El problema de una niña trans de 7 años y las modificaciones de la ley de Ayuso

Ayuso “descongela” a la escuela concertada con un impulso económico histórico.

Me encuentro con esta alerta para recogida de firmas: “Nuestra hija Lola tiene 7 años, es una niña trans y le encanta jugar al baloncesto. Aunque en su DNI figura todavía el sexo masculino, Lola se identifica y vive como una niña desde que tenía 3 años”. 

Padres ¿qué quiere decir que se identifica y vive con una niña desde los 3 años? ¿Qué jugaba con muñecas, que le gustaban las faldas, que quería pintarse los labios? Pero ¡que estereotipos son esos! Oye, que los niños si quieren pueden y deben jugar con muñecas, o ponerse una falda o pintarse los labios. ¿De esta forma identificáis vosotros a las mujeres, por sus estereotipos? ¿No sabéis, padres, que los niños y las niñas, los hijos e hijas, aprenden por imitación? 

A lo mejor es que su hijo de sexo masculino biológico está imitando a su madre (o a sus madres si es que son dos mujeres) y quiere identificarse con ellas. Y vosotros padres, o madres, habéis dicho: Ah, juega con muñecas, camina como una niña, le gustan las faldas ¡Es que entonces es una niña! Me parece una barbaridad, aunque es vuestra forma de educar. 

Pues siguen diciendo estos padres: “Este septiembre entró en el equipo femenino de su club en Barcelona. Desde entonces entrena con ellas y se relaciona con todas las niñas sin ningún problema. El club, las familias y sus compañeras nos han mostrado su apoyo. Pero ahora no puede jugar los partidos con sus compañeras porque no la dejan federarse en esa categoría. Dicen que tendría que hacerlo o con un equipo masculino o con uno mixto (si lo hubiera)”. 

Pues claro padres, es que sus hormonas masculinas, aunque sea una niña trans o niño biológico, discrimina al resto de niñas. ¡Es que no están discriminando a tu hija Lola trans, es que es una injusticia para el resto de niñas biológicas, y una aberración contra el deporte femenino. 

Y siguen erre que erre: “Por favor, no discriminen a nuestra hija. Solo está pidiendo jugar al baloncesto con el resto de niñas, como lleva haciendo años. Tenemos que ayudarle a conseguirlo”, Oye padres, os repito, es que su hija está discriminando al resto de niñas de su equipo y es una injusticia para las otras niñas, que ven conculcados sus derechos. 

A esto es lo que se refiere la ley de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso con sus proposiciones de ley para modificar la ley 2/2016, de 29 de marzo, de Identidad y Expresión de Género e Igualdad Social y no Discriminación de la Comunidad de Madrid y la Ley 3/2016, de 22 de julio, de Protección integral contra la LGTBIfobia y la Discriminación por Razón de Orientación e Identidad Sexual en la Comunidad de Madrid. 

El objetivo, según han explicado desde el partido, es "dar mayor claridad y seguridad jurídica, así como eliminar algunos aspectos como la inversión de la carga de prueba sin menoscabo de continuar con la garantía y protección de los derechos de las personas trans y LGTBI", informa Europa Press. 

Entre otros, las modificaciones buscan "corregir algunos aspectos, ya fueran de buena fe o movidos por el afán de imponer ciertas doctrinas conocidas como 'de género', que acababan conculcando derechos como la libertad de expresión y de prensa, y la libertad de cátedra y educativa de los artículos 20 y 27 de la Constitución Española, o la presunción de inocencia del artículo 24 de la Constitución". 

 

En detalle, alude a la inversión de la carga de la prueba, así como la 'discriminación por error', que es una variante de facto de la falta de presunción de inocencia y contraria al espíritu y la letra de nuestras leyes. "Además de la muy dudosa constitucionalidad del concepto de 'autodeterminación de género', ajeno a la Ciencia y al Derecho, y cuya introducción va en detrimento de la seguridad jurídica de cada uno de los propios afectados, así como de la sociedad entera", indica el texto sobre la normativa LGTBI.

Porque como dice Celso Arango, jefe de psiquiatría del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, "el 60%" de las personas que dicen ser trans y se someten a una evaluación integral, que incluye evaluación psiquiátrica, de al menos seis meses, "se echan atrás". En este sentido, ha mostrado su rechazo a que la Ley Trans prohíba la terapia de conversión que supone "prohibir a los sanitarios preguntar" y "ver si hay alternativas". Al menos, los padres de Lola, deberían escuchar a estos profesionales, que es lo que propone la ley de Ayuso. 

 

Zenón de Elea

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