la base de reflexión sobre cuestiones como la autoridad en la Iglesia, la autoridad en los movimientos apostólicos, los conflictos en la Iglesia primitiva y en la actual –con un buen estudio sobre la Iglesia de Corinto en Pablo-, la autoridad desde el punto de vista de las relaciones de otras confesiones cristianas, o la aportación de Piero Coda de la Iglesia como sujeto comunional deliberativo.

A partir de ahí se añaden una serie de experiencias internacionales de encuentro o reflexiones hechas en el marco de la presencia de los Focolares, que ilustran una de las vías o formas posibles de abordar estas cuestiones neurálgicas en la Iglesia. Hablando de pluralidad, digo una de las formas, porque hay otras.

Tensión y armonía entre los opuestos

 

Mons. Matteo Visioli y otros

Ciudad Nueva

Tensión y armonía entre los opuestos.
Tensión y armonía entre los opuestos.

 

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