El obispo de Lugo y la teología sobre el Papa

La Revista Huellas, del Movimiento Comunión y Liberación, acaba de publicar un número que trae en portada la audiencia que el Papa Francisco concedió, recientemente, a esta realidad de la Iglesia. El protagonista de la revista, sin lugar a dudas, es el Papa, su palabra, sus gestos, su propuesta al movimiento, su discurso. Un texto que ha sido recibido con un amplio aparato hermenéutico por parte de quienes forman parte de esa realidad eclesial.

En el citado número de la Revista “Huellas” destaca una jugosa entrevista al obispo de Lugo, monseñor Alfonso Carrasco Rouco. Un diálogo que tiene como referente la personalidad teológica de este obispo que se fraguó en la elaboración de una tesis doctoral sobre “el primado de la jurisdicción del Papa”, dirigida por el teólogo y canonista Eugen Corecco, uno de los exponentes más destacado de la Escuela de Munich.

Monseñor Carrasco Rouco señala  que “el ministerio del Papa subraya una dimensión profunda y común a todos nosotros: la experiencia cristiana sucede siempre en relación con personas concretas, con la presencia real de hombres”. Insiste, en esta perspectiva, en que “nos hace falta una persona que nos abra continuamente un camino nuevo hacia Cristo”.

Una de las cuestiones abordadas en la entrevista es la de la autoridad. El obispo de Lugo apunta que “tiene autoridad quien hace brillar la verdad en nuestro corazón y abre la esperanza a la posibilidad de vivir. La autoridad es parte del camino que nace al reconocer al Señor. El Papa es la roca, esa persona que nos puede confirmar y dar testimonio con autoridad. Pero la autoridad que vivimos es un gesto de nuestra fe. El Papa nos habla con autoridad si hemos vivido una historia donde el Señor ha hecho surgir la docilidad de la fe”.

Don Giussani, fundador del movimiento Comunión y Liberación, decía que hay que  “amar al Papa afectiva y efectivamente ha sido siempre nuestra pasión”. Según monseñor Carrasco Rouco, “esto quiere decir que hay que reconocer al sucesor de Pedro en su ontología, en su realidad objetiva, pero también adhiriéndose con todo el corazón. La adhesión de corazón sigue al juicio de la verdad. Si tú percibes quién es el Papa, puedes seguirle sin dudas. El reconocimiento del ministerio petrino  es un gesto de fe. Y la fe es la percepción de la verdad que Cristo nos pone delante (...) No puede uno oponerse al Papa y encontrase pacíficamente en la misma historia de comunión que el Señor genera”.

El obispo de Lugo destaca del Papa dos cualidades. “Su insistencia –señala- constante en la misión, esa voluntad suya, tan fuerte, casi feroz de que la Iglesia esté en salida: para él, este aspecto juzga todas las cosas y debe servir para renovar todas las cosas. Y luego su voluntad de manifestar la fe como una experiencia cercana, humana. Está tratando de demostrar cómo las afirmaciones y los principios de la fe, que tantas veces podrían parecernos un poco abstractos, son una experiencia cotidiana que toca a la persona”.

 
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