Prefecto de la Secretaría de Asuntos Económicos del Vaticano: “Debemos recuperar la credibilidad”

Visita extraordinaria a Valencia de Maximino Caballero que destacó la necesidad de ser referente internacional de transparencia”

Prefecto de la Secretaría de Asuntos Económicos de la Santa Sede, Maximino Caballero Ledo.
Prefecto de la Secretaría de Asuntos Económicos del Vaticano: “Debemos recuperar la credibilidad” .
  1. Transparencia y recuperación de la credibilidad
  2. Reforma económica “radical y profunda” 
  3. La comisión Cosea
  4. Importancia de la Secretaría para la Economía
  5. Ética y servicio, principios definidos por el Papa
  6. Una mejor organización
Prefecto de la Secretaría de Asuntos Económicos de la Santa Sede, Maximino Caballero Ledo.
Prefecto de la Secretaría de Asuntos Económicos de la Santa Sede, Maximino Caballero Ledo.

La administración económica al servicio de la persona y de la Iglesia fue el tema que se abordó, este martes en Valencia, en las XVIII Conversaciones Canónicas, donde expertos abordaron la necesidad de una gestión económica al servicio de la misión evangelizadora de la Iglesia. Organizadas por la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad Católica de Valencia (UCV), el Arzobispado de Valencia y CaixaBank.  

Destacó por excepcional la presencia del Prefecto de la Secretaría de Asuntos Económicos de la Santa Sede, Maximino Caballero Ledo. También participaron el arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavent; el vicesecretario para Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Fernando Giménez Barriocanal, así como varios expertos, entre ellos, el director de Instituciones de CaixaBank en la Comunidad Valenciana, Jaime Casas Poy.

Transparencia y recuperación de la credibilidad

El Prefecto Maximino Caballero destacó, en su ponencia sobre los “Avances normativos en la gestión económica de la Santa Sede”, que la reforma económica del Vaticano “es un proceso a largo plazo que, aunque comenzó en 2014, prácticamente estamos empezando, por lo que hay que tener paciencia, habrá ajustes. Todo nos llevará al objetivo último: poner a la Santa Sede como referencia internacional desde el punto de vista de transparencia y de recuperación de la credibilidad”.

Del mismo modo, el Prefecto de la Secretaría de Asuntos Económicos subrayó que “la transparencia es el principio más mencionado, y más utilizado en las normativas de la reforma económica, porque hablamos de un patrimonio público alimentado de fuentes limitadas, en la mayoría de ocasiones, procedente de donaciones de los fieles. Por tanto, tenemos que dar y rendir cuentas. Transparencia no sólo es publicar las cuentas, es demostrar que tenemos unos procesos que funcionan, que cada ente es responsable de sus actos y que luchamos contra la corrupción”.

Además de rendir cuentas a los fieles, Caballero explicó que “hay que recuperar la credibilidad que, a nivel de Santa Sede, está muy dañada, y solo se puede hacer a través de una transparencia total. No sólo por la necesidad de dinero -hay que tener fe en la providencia- porque ese dinero no vendrá sin transparencia, sin rendir cuentas o si no hacemos las cosas cómo se deben hacer”.

Reforma económica “radical y profunda” 

Caballero Ledo recordó que la Ciudad del Vaticano y la Santa Sede “son entidades soberanas independientes y que la Santa Sede es el organismo del que se sirve el Santo Padre y los Obispos para realizar la tarea del gobierno de la Iglesia en el mundo. La reforma económica se refiere, por ello, a la Santa Sede aunque la mayoría de las normativas se han aplicado a la Ciudad del Vaticano”.

La Santa Sede cuenta con alrededor de 150 entidades que son entes públicos: las instituciones curiales -dicasterios, órganos de Justicia, organismos económicos y oficinas-; y las vinculadas y referidas a la Santa Sede. 

Esta organización es el fruto de una reforma iniciada en los últimos años que culminó con la constitución Praedicate evangelium, promulgada por el papa Francisco el 19 de marzo de 2022, por tanto, “la reforma económica se engloba dentro de una reforma organizativa, más general, de la Santa Sede, y es, si no la más importante, una de las más radicales y profundas que se ha hecho”.

La comisión Cosea

La reforma económica se inició con el Papado de Francisco, en 2013, con la creación de una comisión, denominada Cosea, para hacer sugerencias al Santo Padre sobre iniciativas económicas. En este sentido, Caballero destacó que “en aquel momento se vio necesario tener una estructura profesional y adecuada para gestionar el patrimonio de la Santa Sede” vinculado, además, a la necesidad de una protección frente a las crisis económicas.

