Sobre papas, papado y ejercicio del primado

Benedicto XVI el día de su elección como Papa.
Benedicto XVI el día de su elección como Papa.

Aunque los lectores de Religión Confidencial tienen hoy una referencia crítica del libro de monseñor George Gänswein, he querido añadir, en este artículo, algunos textos, sacados de la lectura de ese volumen, que nos permitan pensar sobre el papado y el ejercicio del primado.   

Serían algo así como notas o citas de lectura que brindo a lectores. Las transcribo a modo de mosaico. Sin reflexiones intermedias, que dejo a la consideración de cada cual. Lo que va entre comillas es reproducción literal de lo que aparece en el libro.

1.- El 16 de agosto de 1977, el cardenal Albino Luciani se refirió públicamente, en la homilía en una celebración de la fiesta de san Roque, a su relación con el neocardenal Joseph Ratzinger.

Después de delinear un perfil de Ratzinger dijo, hablando de la situación de la Iglesia de entonces, por contraste a lo que significaba Ratzinger como teólogo y pastor, que había quienes “más que profetas, parecen contrabandistas; se aprovechan del sitio que ocupan, para vender como doctrina de la Iglesia lo que es, en cambio, su pura opinión personal o incluso doctrinas copiadas de ideologías aberrantes o desaprobadas por el Magisterio de la Iglesia”.

2.- Benedicto XVI, a la hora de elegir candidatos para cardenales, consideraba que “temperamentos y posiciones diferentes a los míos deberían encontrar sitio en el Colegio de los cardenales, en la medida en que estas posiciones permanecieran, sin embargo, fieles a la Iglesia católica”.

Personas promovidas a cargos relevantes durante el pontificado de Benedicto XVI que se citan explícitamente en el libro: Mario Grech, obispo de Gozo; Claudio Hummes, prefecto Congregación para el Clero; Odilo Pedro Scherer, arzobispo de Sao Paolo; Reinhard Marx, arzobispo de Múnich; Joseph William Tobin, secretario de la Congregación de Religioso; Joao Braz de Aviz, prefecto de Vida Religiosa; Jean Claude Hollerich, arzobispo de Luxemburgo; Matteo Maria Zuppi, obispo auxiliar de Roma; Luis Antonio Tagle, arzobispo de Manila.

3.- Durante el Consistorio del 18 de febrero de 2012, Benedicto pidió que rezaran por él para “que pueda ofrecer siempre al Pueblo de Dios el testimonio de la doctrina segura y regir con humilde firmeza el timón de la santa Iglesia”.

4.- Se lee en el libro: “En los años en que estuvo como prefecto en el Vaticano, figuraba entre los temas que le apasionaban el del primado petrino y su “estructura martiriológica”. Recuperando lo que había escrito el cardenal inglés Reginald Pole a mediados del siglo XVI, Ratzinger subrayó que “la sede del Vicario de Cristo es aquella sobre la que se sentó Pedro en Roma cuando plantó allí la cruz de Cristo. De ella no bajó jamás durante todo el ejercicio de su pontificado, sino que, elevado con Cristo según el espíritu, tenía las manos y los pies tan sujetos a los clavos que no quería ir a donde su voluntad le llevara sino permanecer allí donde le mantenía la voluntad de Dios: allí estaban ahora clavados su sentimiento y su pensamiento”.

5.- También se lee: “Bastaría con releer los textos del magisterio del papa Ratzinger para darse cuenta de la radicalidad de su pensamiento con respecto al ministerio petrino, (…), como declaró por ejemplo, el 7 de mayo de 2005 en San Juán de Letrán: “La potestad de enseñar, en la Iglesia, implica un compromiso al servicio de la obediencia a la fe. El Papa no es un soberano absoluto, cuyo pensamiento y voluntad son ley. Al contrario: el ministerio del Papa es garantía de la obediencia a Cristo y a su Palabra. No debe proclamar sus propias ideas, sino vincularse constantemente a sí mismo y la Iglesia a la obediencia a la Palabra de Dios, frente a todos los intentos de adaptación y alteración, así como frente a todo oportunismo. (…) El Papa es consciente de que, en sus grandes decisiones, está unido a la gran comunidad de la fe de todos los tiempos, a las interpretaciones vinculantes surgidas a lo largo del camino de peregrinación de la Iglesia. Así, su poder no está por encima, sino al servicio de la Palabra de Dios, y tiene la responsabilidad de hacer que esta Palabra siga estando presente en su grandeza y resonando en su pureza, de modo que no la alteren los continuos cambios de las modas”.

 

Y más que hay en el libro.

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