Mons. Iceta defiende la labor de tantas mujeres misioneras: "Son la cara materna de la Iglesia"

La Semana Española de Misionología celebra su 75 edición. Mujeres misioneras hablan de su experiencia: desde salvar a chicas de la prostitución a ser vicepárrocas

Mons. Mario Iceta.
Mons. Iceta defiende la labor de tantas mujeres misioneras: "Son la cara materna de la Iglesia".
  1. Mujer y misión 
  2. Las primeras testigos de la Resurrección
  3. ‘He sido vicepárroca’
  4. 46 años curando enfermedades 
  5. Padres que llevan a sus hijas a prostituirse 
  6. Exposición de los 75 años 
75 edición de la Semana Española de Misionología.
75 edición de la Semana Española de Misionología.

Mañana finaliza la Semana Española de Misionología que celebra este año su 75º edición. Comenzó el pasado 3 de junio en la Facultad de Teología de Burgos y está organizado de manera conjunta por esta Facultad, la Comisión Episcopal para las Misiones y la Cooperación con las Iglesias, Obras Misionales Pontificias (OMP) y la delegación de Misiones de Burgos. 

En su página web se pueden ver y seguir todas las conferencias. 

Mujer y misión 

Este año, las jornadas se centran en la "Mujer y misión".  

La sesión inaugural corrió a cargo del arzobispo de Burgos, Mons. Mario Iceta, y el decano de la Facultad de Teología de Burgos, José Luis Barriocanal.  La conferencia inaugural a cargo del profesor de esta misma Facultad, Eloy Bueno de la Fuente, hizo un repaso del los 75 años de esta Semana Española de Misionología.

En su mensaje del pasado 2 de julio, el obispo Iceta agradeció "la labor de tantas mujeres misioneras que, como Iglesia peregrina, ponen de su parte todo lo que pueden para paliar la pobreza con el Evangelio de su propia vida entre las manos".

"Ellas, primeras testigos de la Resurrección, son la cara materna de la Iglesia: en la migración, en la acogida, en la sanidad, en la cultura, en la enseñanza, en el compromiso… Ellas, desde una caridad sin medida y un servicio impagable, son los rostros vivos que rememoran a las mujeres fuertes de la Biblia. Mujeres como María, Sara, Rut, Ester, Judit, Débora, Rebeca, Raquel… Miradas apasionadas y decididas que han marcado una historia bíblica y cristiana y han dejado un poso imborrable en la Historia de la Salvación. Por eso, seguir sus huellas e imitar su ejemplo supone edificar un mundo más compasivo, más evangelizador y más humano", dijo el arzobispo de Burgos. 

Las primeras testigos de la Resurrección

El segundo día de la Semana Española de Misionología ha tenido como protagonista a  la teóloga Elisa Estévez López que ha disertado sobre Las primeras testigos de la Resurrección.

La profesora de Comillas ha recordado la importancia de la mujer en los Evangelios y cómo su relación con Jesucristo es similar a la de otros grupos de seguidores como es el caso de los Apóstoles: ‘Las listas de mujeres que aparecen son claves para mostrar que su actitud sigue los mismos parámetros de ‘seguir’ y servir’. Estos dos verbos aluden a un ‘estilo de vida’ que llama la atención a los coetáneos’. Son los mismos que se dan en los grupos de varones como es el caso de los Apóstoles.

‘He sido vicepárroca’

La segunda ponencia titulada La caridad y el servicio, la cara materna de la Iglesia fue pronunciada por Laura Díaz Barco, misionera comboniana en Etiopiía, que ha sido vicepárroca y profesora en el seminario de Adis Abeba. 

 

 Díaz planteó los desafíos de una ‘casa materna’. "Materna no es maternalista y para que así se mantenga debe insistir en ‘empezar procesos, más que ocupar espacios". Estas palabras del papa Francisco llevan a una apuesta clara por la formación integral que se fija más en la persona que en la preservación de la institución.

Por otra parte, señaló que "la Iglesia no es una ONG. Se comienza a ser cristiano desde el encuentro con Jesucristo, no desde el hacer. Esto no quita, y lo dice una economista, la necesaria profesionalización, para nada en contra de la sacramentalidad". 

