Algunos cambios curiosos en la diplomacia vaticana

Del extenso informe que ha publicado Andrea Gagliarducci sobre los cambios en la diplomacia vaticana durante el 2023, me quedo con los siguientes datos, que pondré en valor de forma sólo descriptivo-narrativa.

Lo primero que hay que destacar es que se ha producido en el 2023 un cambio generacional en el cuerpo diplomático de la Santa Sede.

Se inició el año con el nombramiento de un nuevo subsecretario de la Secretaría de Estado para el sector “multilateral” de las relaciones con los Estados, monseñor Daniel Pacho, alemán de nacimiento.

También hay que sumar a ese cambio generacional el nombre de monseñor Javier Domingo Fernández González, venezolano, con un Doctorado en Derecho Canónico por San Dámaso, como nuevo jefe de protocolo y el de monseñor Joseph Murphy como subsecretario para el personal diplomático.

Quizá la noticia más significativa, -habrá que verlo- es el nombramiento del que era secretario del cardenal Pietro Parolin, don Vicenzo Turturro, como nuncio en Paraguay. Veremos a qué viene este cambio.

Da la casualidad de que Turturro sustituirá a monseñor Eliseo Antonio Ariotti, uno de los grandes consejeros que tuvo la Nunciatura en España en momentos nada fáciles para esta delegación pontificia.

En este momento son 26 las Nunciaturas vacantes, algunas de ellas significativas por la idiosincrasia de los países, como por ejemplo Nigeria, dónde hay una persecución creciente contra los cristianos. No olvidemos que la de España no está vacante por mucho que haya quien pretenda trasmitir ese mensaje.

Sin lugar a dudas de entre las prioridades diplomáticas de la Santa Sede han estado, en este pasado año, las guerras de Ucrania e Israel.

Han sido creados cardenales dos nuncios, el de Italia, Emil Tscherrig, y el Nuncio en Estados Unidos, Christophe Pierre. Está claro que la relación con esos episcopados nacionales, y su influencia en otros episcopados, motiva esas decisiones pontificias.

De los cambios en las Nunciaturas, destacaría, en primer lugar, uno muy cercano a nosotros, que en las relaciones geoestratégicas, incluso en lo que afecta a España, tiene bastante relevancia.

El 8 de diciembre, el Papa nombró al arzobispo Alfred Xuereb Nuncio en Marruecos, en sustitución de monseñor Vito Rallo, un gran conocedor de Marruecos (Nuncio desde 2015 a 2023) y de España, por cierto. Monseñor Rallo fue otro de los grandes consejeros de la avenida Pío XII.

Xuereb fue segundo secretario con Benedicto XVI y primer secretario con el Papa Francisco.

Toca hablar ahora de dos relevantes diplomáticos vaticanos. El arzobispo Ettore Balestrero que, en junio, fue nombrado Observador Permanente de la Santa Sede en Naciones Unidas. Quizá siga en un futuro los pasos de monseñor Bernardito Cleopas Auza. Y monseñor Bruno Musarò, que fue designado Nuncio en Costa Rica, otro primer espada de las relaciones internacionales de la Iglesia. 

Otro gran conocedor de España, monseñor Gian Luca Perici fue nombrado Nuncio en Zambia y Malawi, después de su estancia en Portugal, posterior a su fructuoso tiempo en Madrid.

También hay que hablar de otro diplomático, y algo más que diplomático, con vínculos con nuestra patria, monseñor Nicolas Henry Marie Denis Thevenin, que fue secretario personal del cardenal Bertone cuando era Secretario de Estado, y que ahora une Egipto y el sultanato de Omán.

Por último no debemos olvidar el traslado del madrileño Miguel Mauri Buendía a Londres para sustituir al arzobispo Claudio Gugerotti, nombrado para el Dicasterio de las Iglesias Orientales y también cardenal.

2024 será, sin duda, un año de cambios en el cuerpo diplomático de la Santa Sede. Esperemos a desentrañar en qué dirección.