Víctor Manuel “Tucho” Fernández: “Me encantaría usar una camisa roja pero no lo puedo hacer”
El Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, el recién cardenal Víctor Manuel Fernández, al que todos le llaman coloquialmente “Tucho” nos tiene acostumbrados a su expontaniedad y cercanía, a ser un tipo cualquiera de la calle. Aunque no lo sea. Esta es quizás la imagen que quiere la Iglesia dar en este principio de Sínodo de la sinodalidad, el camino a seguir para acercar la Iglesia la sociedad actual.
Las numerosas entrevistas que ha concedido a los medios así como sus comentarios en las redes sociales, nos acercan a la persona que tiene la misión de "actuar en favor de la fe y la moral" y "examinar escritos y opiniones que parecen contrarios o peligrosos a la recta fe o contrarios a las enseñanzas de la Iglesia". Vamos que "Tucho" es todo menos aquella imagen de "Torquemada" del Santo Oficio.
Tampoco eran a mi parecer sus predecesores como Joseph Ratzinger, Gerhard Ludwig Müller o Luis Francisco Ladaria Ferrer, eso sí, se les trataba con menos "coleguismo" y quizás no se daban a conocer tanto ni en las redes sociales (ni había ni eran tan usuales) ni concedían tantas entrevistas en los medios como ahora.
Pues bien, este es el último comentario de "Tucho" en su perfil de Facebook después de crearle cardenal: "FOTO DE TUCHO: Amigas y amigos, Como varios me lo habían pedido, aquí les mando esta foto. Ya sé que estos ropajes pueden parecer cosa de otra época. Pero hay una cosa importante: el color. Quizás lo digo porque me encantaría usar una camisa roja pero no lo puedo hacer.
En realidad lo que interesa es que simboliza la sangre. Por lo tanto, si el Papa te da este color es para que estés dispuesto a darlo todo: por Cristo, por los demás, por el Evangelio. Eso es lo que me estimula, sentir el llamado a que en esta nueva etapa de mi vida no haya un compromiso a medias, a que más allá de mis debilidades el deseo vuelve alto y los horizontes sean amplios, hasta darlo todo. Gracias por rezar por este pobre tipo que ha recibido tanto del amor de Dios".
Me parece un post gracioso y atractivo. Su intención está lograda: acercarse al Pueblo de Dios (y no tan pueblo) explicar los ropajes, el color, usar el tono y el lenguaje actual, utilizar los canales del siglo XXI...en fin, misión cumplida.
También me ha gustado otro post de hace dos días, en el que explica brevemente algunos puntos del Sínodo que ha comenzado en el Vaticano. Entre otras ideas me quedo con esta:
"Qué no deberíamos esperar: Si bien hay que permanecer abiertos a lo que Dios quiera hacer, no creo que se debatan este mes cuestiones como el celibato, la ordenación de mujeres o cosas por el estilo, porque cada uno de esos temas requeriría muchísimo estudio previo, debates regionales, y luego para cada uno de esos temas se requeriría al menos un Sínodo entero o dos. Por lo cual, con respecto a estas cuestiones muy debatidas sólo podría aparecer el pedido de estudiarlas, pero no conclusiones. Simplemente no sería serio. De hecho, este año el Sínodo ni siquiera terminará con un documento final".
Gracias, Su Excelencia, Eminentísimo y Reverendísimo cardenal, Mons. Víctor Manuel Fernández por su explicación. No creo que le guste nada que le traten así, porque este tratamiento, sin duda, sí que es de otra época.
Zenón de Elea.
