Dos víctimas de Rupnik hablan públicamente por primera vez: “Abusó de al menos 41 hermanas”

“Éramos mujeres jóvenes, llenas de ideales. Pero por el sentido de obediencia y la confianza en las personas que nos guiaron, fuimos explotadas para abusos de conciencia, espirituales, psicológicos, físicos y sexuales”

La abogada Laura Sgro, izquierda, escucha a Gloria Branciani. Crédito: Alessandra Tarantino/AP.
Dos víctimas de Rupnik hablan públicamente por primera vez: “Abusó de al menos 41 hermanas”. Crédito: Alessandra Tarantino/AP.
  1. Abusó de al menos 41 hermanas 
  2. Total transparencia del Vaticano 
  3. El relato de Gloria Branciani
  4. Excepcionalmente bueno manipulando
  5. La manoseó 
  6. "Me sentía atrapada" 
  7. Fue ignorada 
  8. El relato de Mirjam Kovac
  9. Que se reconozca la verdad 
  10. La abogada que las representa 
  11. Santuarios y basílicas, llenos de murales de Rupnik 
La abogada Laura Sgro, izquierda, escucha a Gloria Branciani. Crédito: Alessandra Tarantino/AP.
La abogada Laura Sgro, izquierda, escucha a Gloria Branciani. Crédito: Alessandra Tarantino/AP.

Por primera vez en una rueda de prensa y de manera pública, Mirjam Kovac, de 62 años, y Gloria Branciani, de 60, han relatado los años de abuso psicológico, espiritual y sexual que ellas y muchas hermanas sufrieron por parte del ex jesuita  Marko Ivan Rupnik. Confesaron que hicieron sonar la alarma sobre los abusos de Rupnik a principios de la década de 1990, pero que fueron rutinariamente ignoradas mientras Rupnik estaba protegido. 

Abusó de al menos 41 hermanas 

Kovac, eslovena, afirmó que Rupnik abusó de “al menos 41 hermanas” en la comunidad de Loyola“Todas éramos mujeres jóvenes, llenas de ideales. Pero esos ideales, junto con nuestra formación en la obediencia y la confianza en las personas que nos guiaron, fueron explotadas para abusos de diversa índole: de conciencia, espirituales, de poder, psicológicos, físicos y hasta sexuales”, afirmó.

Branciani, italiana de nacimiento, dijo que Rupnik abusó sexualmente de ella durante años, explicó cómo le conoció cuando era una joven estudiante de medicina interesada en el arte, y que casi de inmediato él comenzó a prepararla jugando con sus inseguridades y deseos. 

Total transparencia del Vaticano 

En una rueda de prensa celebrada el pasado 21 de febrero en la sede de Roma de la Federación Nacional de la Prensa Italiana (FNSI), estas ex miembros de la Comunidad Loyola, cofundada por Rupnik y la monja eslovena Ivanka Hosta en Eslovenia a fines de la década de 1980, compartieron sus historias públicamente por primera vez. En otras ocasiones contaron su historia bajo seudónimos.

Entre sus reivindicaciones, han exigido total transparencia a medida que avanza la investigación del Vaticano, informa Crux. También han pedido una investigación completa sobre lo que dicen ha sido un mal manejo sistémico del caso similar al llamado "informe McCarrick", un informe del Vaticano que detalla el manejo por parte de la jerarquía eclesiástica de las acusaciones contra el ex cardenal y el ex sacerdote norteamericano Theodore McCarrick, incluido cuál podría haber sido el papel del propio Papa.

El relato de Gloria Branciani

La italiana Gloria Branciani relató su amarga experiencia: “Él fue muy amigable, dulce, disponible, apoyó todas mis necesidades emocionales y físicas. Me hacía cumplidos, me mostraba una atención espiritual. Era como un padre espiritual. Parecía muy avanzado espiritualmente. Le confiaba mis deseos y aspiraciones más profundos". 

“A menudo me miraba mientras pintaba. Una vez me levantó la parte inferior de la falda, diciendo que era como si la Virgen María revelara la humanidad de Jesús". 

Excepcionalmente bueno manipulando

Branciani dijo que Rupnik era excepcionalmente bueno manipulando a las personas que lo rodeaban y que en un momento le dijo que ella era especial y que tenía vocación de mística. A menudo celebraba misa para ella en privado y luego se acercaba para darle un abrazo y un beso, dijo.

“Me explicó que me besaba con la pasión con la que besaba el altar durante la Eucaristía.  Esos abrazos y besos poco a poco se fueron haciendo más intensos. Yo estaba desorientada pero creí que el contacto físico conduciría al crecimiento espiritual". 

 

Al mismo tiempo, Branciani dijo que se alejó de amigos y familiares, volviéndose “muy dependiente” de la aprobación de Rupnik y que si tenía “dudas o no correspondía a sus deseos”, de alguna manera estaba siendo infiel a Dios.

