¿Se ha disparado la pobreza en España?
Le debo a Juan Ramón Rallo este tema de la situación de la pobreza en España. También que me haya hecho bucear en la tasa AROPE.
Los obispos aprobaron hace unos días un documento sobre las migraciones. Que por cierto esperemos poder leer pronto.
He aquí otro tema social que interpela a la conciencia cristiana.
Desde el punto de vista de los estudios y análisis, habría que distinguir entre pobreza y desigualdad. Para abordar esta última realidad tendríamos que tener en cuenta el porcentaje de población que se aleja del sesenta por ciento de la renta mediana de una país, con independencia que te conceda buenos o malos condiciones de vida según esa renta mediana.
También habría que tener en cuenta la baja densidad en el empleo que se mide en referencia al tanto por ciento del trabajo en los hogares conformados por personas en edad de trabajar.
Dos variables que hay que tener en cuenta, asumiendo que las mediciones de pobreza a través de los ingresos o de la densidad del empleo son problemáticas, por otros factores.
Por lo tanto, dejemos a un lado las variables de desigualdad y centrémonos en las de situaciones de carencia material.
Alguien es pobre si no dispone de un mínimo de bienes materiales necesarios para llevar una vida digna dentro de una sociedad.
La Unión Europea mide cada año, con la tasa AROPE (At risk of poverty and/or exclusion), el riesgo de pobreza y de exclusión social.
La carencia material severa es el porcentaje hogares que no pueden permitirse al menos cuatro de nueve situaciones económicas que se determinan a continuación:
1) No puede permitirse ir de vacaciones al menos una semana al año. 2) No puede permitirse una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días. 3) No puede permitirse mantener la vivienda con una temperatura adecuada. 4) No tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos (de 650 euros). 5) Ha tenido retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda principal (hipoteca o alquiler, recibos de gas, comunidad...) o en compras a plazos en los últimos 12 meses.6) No puede permitirse disponer de un automóvil. 7) No puede permitirse disponer de teléfono. 8) No puede permitirse disponer de un televisor. 9) No puede permitirse disponer de una lavadora.
Si medimos la pobreza como hogares con carencia material severa, porcentajes de familias que no pueden hacer frente a gastos fundamentales, tenemos que decir que se ha disparado la pobreza en España.
En el 2023 estamos en el máximo histórico desde 2004 que comenzó la serie.
El 8, 9% de los hogares españoles viven con carencia material severa. En el 2019, estaba el 4,7% por ciento. En el peor momento de la crisis económica, en 2014, era el 7, 1% .
No pueden permitirse comer carne pollo o pescado dos días a la semana, 6,7 % . Antes de la pandemia estaba en el 3,7%.
En 2023 no pueden mantener una temperatura adecuada en el hogar el 21% de los hogares españoles. Muy por encima del nivel prepandemia, 7, 7%, o en 2014, el 11,00%.
Recordemos que en 2014-2015-2016 –gobierno de Rajoy-, se produjeron una serie de informaciones sobre el hambre y la pobreza en España. Estábamos entonces a la mitad de las tasas actuales.
¿Por qué no se habla hoy de esta situación? ¿Tiene la Iglesia que hablar de esto?
Quizá sí, entre otras razones para demostrar que la pobreza no se debe utilizar como arma propagandística para legitimar al ascenso al poder de determinados grupos políticos. ¿Dónde queda el escudo social?
Además, estamos en el momento de máximos histórico de gasto del Estado. Y parece que no se arregla nada de lo sustancial. ¿Por qué?
