Presentada en el Vaticano

La profundización psicológica y erótica de la carta del Papa sobre la familia no tiene parangón en la Iglesia

Es la conclusión recogida en la síntesis sobre la Exhortación Apostólica post-sinodal “Amoris Laetitia”

El Papa Francisco, con una madre con dos niños.
El Papa Francisco, con una madre con dos niños.

Nueve capítulos y más de 300 párrafos componen la tan esperada Exhortación Apostólica post-sinodal “Amoris Laetitia” (La alegría del amor) escrita por el Papa Francisco. El documento ha sido presentado hoy en la Sala Stampa de la Santa Sede por el cardenal Lorenzo Baldisseri, el cardenal Christoph Schönborn, arzobispo de Viena; y el matrimonio formado por Francesco Miano, docente de Filosofía Moral en la Universidad de Roma Tor Vergata  y Giuseppina De Simone, docente de Filosofía en la Facultad Teológica de Italia Meridional de Nápoles.

El cardenal Lorenzo Baldisseri, secretario general del Sínodo de los Obispos,  ha sido el encargado de abrir la presentación de la exhortación apostólica más esperada del Papa Francisco. En sus primeras palabras el italiano ha declarado que “el título responde al sentir del Sínodo. Nadie puede ser condenado para siempre, porque esta no es la lógica del Evangelio”.  

Haciendo referencia al capítulo 8 del documento, el cardenal Christoph Schönborn, ha señalado que “es un texto bellísimo. Se trata de integrar a todos, todos necesitamos de misericordia. Nadie debe sentirse condenado ni despreciado, por eso la lectura de Amoris Laetitia es tan reconfortante”.

A pesar de lo extenso del documento, Schönborn, ha señalado que es un texto “legible” en donde el Papa “habla de las familias con una claridad que pocas veces se encuentra en los documentos del magisterio de la Iglesia”.

“Mi gran alegría ante este documento reside en el hecho de que, coherente, supera la artificiosa externa y neta división entre regular e irregular y pone a todos bajo la instancia común del Evangelio”, ha señalado  Schönborn.

De la misma manera, ha comentado en rueda de prensa que esta “inclusión preocupa a algunos”, haciendo referencia a algunos sectores de la Iglesia. Incluso en la propia Exhortación, Francisco indica que “comprendo a quienes prefieren una pastoral más rígida que no dé lugar a confusión alguna. Pero creo sinceramente que Jesucristo quiere una Iglesia atenta al bien que el Espíritu derrama en medio de la fragilidad”.

Son los capítulos 4 y 5 los centrales del documento y según palabras del propio Cardenal Schönborn, los más “calientes” para los críticos. En cuanto a los divorciados Francisco indica en su obra que estos “no deben sentirse excomulgados, sino que pueden vivir y madurar como miembros vivos de la Iglesia”.  Respeto a estas palabras Schönborn ha señalado que “muchos esperaban una nueva normativa canónica que fuese aplicable a todos los divorciados.” Frente a esto el documento señala que “solo cabe un nuevo aliento a un responsable discernimiento personal y pastoral de los casos particulares”.

Al respecto, el Papa Francisco “invita a los fieles que están viviendo situaciones complejas, a que se acerquen con confianza a conversar con sus pastores o con laicos que viven entregados al Señor. No siempre encontrarán en ellos una confirmación de sus propias ideas o deseos, pero seguramente recibirán una luz que les permita comprender mejor lo que les sucede y podrán descubrir un camino de maduración personal. E invito a los pastores a escuchar con afecto y serenidad, con el deseo sincero de entrar en el corazón del drama de las personas y de comprender su punto de vista, para ayudarles a vivir mejor y a reconocer su propio lugar en la Iglesia”

Eucaristía y homosexuales

El mismo documento recuerda a los sacerdotes que el confesionario “no debe ser una sala de tortura, sino el lugar de la misericordia del Señor”, y que la eucaristía “no es un premio para los perfectos, sino un generoso remedio para los más débiles”.

“Amoris laetitia” realiza una mínima referencia a los homosexuales, confirmando el respeto a las relaciones entre parejas del mismo sexo, pero reafirmando que no se pueden comprar las uniones gays con las de un matrimonio entre un hombre y una mujer, y destaca “derecho natural del niño a tener una madre y un padre”.

 

Dimensión erótica

En la síntesis de esta Exhortación se recogen algunas otras reflexiones. En el capítulo titulado “el amor en el matrimonio”, se señala lo siguiente: “Uno se queda impresionado por la capacidad de introspección psicológica que sella esta exégesis. La profundización psicológica entra en el mundo de las emociones de los conyugues –positivas y negativas- y en la dimensión erótica del amor. Se trata de una contribución extremamente rica y preciosa para la vida cristiana de los conyugues, que no tiene hasta ahora parangón en precedentes documentos papales”.

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