Cómo hablar de género, sexo y homosexualidad en la Iglesia y no sólo a los jóvenes
La doctora en filosofía Marta Rodríguez Díaz, que ha trabajado en el Pontificio Consejo para los Laicos, Familia y Vida, presenta una propuesta del mensaje cristiano sobre la sexualidad
- Dimensiones antropológicas
- La autora
- Análisis de las teorías de género
- Acogida y acompañamiento
- Pedagogía del cuerpo
Estoy convencido de que uno de los problemas de la propuesta cristiana a la hora de presentar su mensaje a determinados públicos, es decir, a las generaciones de adolescentes y jóvenes, incluso a parejas –por no decir, matrimonios- es tanto la forma como el contenido referido a la sexualidad.
Dimensiones antropológicas
Así como la famosa feminista Luce Irigay señala que cada época tiene un tema que pensar, y que el de nuestro tiempo es el significado de la diferencia sexual, nosotros podríamos decir que no se puede pensar y presentar la perspectiva antropológica del cristianismo sin plantear la cuestión de la relación entre sexo, género, identidad, es decir, entre las dimensiones antropológicas, psicológicas y socio-culturales del desarrollo de la personalidad y de lo que tiene que ver con la relación, en sentido genérico, y con el matrimonio y la familia, en concreto.
Por lo tanto, todo lo que sea iluminar el laberinto cultural en que nos encontramos en la cuestión de género, en particular entre los jóvenes, debe ser bienvenido, si está bien enfocado.
De inicio, el lector que se acerca a este libro se plantea por qué en el título aparece el término “Género” y no “Sexo” en relación con los otros dos conceptos, Iglesia y jóvenes.
¿Será una propuesta normalizadora del uso del concepto “género” en relación con la ideología/s o teoría/s de género en la Iglesia?
La autora
La autora, Marta Rodríguez Díaz, doctora en filosofía por la Universidad Gregoriana, discípula del profesor Ramón Lucas Lucas, que ha trabajado en el Pontificio Consejo para los Laicos, Familia, y Vida, y es directora académica del curso “Género, sexo y educación” de la Francisco de Vitoria, hace una interesante propuesta destinada a presentar el mensaje cristiano sobre la sexualidad, es decir, sobre las relaciones entre sexo y género.
Un abordaje también sobre cómo afrontar humana y cristianamente en la familia la homosexualidad, de una forma original, con un lenguaje novedoso, con ideas atractivas, sin rebajas, incluso morales, ni reduccionismos, intentando una continuidad de la teología del cuerpo y la sexualidad de san Juan Pablo II en diálogo con algunas teorías vigentes de la relación entre sexo y género.
Análisis de las teorías de género
Tengo que confesar que he leído este libro con cierta precaución inicial, quizá influido por otras lecturas recientes sobre esta temática, incluso de obispos, que me han dejado perplejo.
Mi precaución se ha ido deshaciendo a medida que iba adentrándome, por una parte, en la explicación conceptual, incluso desde el punto de vista histórico, y en el análisis de las teorías de género, que están explicadas con una notable claridad.
Creo que hay mucha experiencia pedagógica y muchas horas de escucha y de propuesta formativa detrás de este libro. Es decir, hay un trabajo de comunidad de pensamiento y acción, manteniendo unidas, como se dice en el prólogo, “una antropología sólida, finura intelectual, sensibilidad pastoral y análisis crítico”.
Acogida y acompañamiento
Sorprende a lo largo del libro cómo la autora es consciente de que aborda cuestiones delicadas. Una no menor es la de la homosexualidad.
Eso no impide que las afronte con tacto, teniendo en cuenta incluso, por ejemplo, que “en algunas diócesis se están haciendo experiencias que podrían causar algo de confusión, porque confunden la acogida y el acompañamiento debido a estos hijos de la Iglesia con la justificación moral de la conducta homosexual o la bendición a parejas del mismo sexo”.
Parece evidente también, como dice la autora de este libro, que “la pastoral de la Iglesia hacia las personas con atracción por el mismo sexo o que se identifican con la comunidad LGTBIQ+ está todavía por desarrollar, y que es importante hacerlo desde una concepción antropológica adecuada”.
Pedagogía del cuerpo
Y sí, la autora considera, respecto al concepto género, que “conviene asumir el término, por motivos antropológicos, culturales y pastorales”, pero no de cualquier forma, sino en la perspectiva de lo que escribieron Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco.
Como hacen, entre otros, Blanca Castilla de Cortázar, Rodrigo Guerra, el grupo ROR de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, con autores como Giulio Maspero, Antonio Malo e Ilaria Vigorelli, o Carmelo Vigna y su Escuela, entre otros.
Hay que agradecer también el capítulo sobre el cuerpo, en la perspectiva de la “pedagogía del cuerpo” de Juan Pablo II.
Género, jóvenes e Iglesia. Juntar las piezas.
Marta Rodríguez Díaz
Encuentro