Por último, insistió en ‘caminar hacia una Iglesia más inclusiva’. Para ello es muy importante estar en las periferias: ‘estar en la parte del todo, pero sin pertenecer al cuerpo principal’. Desde la periferia se ven cosas que no se ven mientras estás en el centro. A la mujer le queda un largo camino de recorrer dentro de la Iglesia. Debe estudiar más, debe hacer Teología. Y es fundamental introducir a mujer en el Seminario. De esta manera se rompen muchos prejuicios.

46 años curando enfermedades 

La mesa redonda de la tarde presentó un mosaico de presencias de la mujer misionera en lugares como Chad, Albania, Níger, Togo o Burkina Faso.

Pilar Serrano, franciscana misionera en Níger, Togo y Burkina Faso, relató su experiencia en el campo de la salud. Durante 46 años ha estado curando enfermedades, a la vez que ha sido víctima de la mayor parte de ellas. Desde el cuidado de la salud es muy fácil anunciar a Cristo viviendo pobre con los pobres. Antes de regresar a España, su provincial le dijo: ‘Cuenta ahora todo lo que has visto y oído’. Y así lo hago.

Ximena Cabezas, misionera chilena en Chad, ha escuchado muchas veces que no merece la pena invertir en la formación de una mujer porque será pieza de más valor para un ‘esposo mayorcito’. Esta religiosa con familia en Burgos presentó el proyecto de empoderamiento de la mujer chadiana basado en crear biliotecas de norte a sur, desde Libia a Camerún.

En Chad, ‘una niña vale muy poco, está tutelada por un varón y dedica la mayor parte de su tiempo al trabajo’. En las bibliotecas se forma a las niñas desde pequeñas y son ellas las que llevan después la gestión. Para ello, se han creado grupos de madres que trabajan en un proyecto de huertas. Las madres logran el sustento para la familia, el agua para la casa y el tiempo libre para que las niñas estudien. Toda una revolución que ha puesto en jaque una mentalidad patriarcal sostenida desde hace muchos años por un país con un 90% de musulmanes en la zona rural.

Padres que llevan a sus hijas a prostituirse 

Eva Maldonado Blanes, hija de Cristo Rey presentó el trabajo en la frontera albanesa con Grecia, en el distrito de Gjirokaster. Esta joven cordobesa vivió cuatro años en Albania hasta que la Covid19 la sentó en una silla de ruedas y tuvo que volver a España a recuperarse de sus secuelas. Ha contado cómo algunos padres llevan a sus hijas a los hoteles de lujo para ser prostituidas.

Nunca ha perdido la esperanza en ‘humanizar la frontera’, ese corredor que tras la guerra de Siria diariamente trae a 40 o 50 personas que llegan llenas de magulladuras y son recibidos con empujones y patadas. ‘La fe es riesgo y te lleva al riesgo de enfrentarte a un policía, a un sanitario para defender la vida de un inocente que huye’. Su comunidad religiosa, de origen italiano y única en Albania, regenta una escuela y sabe lo que es vivir sin lo esencial, incluida la celebración de la misa. No tienen sacerdote y no hay parroquia católica en la zona.

Tras la vuelta a España y trabajar ahora en un instituto como profesora de religión reconoce que no puede ser ‘una profesora normal’. Ahora es misionera urbana que constata la falta de sentido y la desorientación de tantos jóvenes, que tienen de todo, menos la brújula de su vida.

Exposición de los 75 años 

Con motivo de los 75 años que cumple este evento, también se ha inaugurado una exposición titulada ‘75 años de la Semana Española de Misionología’. José María Calderón, director nacional de Obras Misionales Pontificias ha explicado como en ella se recogen “75 años de la inquietud misionera en España”. Ha recalcado también cómo nuestro país ha tenido siempre la misión muy presente, algo que se refleja en esta exposición.

La misionera Eva Maldonado y José María Calderon.
La misionera Eva Maldonado y José María Calderon.

 

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