Matrimonio responsable de pastoral de comunión de La Paloma: “Sara y sus hijos tienen todo el consuelo de la comunidad”

Relatan la conmoción vivida durante la explosión y cómo se apoyan desde las comunidades neocatecumenales a los familiares de los fallecidos

Momento del funeral de David y Rubén. La viuda Sara y su hijo, al fondo.
Momento del funeral de David y Rubén. La viuda Sara y su hijo, al fondo.

El edificio que se derrumbó el pasado miércoles en la calle Toledo de Madrid debido a una explosión de gas, no era solo una residencia de sacerdotes. Tampoco eran unos simples locales parroquiales de la parroquia Virgen de la Paloma. Eran hogares donde se reunían los miembros de las comunidades neocatecumenales para rezar, conocer la Palabra, convivir. Familias enteras de padres e hijos acogidas en el Camino. 

"Cuando se desplomó el edificio fue como si se derrumbase parte de nuestra vida", cuentan a Religión Confidencial Inma y Juan Carlos, el matrimonio responsable de la pastoral de la catequesis de Comunión de la parroquia Virgen de la Paloma. 

Vínculo con los fallecidos 

Este matrimonio mantenía vínculo con David Santos y el sacerdote Rubén Pérez Ayala, los dos amigos fallecidos en la explosión y pertenecientes al Camino. Aunque este matrimonio no forma parte de la misma comunidad que la de Sara, la viuda de David,  están muy cerca de ella y de sus cuatro hijos. Organizan las catequesis de Comunión para unos 80 niños. 

Experimentar el consuelo de Dios 

"Confío de verdad en que Dios no nos deja solos en estas pruebas tan duras, y que nos da la fuerza que necesitamos para superarlas. Creo que Sara y sus hijos notarán el consuelo de Dios y experimentarán el amor en mayúsculas, aprenderán a amar y se sentirán amados por familiares, amigos y por los hermanos de nuestras comunidades", explica Inma. 

Como responsable de la pastoral de la catequesis de Comunión, conoce el lenguaje de los niños, sus miradas, sus preguntas, sus anhelos. "Los niños entienden todo de forma más sencilla y, a veces, el mensaje de Dios nos llega a través de ellos. Creo que su interior está más preparado para conocer la Verdad. Como ha dicho el P. Pablo en el funeral de David y su hermano Rubén, las hijas de Sara y David creen firmemente que su padre les va a cuidar desde el Cielo". 

Inma y Juan Carlos llevan desde los 19 años en el Camino. Han recorrido ya todos los pasos y allí se han casado y han consolidado su matrimonio. "Lo que hemos aprendido en la Iglesia, en las comunidades del Camino es a amar profundamente a los demás. En nuestras comunidades aprendemos a vivir la humildad, la sencillez y la obediencia". 

Cómo una amiga suya vivió la explosión 

Todavía con la emoción y la conmoción en su ser, Inma relata a RC cómo una amiga suya, Susa, también de la comunidad de la parroquia, vivió la explosión. "En ese momento estaba en el templo. Se encontraba en el coro y pidió al P. Gabriel Benedicto, párroco de La Paloma que bajara al templo porque tenían que hablar de un tema importante sobre un asunto de la parroquia. Ella piensa que la Virgen le salvó, pues su casa quedó destruida, ya que se ubicaba en los pisos altos del edificio". 

En estos momentos, "a todos se nos ha derrumbado parte de nuestra vida. A Sara y a sus hijos se les ha quebrado la vida con el fallecimiento de su marido y de su padre. Pero Dios vuelve a reconstruir con más fuerza. Esa es nuestra fe", comenta emocionada Inma a este digital. 

Los otros sacerdotes Alejandro Aravena, Moisés León y Matías Ernesto Quintana han encontrado estos días las puertas abiertas de sus familiares y hermanos de sus comunidades, ya que sus casas han saltado por los aires tras la explosión. 

