Nuevo libro de Serrano Oceja: “Iglesia y poder en España. Del Vaticano II a nuestros días”

Analiza el poder de la Iglesia en la política y sociedad española, así como el de obispos, nuncios y determinadas instituciones eclesiales y su capacidad para cambiar la realidad interna y externa

José Francisco Serrano Oceja.
Nuevo libro de Serrano Oceja: “Iglesia y poder en España. Del Vaticano II a nuestros días”
  1. Los motivos de este libro 
  2. El poder en la Iglesia 
  3. Los males de catolicismo español 
  4. El papel de los obispos 

 

José Francisco Serrano Oceja.
José Francisco Serrano Oceja.

El próximo 15 de octubre se pondrá a la venta el libro “Iglesia y poder en España. Del Vaticano II a nuestros días”, escrito por nuestro colaborador, José Francisco Serrano Oceja, en ediciones Arzalia. Un libro que presenta una radiografía de algunos aspectos claves de la historia reciente de la Iglesia, a partir principalmente del Concilio Vaticano II. Religión Confidencial ha querido entrevistar al autor para plantearle algunas preguntas sobre los aspectos más llamativos de esta novedad editorial.

Los motivos de este libro 

¿Cuál es el motivo principal de este libro?

Desde hace tiempo se me había metido en la cabeza escribir un libro sobre dos cuestiones que tienen que ver con la configuración y el ejercicio del poder en la Iglesia. En este momento en el que vivimos inmersos en un revisionismo histórico de un período tan importante como la Transición, quería reivindicar el papel de la Iglesia en ese tiempo de la política y de la sociedad españolas. Pero quería hacerlo explicando cuáles fueron las transiciones previas internas por las que pasó la Iglesia. Sobre todo porque ahora afloran de nuevo algunas cuestiones determinantes en esa época de inmediato postconcilio. Parece que la Iglesia en España está en una especie de bucle en el que de nuevo nos hemos traslado a los años sesenta y setenta en cuanto, por ejemplo, a los nombramientos de obispos, las dinámicas y equilibrios de poder en la Conferencia Episcopal, los debates teológicos y pastorales, etc.

Por otra parte creo que hay acontecimientos, que abordo en el libro, como la famosa Asamblea Conjunta de obispos y sacerdotes, del año 1971, que han marcado a la Iglesia en España desde entonces y que aún siguen siendo, en algún sentido, episodios no aclarados del todo. O las relaciones entre el cardenal Tarancón y el cardenal González Martín, o la relación de los obispos con los primeros gobiernos socialistas.

¿Cómo surgió la idea de escribir una obra como esta? 

También tengo que aclarar que el libro nació de una amistosa conversación, en una comida, con el editor, Ricardo Artola, que tenía el proyecto, como buen historiador que es, de publicar una serie sobre la contribución de determinadas instituciones a la Transición y al democracia en España. Y por eso me pidió que escribiera lo referido a la Iglesia. Lo que pasa es que no he cumplido del todo lo que me pidió. Tengo que aclarar que el libro sólo llega hasta el año 2000. A partir de ahí, en algunas cuestiones, no hubiera escrito un ensayo de historia sino que me hubiera deslizado hacia el género de las memorias. Para eso es demasiado pronto.

Decías que tenías dos cuestiones en la cabeza. ¿Cuál es la segunda?

La segunda es lo que en la historiografía contemporánea se denominan “redes de amistad”, lo que algún periodista ha denominado “cordadas episcopales”. Es decir, hasta qué punto los grupos de amistad influyen en el nombramiento de obispos y, por tanto, qué constelaciones episcopales nos podemos encontrar en la historia reciente de la Iglesia, cuáles son sus características, cómo se han configurado y cómo han influido en la marcha de la historia. Por cierto que he intentado alejarme de las fáciles categorías de progresistas y conservadores.

 

El poder en la Iglesia 

¿Qué entiendes por poder en la Iglesia?

