Sanz Montes: “Estamos ante una estrategia ideológica que pretende demonizar la figura paterna hasta su exclusión”

El arzobispo de Oviedo cierra el Foro Juan Pablo II de la basílica de la Concepción con la conferencia: "El reto de una sociedad sin padres: del eclipse de Dios a una urgente paternidad"

Mons. Jesús Sanz Montes.
Sanz Montes advierte: “Estamos ante una estrategia ideológica que pretende culturalmente demonizar la figura paterna hasta su exclusión más banalizadora”.
  1. Los jóvenes no tienen dónde agarrarse 
  2. El padre, maestro y monje, en crisis 
  3. Feminismo radical 
  4. Demonizar la figura paterna 
  5. Nuevo orden mundial 
  6. "Huérfanos de padres vivos"
  7. Ejercer la paternidad social 
Mons. Jesús Sanz Montes.
Mons. Jesús Sanz Montes, José Francisco Serrano y el rector José Aurelio Martín Jimenez. 

Mons. Jesús Sanz Montes, arzobispo de Oviedo, cerró el pasado jueves la temporada 2022-23 del Foro Juan Pablo II organizado en la basílica de Nuestra Señora de la Concepción (en la madrileña calle de Goya) con la conferencia titulada "El reto de una sociedad sin padres: del eclipse de Dios a una urgente paternidad". 

El título parte de la idea que el filósofo judío Martin Buber llamaba el “eclipse de Dios".  

El pretexto de este título, como dijo Sanz Montes en la conferencia, fue hacer caer en la cuenta sobre la vulnerabilidad de la sociedad actual que "ha bloqueado hasta la censura, o incluso se ha dilapidado hasta su destrucción el entronque con lo que significa la paternidad (y la maternidad)". 

Los jóvenes no tienen dónde agarrarse 

Este vacío de contenido sobre el significado de la paternidad y maternidad provoca una sociedad donde los más jóvenes "no tienen dónde agarrarse" y produce "un contagio con el efecto llamada": los suicidios entre los más jóvenes.

"Algo estamos haciendo mal cuando los más pequeños y vulnerables no tienen a quién mirar ni a dónde agarrarse, y terminan situándose fuera del juego de los mayores, precipitándose al vacío en un vuelo contrario a la esperanza", aseveró Mons. Montes en la conferencia. 

El padre, maestro y monje, en crisis 

El arzobispo enumeró algunas razones de este descalabro y falta de esperanza: 

-  "La epidemia de la desesperanza" calificada por una escuela psiquiátrica americana que se une al "global desmontaje de una visión cristiana de la vida, donde la familia y los niños junto a los jóvenes, quedan profundamente tocados en su esperanza". 

- La acusación ideológica que tilda a Occidente de “tradicional” donde tres figuras fundamentales (el padre, el maestro y el monje), parecen haber entrado en crisis. 

- "Desplazar a Dios, arrinconar al padre, banalizar al maestro o reprobar al monje (o al sacerdote), es lo que introduce esa crisis de autoridad en nuestro momento actual, con devastadoras consecuencias que nos deja vulnerados y manipulados", dice San Montes. 

 

Feminismo radical 

Pero sobre todo, aludió a "la batalla cultural en curso que nos tiene sorprendidos: se trata del feminismo radical que por doquier aparece en tribunas políticas imponiendo una corrección que no admite disidencia". 

Claras y fuertes palabras del arzobispo contra este feminismo radical que se apodera de "legislaciones de trama ideológica que cercena la antropología y muta la persona pudiendo cambiarse sexo como quien se cambia de camisa, de lenguajes inclusivos que terminan siendo excluyentes desbaratando las más elementales normas gramaticales y sintácticas. Más que de un feminismo podríamos hablar de un hembrismo que ha declarado la guerra al machismo, pero cuando el hembrismo plantea privilegios de la mujer sobre el hombre en busca de una igualdad justiciera, estamos en un callejón sin salida abocado al mismo fracaso antropológico de una dialéctica absurda, estéril y nociva: porque el hembrismo no corrige al machismo, sino que simplemente lo sustituye". 

