Diálogo testimonial sobre lo esencial en la vida de la Iglesia

"El corazón no se divide", una conversación entre el periodista Nicolas Diat, con Peña Parra, Sustituto de la Secretaría de Estado de la Santa Sede y el franciscano Francois-Xavier Bustillo, obispo de Ajaccio

Monseñor Edgar Peña Parra,  Sustituto para Asuntos Generales de la Secretaría de Estado, con el Papa Francisco. Vatican News.
Diálogo testimonial sobre lo esencial en la vida de la Iglesia.
  1. Onda expansiva de Francisco
  2. Carta de presentación de dos obispos
  3. Prólogo firmado por el Papa 
  4. Biografías de Peña Parra y de Bustillo
  5. Como nuncio en Pakistán
  6. Iglesias cerradas 
  7. Ideologización de la fe
Monseñor Edgar Peña Parra,  Sustituto para Asuntos Generales de la Secretaría de Estado, con el Papa Francisco. Vatican News.
Monseñor Edgar Peña Parra, Sustituto para Asuntos Generales de la Secretaría de Estado, con el Papa Francisco. Vatican News.

Me sorprende que este libro no haya tenido mayor difusión en determinados medios y para determinados públicos eclesiales por razones varias.

Onda expansiva de Francisco

La primera y principal, la personalidad de los autores. En esta conversación, el periodista Nicolas Diat –a quien hemos leído en sus libros entrevista al cardenal Robert Sarah- tiene como interlocutores, nada más y nada menos, que a monseñor Edgar Peña Parra, Sustituto de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, y a uno de los últimos cardenales nombrados por el Papa Francisco, y al franciscano Francois-Xavier Bustillo, obispo de Ajaccio (Córcega), español de nacimiento aunque su ministerio lo haya ejercido, principalmente, en Francia.

Dos hombres de Iglesia que representan perfiles complementarios, que están directamente ligados a la onda expansiva del Papa Francisco y que representan aspectos complementarios de una común misión.

Carta de presentación de dos obispos

Otro de los aspectos interesantes de este libro es que se convierte en una carta de presentación de estos obispos. Porque si bien los protagonistas son dos personas de las que se habla y se escribe no poco, en verdad, son escasas las fuentes de su pensamiento, de su comprensión de las realidades básicas que configuran su experiencia cristiana, sacerdotal y episcopal.

También de sus mundos vida, es decir, de cómo entienden y desarrollan su trabajo.

Tengo que confesar que si bien son más frecuentes las noticias, al menos en España, de monseñor Peña Parra, uno de los efectos que produce la lectura del libro es la sorpresa, por eso de que las imágenes que ofrecen los medios de comunicación de determinadas personas no siempre coinciden con la realidad de lo que son y de lo que piensan.

Ocurre con frecuencia en la vida. Alguien se te acerca, le saludas por primera vez, nunca has hablado con él y te dice que te conoce perfectamente. ¿Cómo puede ser? En este caso se puede decir que al menos hemos leído un libro sobre ellos.

Es indudable que determinadas visiones de lo cristiano, traducidas en respuestas, producen en el lector una agradable sorpresa por el realismo y la frescura que llevan.

Prólogo firmado por el Papa 

No podemos olvidar que, para dar relevancia al libro, lo primero que nos encontramos es un prólogo firmado por el Papa Francisco, en el que nos habla de la dulzura espiritual, de la ternura de la mirada de los obispos desde el corazón.  Mirada que penetra el mundo. Una mirada siempre, en todo caso y de todas formas, sacerdotal.

 

Hay una música de fondo en esta propuesta editorial y en la finalidad con la que se pensó este proyecto. La propuesta de la unidad en la Iglesia, unidad de fe, de confesión, de misión, de esperanza, unidad en lo esencial, no en lo accidental.

Una unidad dentro de una pluralidad en la que hay diversos enfoques, fruto de historias personales, sin disonancias.

Biografías de Peña Parra y de Bustillo

Lo primero que uno se encuentra, en este sentido, son las biografías de monseñor Peña Parra y del Cardenal Bustillo. Datos, generalmente desconocidos, que llaman la atención.

Detalle. Al cardenal Bustillo le ordenó sacerdote el cardenal Fernando Sebastián Aguilar en 1994.

De Monseñor Peña Parra podría destacar el papel que jugó la Legión de María en su experiencia cristiana en los años de adolescencia y juventud, además de otras referencias de su larga vida de servicio diplomático a la Iglesia, por ejemplo su relación con el cardenal Óscar Maradiaga, antes de ocupar el actual cargo.

Ambos interlocutores, a la hora responder a las preguntas sobre cuestiones medulares, que no se pierden sólo en temáticas periodísticas, responden desde la experiencia, que siempre es ilustrativa, enriquecedora.

Como nuncio en Pakistán

Destacaría lo que dice monseñor Peña Parra de su estancia como nuncio en Pakistán: “Fue como haber pasado cuatro años en prisión, aprendí a amar ya comprender a las personas privada de libertad”.

El cardenal Bustillo recuerda en el libro que “la llamada principal, para un sacerdote o un obispo, es ser un hombre que va a lo esencial”.

Y añade más adelante: “El obispo no puede ser únicamente un hombre de acción: en primer lugar debe vivir de Dios. Si el obispo no vive de Dios, está vacío. Esta frontera es importante: si no vivimos de Dios, estamos en la nada. Y saltamos con los pies juntos a una existencia artificial”.

Iglesias cerradas 

Monseñor Peña Parra, que confiesa en un momento que le gustaría tener más tiempo para ayudar a las personas necesitadas, cuenta cómo después de un viaje, llegó al centro de una ciudad e intentó confesarse. Todas las iglesias del centro de la ciudad estaban cerradas. Tardó horas en encontrar una iglesia abierta.

Reflexiona: “¿Por qué hablamos de proyectos pastorales si dejamos las iglesias cerradas? La iglesias se han convertido en centros comerciales con horarios de apertura. Todo ello refleja una actitud de la Iglesia. En Europa no somos misioneros. Los sacerdotes suelen comportarse más bien como funcionarios. Nos hace falta una conversión pastoral. La crisis no está fuera, sino dentro”.

Ideologización de la fe

También añade el hoy Sustituto que “una de las mayores dificultades para la evangelización reside en la ideologización de la fe, que nos impulsa a quedarnos encerrados en nosotros mismos y a concentrarnos en cosas que pueden parecer esenciales en ese momento, pero que con vistas a la eternidad, no tienen ninguna importancia”.  

Es una maravilla encontrarse en un libro que hable, en la clave de lo básico cristiano, de la salvación del alma, de la santidad, de la gracia.

 Como señala el cardenal Bustillo: “Lo que falta no son argumentos, sino caridad”.

El corazón no se divide

F. Busillo-E. Peña Parra-N. Diat

PPC

El Corazón no se divide.
El Corazón no se divide.

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