Utilizo a tres autores de referencia para definir este concepto. Richard Cox lo entendía como la capacidad de efectuar cambios. Romano Guardini, en su magnífico ensayo sobre el poder, hablaba de la facultad de mover la realidad. El teólogo Paul Tillich lo definía como el ser que se actualiza así mismo oponiéndose a la amenaza del no ser. En la práctica me refiero al poder de los obispos, de los nuncios, de determinadas Congregaciones de religiosos, los jesuitas, por ejemplo, o de movimientos y realidades de Iglesia, Opus Dei, Comunión y Liberación, el Camino Neocatecumenal, y su capacidad para cambiar la realidad interna y externa. 

¿Es un libro de historia de la Iglesia contemporánea?

Técnicamente no. Ni por el método, ni por la estructura. Es un ensayo histórico en el que, a partir de más de un centenar de lecturas, y de algunos documentos inéditos, he querido ofrecer una visión de conjunto de cómo ha evolucionado la Iglesia en España y cómo se ha relacionado con la sociedad y la política.

Los males de catolicismo español 

¿Cuáles son los males del catolicismo español que has detectado en la época contemporánea?

El libro tiene una serie de capítulos iniciales dedicados al siglo XIX porque como decía mi maestra y directora de tesis doctoral, María Teresa Aubach, no se entiende la historia de España en el siglo XX, ni la del XXI por lo que llevamos, sin la del XIX. También en la Iglesia. En el XIX tuvimos el grave problema de la división política de los católicos, que generó en determinados sectores el fenómeno de la desafección episcopal. También apareció ahí la cuestión de las polémicas entre los obispos, o entre el Nuncio y determinados cardenales y arzobispos, y, sobre todo, un fenómeno que denuncia con frecuencia el Papa Francisco que es el del clericalismo, con su anverso el anticlericalismo.  Y si nos colocamos en el siglo XX y en el inmediato postconcilio, nos encontramos con la politización de la fe, que ahora llamaríamos ideologización de la fe, y con los conflictos  entre dos modelos de entender la Iglesia, que proponen determinadas incidencias, y que aún no han desparecido.

El papel de los obispos 

¿Cuál es el papel de los obispos en esta historia?

Central. De hecho se podría decir que es un ensayo de historia de la Iglesia desde el rol de los obispos, una especie de sociología del episcopado español, en línea con la que comenzó a hacer el profesor Cuenca Toribio. Por cierto que hablar del poder de los obispos también implica fijarme en la otra cara de la moneda, el servicio. En este sentido te diré que cada vez que estudio más las biografías de los obispos que vivieron en los años del Concilio y del Postconcilio más admiro a esa generación que fue capaz de adelantarse a los procesos de la sociedad española. Fueran de la sensibilidad que fueran, eran grandes obispos.

¿Aportas algún descubrimiento nuevo?

Eso lo tendrán que decir los lectores, porque espero que a cada lector le sorprenda algo del libro, un dato, una relación, un criterio de interpretación. Para mí uno de los grandes descubrimientos, por ejemplo, fue el papel de los medios de comunicación en determinados momentos, la Asamblea Conjunta o las épocas más conflictivas de la Conferencia Episcopal. También me han sorprendido mucho determinadas figuras episcopales. Te pongo el caso del arzobispo de Madrid, Casimiro Morcillo. Me parece alucinante que no tenga una biografía a la altura de lo que significó para la Iglesia. O más recientes el de Miguel Peinado o Maximino Romero de Lema, entre otros. También he descubierto que en la historia de la Iglesia hay algunas instituciones y personas que han sido permanentes chivos expiatorios.  

¿Planteas alguna conclusión final?

Prefiero que cada lector saque la suya. He pretendido que se reconozca lo que la Iglesia, sus obispos, han hecho por España para que sirva de aliento en el presente y en el futuro. Y como la historia es maestra de la vida, invito a no sorprenderse más de lo debido por los cambios en la trayectoria del péndulo. 

Portada del libro.
Portada del libro.

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