La manoseó 

Ella contó un episodio en junio de 1986 cuando Rupnik, antes de partir hacia Grecia para trabajar en iconos bizantinos, le había pedido celebrar Misa con ella, y que durante la liturgia le pidió que se desnudara y la manoseó.

Cuando Gloria Branciani cuestionó lo sucedido después, dijo que Rupnik "explotó agresivamente" contra ella, diciéndole que no servía para nada, pero que había sido elegida por Dios para estar cerca de él y que podía ser una persona especial en su vida.

Branciani dijo que ingresó a la Comunidad de Loyola en 1987 y que después el contacto físico con Rupnik aumentó y “se volvió más violento”. "A menudo hacía largos viajes en automóvil para diversos encargos y utilizaba esos viajes para cometer "abusos más graves... incluida la pérdida de mi virginidad". 

“Cada vez que intentaba hablar, decir que para mí era un error, él decía que era que yo no podía vivir la sexualidad, que tenía que ver con mi personalidad rígida”, dijo.

"Me sentía atrapada" 

Después de hacer sus votos perpetuos, dijo que Rupnik se le acercó para proponerle tener un trío con otra hermana a imitación de la Santísima Trinidad: Dios como padre, Hijo y Espíritu Santo.

“Para demostrar que nuestra relación era a imagen de la Trinidad, necesitábamos invitar a otra hermana a tener relaciones sexuales con nosotros, ella tenía que representar a la tercera persona de la Trinidad, el Espíritu Santo, que unía nuestra manera de tener relaciones”, fue el extremecedor relato de Branciani. 

Se sentía “atrapada”, pero no tuvo más remedio que estar de acuerdo, porque Rupnik le dijo que era egoísta e incapaz de vivir una sexualidad saludable. También le diría que a su personalidad le faltaba determinación y fuerza, y que necesitaba desarrollar esas habilidades a través de la sexualidad.

Fue ignorada 

Rupnik llegó a proponer una “orgía colectiva” y la había llevado dos veces a ver películas pornográficas, y agregó: “Era obvio que asistía con frecuencia a estas películas”.

Después de sufrir ataques de pánico y sentirse profundamente confundida y desorientada, Branciani dijo que trató de comunicar sus preocupaciones a Hosta, el superior general, pero fue ignorada, por lo que finalmente abandonó la Comunidad de Loyola en 1994.

El relato de Mirjam Kovac

Asimismo, Kovac confesó en la rueda de prensa que sufrió abuso psicológico y abuso de conciencia por parte de Rupnik y Hosta, y que también salió en un estado de desorientación y confusión debido a la cultura interna de abuso.

Cuando el arzobispo de Ljubljana comenzó a realizar una investigación sobre la comunidad de Loyola en 2019 después de recibir quejas de varias hermanas, Kovac dijo que le pidieron que se pusiera en contacto con otras hermanas que se habían ido, y fue después de eso que algunas comenzaron a hablar.

Branciani recordó que estuvo entre las mujeres que dieron testimonio al Dicasterio para la Doctrina de la Fe en 2022, y que también dio su testimonio a los jesuitas cuando estaban llevando a cabo su propia investigación interna. 

Que se reconozca la verdad 

“Lo que queremos es que se reconozca la verdad, el mal que hemos sufrido, y que también se nos dé visibilidad a nosotros porque somos muchos, pero nos piden que nos callemos, que desaparezcamos de alguna manera. Nos desacreditan y esto ya no es aceptable”, afirmó Branciani.

A medida que avanza el caso, Branciani dijo que quiere “verdad y justicia, y que se rompa este silencio ensordecedor... No acepto que en ciertos círculos se nos defina como mariquitas enamoradas de [Rupnik]. Hay que reconocer el daño que yo y otras veinte de las cuarenta y una hermanas hemos sufrido”.

La abogada que las representa 

Laura Sgrò, una destacada abogada italiana con credenciales tanto en derecho civil como canónico, representa a Branciani y Kovac en el caso Rupnik. Dijo a los periodistas el miércoles que las mujeres “irán a testificar” dentro de poco.

Dijo que el caso se está manejando como abuso de adultos vulnerables e indicó que también están explorando vías de otro nivel en el caso, incluidos posibles cargos civiles contra Rupnik en el tribunal del Vaticano. 

Santuarios y basílicas, llenos de murales de Rupnik 

Rupnik, de 68 años, es quizás el artista contemporáneo más famoso de la Iglesia Católica, cuyos murales adornan santuarios, capillas y basílicas en todo el mundo, incluido el Vaticano y el santuario mariano en Lourdes, pero también se ha convertido en uno de los presuntos abusadores más notorios de la Iglesia.

El otoño pasado, la iglesia autorizó a Hosta a dedicarse a una vida de oración por las víctimas de sus abusos y los de Rupnik, y la Comunidad de Loyola fue disuelta.

Gloria Branciani y Mirjam Kovac. Foto CNS/Justin McLellan.
Gloria Branciani y Mirjam Kovac. Foto CNS/Justin McLellan.

 

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