Demonizar la figura paterna 

Esta es una de las razones por las que "en este escenario sociocultural contemporáneo, vivimos en una sociedad donde el padre ha quedado en preocupante medida excluido". Para Sanz Montes, "no se trata de un ajuste de cuentas pendular entre el patriarcado y el matriarcado, donde “empoderadamente” la mujer madre quiere actualizar su ausencia secular para desplazar ahora al varón padre, sino que estamos ante un diseño de estrategia ideológica que pretende culturalmente demonizar la figura paterna hasta su exclusión más banalizadora, incluyéndole despectivamente en el llamado “heteropatriarcado”. 

Y advierte que censurar la "antropología del hombre y de la mujer es, efectivamente, un modo de expulsar a Dios de nuestro paraíso terrenal". 

Para el arzobispo de Oviedo, por tanto, el ataque que la paternidad humana está sufriendo en este momento, pretende desplazar el orden de las cosas que se inscribe en la ley natural y en la historia de la humanidad, de las que forma parte la revelación cristiana y la tradición cultural y religiosa a la que pertenecemos.

Nuevo orden mundial 

"Quienes pretenden desmontar esa historia imponiendo ideológicamente una alternativa desde un nuevo orden mundial, saben que han de tocar los grandes núcleos que representan la vida, la familia y la educación, y dentro de ellas tres la misión que se reserva al varón y a la mujer con su vocación y misión complementaria, no rivales en una dialéctica frentista entre hembrismo y machismo. Este es el escenario que en este momento impera y son los objetivos que se quieren atacar sabiendo que ahí nos jugamos la ruptura o la continuidad de nuestra cultura". 

En este ataque a la paternidad, Sanz Montes advierte: "Hay una concomitancia entre el eclipse de Dios y el eclipse del padre, y parece que quien quiere desbancar a uno lo hace también al otro". 

"Huérfanos de padres vivos"

Además de la impronta ideológica, el arzobispo de Oviedo habla también de las relaciones entre padres e hijos, de la experiencia filial o paternal que se ha tenido en la vida hasta condicionar fatalmente la propia existencia. 

Es lo que la jurista española Blanca Gómez Bengoechea califica como "huérfanos de padres vivos". Y el obispo aclara: "Huérfanos de padres vivos, es la deriva de tantos niños y jóvenes que han sido inoculados con el escepticismo más cruel hacia el amor verdadero, la paternidad responsable, la esperanza creativa de un mundo mejorable". 

Para "reaccionar ante el acoso y derribo que tanto política como culturalmente sufrimos con esta orfandad impuesta arrancando nuestro patrimonio", Sanz Montes sugiere "cuatro posturas que cuidan de nuestra vida como lo hace un padre, una madre, en la que nos jugamos salir airosos y purificados del reto de vivir nuestra identidad cristiana en este momento de la historia: nutrir la fe, celebrarla, testimoniarla y compartirla en comunión con la Iglesia". 

Ejercer la paternidad social 

El franciscano concluyó su conferencia remarcando que, ante este panorama social, no debemos estar "resentidos por lo que esperábamos y sin embargo no logramos alumbrar, pero tenemos la humildad suficiente para reconocer que no siempre hemos hecho una lectura adecuada de los desafíos y retos que tenemos delante". 

 Pero sobre todo estamos esperanzados ante el apasionante y complejo momento histórico que vivimos como Iglesia y como sociedad mirando con gozo responsable la tarea que tenemos al comienzo de este tercer milenio cristiano. Estamos llamados a ejercer esta paternidad social ante una humanidad huérfana, para testimoniar la verdad, la bondad y la belleza de lo que hemos encontrado por pura gracia y regalo con el acontecimiento cristiano que nos ha cambiado la vida. Aunque sólo puede ser alguien padre si ha sido previamente hijo. La misión que se nos confía consiste en esa urgencia de paternidad de quienes tenemos la experiencia de sabernos hijos de Dios, hijos de la Iglesia e hijos de nuestro tiempo". 

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Serrano, Sanz Montes y Martín en el Foro Juan Pablo II. 

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