Propaganda Fide (III). El Palacio y la Capilla de los Reyes Magos

Capilla de los Reyes Magos.
Capilla de los Reyes Magos.

En esta entrega pasamos a describir la arquitectura del Palacio de Propaganda Fide  incluida su Capilla de los Reyes Magos y el simbolismo subyacente.

Fundado en 1622, el palacio romano de Propaganda Fide situado en la Plaza de España, fue declarado por la UNESCO patrimonio de la humanidad.

El primer arquitecto encargado de su construcción fue Bernini, que recibió el encargo en 1568 de Urbano VIII, diseñando y realizando la fachada del palacio hacia la plaza. El resultado, austero y mesurado, se presenta en dos pisos con cinco ventanas con arquitrabe en el primer piso y cuatro ventanas con una cornisa sencilla en el segundo.

La obra se completa con un gran portal en almohadillado, coronado por un tímpano triangular y dos paredes de ventanas con arquitrabe.

En 1644 Bernini fue sustituido por  Borromini. Los trabajos concluyeron en 1677. La fachada de Borromini en Vía di Propaganda es una obra maestra de la arquitectura barroca: con dos pisos de siete ventanas decoradas y un entresuelo. En la planta baja hay un gran portal flanqueado por altos pilares.

Entre las grandes pilastras se sitúan las ventanas de las alas laterales que están curvadas hacia el interior mientras las centrales lo hacen hacia el exterior. La banda central está nuevamente curvada hacia el interior. 

La capilla de los Reyes Magos del palacio fue construida por Borromini, como un ambiente en el que el volumen, coronado por la luz, entra en haces por las amplias ventanas y, constituye uno de los grandes temas de su arquitectura. Está dedicada a Cristo adorado por los Reyes Magos Bíblicos. 

Esta dedicación ( Epifanía) nos habla ya, de la dimensión universal de la predicación evangélica  (Propaganda Fide). Los Reyes Magos fundieron sus procedencias siguiendo la estrella desde orbitas y caminos diversos y, tras encontrar al Mesías, volvieron a difundirse en múltiples direcciones, designando, por tanto, la universalidad y apertura de la fe en todos los sentidos del espacio. Esta multidireccionalidad está presente en las ventanas superiores que rodean la capilla, símbolo esta última de la gruta de Belén, orientada hacía el pesebre que es el tabernáculo.

Lo católico no se ciñe a un recinto cerrado y endógeno; se abre en todas direcciones y asciende trascendiendo lo terrenal hasta el cielo. Las pilastras parten desde el plano inferior y van a las bóvedas, las cuales ejemplifican lo celeste.

 

En las lacerías y nervaduras de la bóveda de la capilla, podemos ver el entrelazamiento y la participación de cada fiel en el sostenimiento de toda la estructura celeste por la comunión de los santos.

Podemos encontrar una semejanza entre el decurso de la vida de una persona y su recorrido por la nave así como su destino final al encontrarse con Dios en el tabernáculo.

Es así como se establece en el plano horizontal una direccionalidad hacía el Santísimo donde converge toda la composición como indicando también el peregrinar del hombre hacía su destino eterno.

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