 

El P. Gabriel, muy cerca de las familias 

Sin embargo, Rubén y David no tuvieron la misma suerte. "Pienso que Dios tiene un plan para cada uno y su muerte es un misterio, un sacrificio para salvar a muchos más. Era su momento para encontrarse con el Padre", comentan Inma y Juan Carlos. 

El P. Gabriel Benedicto que es también vicario de la vicaria VI de la archidiócesis de Madrid, ha estado estos días muy cerca de las familias de los fallecidos. 

"Gabriel me escribía hoy una mensaje sobre algo que le había comentado Lucas, el hijo mayor de David y Sara. Me decía que quería hacer la comunión a principios de mayo para que pudiera ir muy guapo vestido y no pasar demasiado calor", cuenta. 

Al concluir su testimonio para RC, recuerda como, durante el confinamiento, preparaban las catequesis con Gabriel y Rubén para impartirlas online. "Fue muy bonito porque Rubén se encargaba de la parte técnica y Gabriel impartía la catequesis. Nosotros proponíamos los temas para cada semana. Rubén siempre ha estado presente en las edades de Comunión porque luego continuaba con estos niños para la Confirmación. Ahora seguirá haciéndolo desde el Cielo". 

Comunicado Párroco de la Virgen de la Paloma

Gabriel Benedicto, párroco de la Parroquia Virgen de la Paloma, ha emitido un comunicado en el explica algunos momento vividos en la explosión y su cercanía a David y Ruben.

Reproducimos su carta: 

Desde el dolor y el misterio ante el que siempre nos coloca la muerte, la Parroquia Virgen de la Paloma quiere agradecer las numerosas muestras de cariño y de cercanía que está recibiendo desde que ayer, miércoles 20 de enero, se produjera la explosión que ha dejado cuatro víctimas mortales y once heridos de distinta consideración.

Como párroco, y a la luz de las informaciones, testimonios internos y datos de los que hasta el momento disponemos, lo que os puedo decir es que todo lo ocurrido se produjo en un lapso tan breve que no nos dio tiempo ni siquiera a ser conscientes de lo que estaba pasando. Fuimos seis personas las que percibimos, en apenas unos minutos, un extraño olor a gas en cuatro puntos distintos: patio, planta cero, planta quinta y planta sexta. Pero no dio tiempo a nada más que a advertir ese olor.

Ahora debemos ser pacientes y esperar a que la policía científica nos informe sobre el avance de sus investigaciones. Esto es lo que yo os puedo transmitir: David, el padre Rubén y los otros dos fallecidos y los demás heridos fueron víctimas. A unos les pilló dentro, a otros fuera.

No tengo más que agradecimiento por haber sido testigo de la vida de estos dos grandes amigos. Estaban siempre juntos y así les encontró la muerte.

Rubén, mi gran compañero y amigo, con quien he vivido el confinamiento de la pandemia en familia, celebrando la Eucaristía diariamente. He conocido su fuerza en la debilidad, su paciencia al obedecer, su sentido del humor, su agudeza. Lo sentíamos como un hermano.

David, catequista de adolescentes, padre ejemplar, dispuesto siempre a entregar su tiempo día y noche. La gratuidad y la alegría eran sus notas características. Nunca le vi dejar de entusiasmarse por todo: muy enamorado de Sara, devoto de la Virgen, fanático del Atleti.

Estaban ellos como pudieron estar otros. Ni David ni Rubén ni ninguno de nosotros tuvo tiempo de intervenir en modo alguno. Solamente, como cualquier persona preocupada por el olor a gas, intentaron conocer la causa, seguir el rastro, sin manipular en ningún momento ninguna de las calderas.

Como no podía ser de otra manera, estamos en contacto permanente con las autoridades judiciales, bomberos, policía y demás responsables del Ayuntamiento y de la Comunidad de Madrid, prestando en todo momento la colaboración que es necesaria para esclarecer cuanto antes la verdad y la secuencia de los hechos.

Pedimos al Señor que consuele en lo profundo a todos los familiares de las víctimas y seguimos confiando en que la tribulación dé paso a la esperanza.

Gabriel Benedicto

Párroco de la Parroquia Virgen de la Paloma  

 

 

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