Lo que hace distinta la crisis en la que vivimos
El catedrático Antonio-Carlos Pereira reflexiona sobre la crisis por la que atravesamos en "La sociedad del delirio"
Siempre me han resultado interesantes los libros que nos ayudan a entender el mundo en que vivimos. Máxime si a la inteligencia y a la cultura del autor se añade una perspectiva cristiana, que no obvia la necesidad de un ejercicio de razón sino que pone el acento en determinadas prioridades en torno a lo que significa la salvaguarda de la dignidad de la persona.
Reflexiones sobre la crisis actual
Por eso este libro de Antonio-Carlos Pereira Menaut me parece interesante e, incluso, pertinente. Ciertamente me quedo con el título, “La sociedad del delirio”, más que con el subtítulo “Un análisis sobre el Gran Reset mundial”, dado que hay que leerlo para interpretar adecuadamente lo que quiere decir el autor por el Gran Reset mundial.
El que fuera catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad de Santiago de Compostela nos ofrece una serie de reflexiones, a modo de ensayo, sobre la crisis por la que atravesamos.
No utiliza el concepto de crisis sólo para interpretar nuestra hora histórica a modo de concepto explicativo de todo y del todo. Profundiza en la singularidad de esta crisis con perspectivas nuevas, como podrán comprobar los lectores.
La dignidad de la persona
Además, uno de los valores del libro es que no se circunscribe a un análisis global, que también. Aterriza en España, con alguna digresión interesante, y oportuna, como la referida al artículo 10. 1 de nuestra Constitución, que dice: “La dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la personalidad, el respeto a la ley y a los derechos de los demás son fundamento del orden político y de la paz social”.
Otro aspecto previo que hay que tener en cuenta es que nuestro autor insiste en el método del sentido común, en la línea de lo que escribiera su maestro Álvaro D´Ors en “Derecho y sentido común”, el sentido común como verdadera filosofía del jurista.
Esto significa, “fiarnos de nuestra razón y de nuestros propios sentidos, estudiar cosas más que teorías sobre cosas, ir a lo concreto, ir siempre de lo conocido a lo desconocido, no obviar que “res sunt” y que la realidad objetiva existe, por mucho que la mecánica cuántica y el relativismo estén al acecho”.
Cambio antropológico
Novedades radicales que hacen de nuestro tiempo un tiempo distinto: el cambio antropológico y sus consecuencias en la dimensión cultural, ética y social; el desacuerdo sobre lo fundamental; las mutaciones tecnológicas que llevan a la irrelevancia del espacio y la aceleración del tiempo; el “nihilismo jurídico”, entre otras.
Al margen de consideraciones y tesis varias que plantea el autor, que darían para un largo debate, como la que sostiene que el paganismo y el cristianismo tenían más en común que el siglo XIX con el XXI, o que los españoles nos hemos entregado a un cumplimiento obsesivo de la ley que rompe con nuestra tradición de afirmación autónoma, me quedo con su invitación a “preguntarle las cosas a nuestra madre o abuela antes que a Google; desconfiar de los expertos, hacerse uno todo o que pueda por sí mismo con sus manos, desmarcarse de los protocolos y de las falsillas que cuadriculan nuestras vidas desde que nacemos aunque no nos obliguen directamente a nada malo…”.
Como decía R. J. Snell, “el moralismo poscristiano es terrible, exigente y no perdonador”.
La sociedad del delirio
Antonio-Carlos Pereira
Rialp
