Pepe Domingo Castaño: “De los dominicos lo aprendí todo”

Pepe Domingo Castaño novicio de los dominicos.
Pepe Domingo Castaño, de novicio en el colegio de los dominicos.
Pepe Domingo Castaño novicio de los dominicos.
Pepe Domingo Castaño de novicio en los dominicos.

Me uno a los cientos de mensajes en homenaje a Pepe Domingo Castaño, recordando a un maestro de la radio y del periodismo. Una voz amiga. Y me encuentro con una de las últimas entrevistas que ofreció a la web de los dominicos, colegio donde estudió y del que guarda un inmenso agradecimiento:  “De los dominicos lo aprendí todo”, dice. 

Con nueve años llegó al convento de Corias de los Dominicos en Asturias y se hizo muy amigo de los frailes. Un respiro para las Congregaciones en estos tiempos que corren. Un alivió para los colegios religiosos. Fue monaguillo y hasta novicio, aunque luego vio que no era lo suyo. 

Dice cosas tan interesantes como estas: "De los dominicos aprendí todo. Mi formación viene de ellos, de cada uno de ellos. Aprendí a ser persona, a respetar a los demás, a darle una oportunidad a la gente, a creer que lo más importante en la vida es la verdad, a respetar a mis padres, a repartir cariño, a tener un bagaje cultural brutal que no tenían otros chicos de mi edad, y prueba de ello es que todo eso me sirvió para ser lo que he intentado y he luchado por llegar a ser". 

Relata además que descubrió su vocación radiofónica y periodística gracias a los frailes: "Había un padre muy simpático que nos daba clases de literatura, el padre Felipe Lanz, que fue el que me animó a escribir, y había otro, el padre Iparraguirre, que era un cachondo de la vida, un tío que vivía muy feliz, que transmitía mucha felicidad, y un día se le ocurrió la idea de montar una emisora y pidió voluntarios. Yo, lógicamente, me presenté como locutor". En esa Radio Cauriense, de Corias comenzó a leer poemas, concursos, etc. 

Fue el padre Lanz el que le dijo a propósito de una redacción: "Es usted muy bueno, pero no se preocupe de ser brillante, sea sencillo. Escribirá mejor, pero tiene usted madera de escritor". Pepe Domingo Castaño tenía unos diez años y desde entonces no ha parado de escribir poemas.  

Y un aviso para todos los que nos dedicamos al periodismo, en concreto a los profesionales de la radio: "El día que la radio abandone la verdad, los oyentes abandonarán la radio, seguro".

Se aventura también a sugerir cómo tiene que comunicar la radio de la Iglesia, la COPE, la emisora a la que agradece todo el cariño recibido: "En la COPE he tenido toda la libertad que he querido. Nadie me ha dicho nunca nada sobre lo que tenía que decir. He tenido un cariño que no tenía en otro sitios". 

Gracias por tu buen hacer. Descanse en paz Pepe Domingo Castaño. 

Zenón de Elea. 

 

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