 

En 2014, con el Motu Proprio Fidelis dispensator et prudens del papa Francisco, “se da el disparo de salida a la reforma económica desde el punto de vista organizativo: se crea la Secretaría para la Economía, el Consejo para la Economía y la Oficina del Revisor General, que son organismos regulatorios, de control y de auditorías, tareas que hasta entonces no existían”.

Por tanto, “en 2014 se crea, por primera vez, la estructura económica de la Santa Sede”, que ha ido evolucionando a lo largo del tiempo y que hoy tiene seis organismos: los tres citados; uno que existía antes, la Administración para el Patrimonio de la Santa Sede (APSA); la Comisión de Materias Reservadas y el Comité de Inversiones de la Santa Sede.

Importancia de la Secretaría para la Economía

“En el centro de toda esta organización, y del proceso de cambio y de reforma económica, está la Secretaría para la Economía, una de las dos Secretarías de la Santa Sede, junto con la de Estado”, indicó su responsable. “Nos encargamos de emitir las guías y principios para ejecutar los presupuestos de la Santa Sede y de cada uno de sus entes, y de comprobar el control de su gestión. Es decir, regulación y control: somos responsables de la elaboración de las normas económicas de la Santa Sede y del control de su aplicación”, precisó.

Respecto al resto de organismos, el Consejo para la Economía “es un consejo de alto nivel de supervisión que aconseja al Santo Padre en materia económica y jurídica y aprueba los presupuestos; la Oficina del Revisor General realiza controles del tercer nivel y es autoridad anticorrupción; y el APSA gestiona el patrimonio inmobiliario, es el tesorero de la Santa Sede”.

Igualmente, la Comisión de Materias Reservadas “controla y autoriza los actos cubiertos por el secreto de Estado. Es una de las evoluciones más importantes de esta reforma económica”, señaló.

El Comité de Inversiones de la Santa Sede, por su lado, está formado “por profesionales de alto nivel financiero, voluntarios, que deciden las estrategias de inversión de los fondos de la Santa Sede, algo que se ha centralizado, y estas decisiones antes estaban fragmentadas”. Este Comité “existe pero no está funcionando del todo, está a punto. Si conseguimos que haga lo que tiene que hacer, o le dejen hacer, será uno de los mejores legados que dejemos en la Santa Sede”.

Ética y servicio, principios definidos por el Papa

Esta estructura “ha ido creando su normativa para aplicar los principios básicos definidos por el Santo Padre: ética -respeto a la doctrina de la Iglesia-; servicio -todo está al servicio de la misión de la Santa Sede, y no al revés, y los distintos entes deben usar sus recursos de forma eficiente-; sostenibilidad económica y financiera -los recursos son muy limitados y debería haber un equilibrio entre entradas y salidas- . En este punto, existen otros principios relacionados: la racionalización y centralización de recursos, es decir, no duplicar estructuras en todos los entes”, según Caballero. 

Otro principio importante es “la segregación de funciones para evitar errores y delitos, aplicar el criterio de los cuatro ojos: no debería haber nadie que no tuviera que rendir cuentas”. Sobre esto, el Prefecto defendió que “desde hace dos años ningún ente de la Santa Sede está exento del control de otro ente, todo tiene supervisión”.

Una mejor organización

También habló de dos principios fundamentales, la transparencia y la credibilidad, y avanzó que “con estos principios del Papa, las recomendaciones de la Cosea y la organización económica y sus entes, se ha ido introduciendo una serie de normativas. La primera es la visibilidad y hoy día existe una visión de conjunto”, matizó el Prefecto de la Secretaría de Economía.

“El hito más importante de la reforma es el Motu Proprio Una mejor organización, publicada en diciembre de 2020, que permitió traspasar todos los fondos de donaciones de los fieles -Óbolo de San Pedro- al APSA e incluirlo dentro del estado financiero de la Santa Sede. El efecto más positivo es que las entidades de control, a partir de entonces, tienen acceso a ellos”, explicó.

Finalmente, Caballero dijo sentirse “privilegiado por estar al frente de este proceso de cambio, en el que el centro es la Secretaría para la Economía” y pidió “rezar para implementar aquello que no sólo es una aspiración sino también una obligación para los que componemos la Santa Sede y, en conjunto, la Iglesia”.

En el centro, el arzobispo de Valencia y el Prefecto de la Secretaría de Asuntos Económicos de la Santa Sede.
En el centro, el arzobispo de Valencia y el Prefecto de la Secretaría de Asuntos Económicos de la Santa Sede.

 

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