El Papa lava los pies a doce reclusos de distintas culturas y confesiones religiosas

Francisco celebra la Misa de la Cena del Señor en la cárcel de menores donde ya estuvo en 2013

El Pontífice lavó los pies de doce reclusos, entre ellos un senegalés, dos chicas sinti (población gitana), un rumano y tres italianos.
El Papa lava los pies a doce reclusos de distintas culturas y confesiones religiosas.
  1. Misa Crismal, especial para los sacerdotes 
  2. Tres tentaciones peligrosas 
  3. Misa de la Cena del Señor 
  4. Lavar los pies a doce prisioneros 
El Papa preside la Santa Misa Crismal en la Basílica de San Pedro.
El Papa preside la Santa Misa Crismal en la Basílica de San Pedro.

El Papa Francisco dejó ayer varios mensajes relevantes en los dos acontecimientos más importantes del Jueves Santo: la Santa Misa Crismal celebrada en la Basílica de San Pedro del Vaticano dirigida especialmente a los sacerdotes y la Misa de la Cena del Señor que en la cárcel de menores de Casal del Marmo, ubicada en la periferia romana en la que ya estuvo en 2013, quince días después de su elección.

Allí ha lavado los pies a doce reclusos de distintas nacionalidades, etnias, culturas, lenguas y confesiones religiosas, recordándoles que con este gesto Jesús nos enseña la nobleza del corazón, como resalta Vatican News. 

Misa Crismal, especial para los sacerdotes 

La Misa Crismal es una misa especial para los sacerdotes, ya que se celebra el día de la consagración de su sacerdocio, en la Última Cena. Los sacerdotes suelen celebrar esta misa con su Obispo y, en el caso de Roma, con el papa, explica Rome Reports. 

En su homilía, el papa animó a los sacerdotes a redescubrir su vocación y dijo rezar por aquellos que puedan estar afrontando una crisis interna. "A estos hermanos los tengo en mente. Les digo simplemente: ánimo. El Señor es más grande que vuestras debilidades, que vuestros pecados, encomendaos al Señor y dejad que os llame por segunda vez, esta vez con la devoción del Espíritu Santo". 

Tres tentaciones peligrosas 

Se trata de una etapa de tentación, "de prueba" que todos han tenido, tienen y tendrán, y que representa un momento culminante para los que han sido ungidos por el ministerio de la que se puede “salir mal parado”, advierte Francisco.  Un momento en el que se insinúan “tres tentaciones peligrosas”: la del compromiso, por la que uno se conforma con lo que puede hacer; la de los sucedáneos, por la que uno intenta “llenarse” con algo distinto respecto a nuestra unción; la del desánimo, por la que, insatisfecho, uno sigue adelante por pura inercia. 

Pero esta crisis – enseña el Santo Padre - puede convertirse también en el punto de inflexión del sacerdocio, en la 2etapa decisiva de la vida espiritual, en la que hay que hacer la elección definitiva entre Jesús y el mundo, entre la heroicidad de la caridad y la mediocridad, entre la cruz y un cierto bienestar, entre la santidad y una honesta fidelidad al compromiso religioso". Es el momento “de una segunda unción”, de acoger al Espíritu “en la fragilidad" de la propia realidad.

Tras la homilía, el Papa apeló a los cientos de sacerdotes presentes en la misa a renovar las promesas hechas en su ordenación. Bendijo tres óleos sagrados que se utilizarán en la diócesis de Roma: el óleo de los enfermos, el óleo de los catecúmenos y el crisma para bautismos y ordenaciones.

Misa de la Cena del Señor 

Francisco viajó a la prisión juvenil Casal del Marmo, a las afueras de Roma, para celebrar la Misa de la Cena del Señor. Fue recibido por un coro mientras llegaba en silla de ruedas.

En su homilía, Francisco explico por qué Jesús lavó los pies de los apóstoles. Dijo que en aquel momento era el trabajo propio de un esclavo. El Papa animó a los prisioneros a abrirse a Jesús y contarle sus luchas sin miedo.

 

“Pero, ¿quién lavaba los pies?”, preguntó. Y contestó: “Los esclavos, los esclavos, porque era trabajo de esclavos. Imagínense el asombro de los discípulos cuando vieron que Jesús empezaba a hacer esto de un esclavo”. En el caso de Jesús, hizo esto para hacer entender el mensaje del día siguiente, de que moriría como esclavo, para pagar la deuda de todos nosotros". 

El Papa añadió: "Cada uno de nosotros puede decir: si el Papa supiese lo que llevo dentro... Jesús lo sabe y nos ama así como somos. Y nos lava los pies a todos nosotros. Jesús no se asusta de nuestras debilidades". 

El Papa explicó que el lavatorio de los pies fue un gesto tan importante para los apóstoles como lo es hoy para la Iglesia. Y recordó a los presos que no importa lo que hayan hecho, Jesús nunca los dejará solos, explica Rome Reports. 

Lavar los pies a doce prisioneros 

Tras su homilía, Francisco se ayudó de un bastón para lavar los pies de doce prisioneros. Entre ellos había italianos, senegaleses, rumanos y rusos. Los saludó, sonrió y besó sus pies.

Después pasó algunos momentos hablando con los prisioneros.

Tras la Misa, el Papa escuchó a la directora del penal, Maria Teresa Iuliano. Dio las gracias al Papa por su visita y dijo: "Su sonrisa es para nosotros una caricia dulcísima que nos sostiene, nos anima frente a todas las dificultades cotidianas que encontramos". 

La misa en el centro penitenciario se desarrolló de manera privada.  (Vatican Media)
La misa en el centro penitenciario se desarrolló de manera privada. (Vatican Media)

 

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