Unánime percepción de que Luis Argüello García será el nuevo presidente de la Conferencia de obispos
Se perfila como candidato a vicepresidente el arzobispo de Burgos, Mario Iceta
- Luis Argüello
- Varias sensibilidades
- José Cobo
- Vicepresidencia y comité ejecutivo
- Mario Iceta
- Saiz Meneses, García Beltrán y Gil Tamayo
- Otros obispos
- Comisiones episcopales
El próximo martes 5 de marzo, pasadas las 10,45 horas de la mañana se sabrá quién será el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Española para los siguientes cuatro años.
Luis Argüello
En Roma, cuando se convoca un cónclave se suele decir que quien entra Papa sale cardenal. A estas alturas de la semana previa, es unánime la percepción de que el arzobispo de Valladolid, monseñor Luis Javier Argüello García, será el nuevo presidente de la Conferencia de obispos, gracias a una votación en la que se pronostica sacará una amplia mayoría.
Monseñor Argüello se ha pasado esta semana en Roma con el oportuno motivo de gestiones varias de la causa de Beatificación de Isabel La Católica, causa radicada en su diócesis. Mucho tiempo para que no haya recibido casuales y sinuosos comentarios sobre lo que ocurrirá en la Plenaria de los obispos, al margen de inesperados encuentros.
El lunes por la noche tendremos el primer “imput”, aunque sea “sottovoce”, el resultado de la votación de sondeo de esa tarde. Entonces se sabrá si hay sorpresa y hasta qué punto es de grande esta sorpresa.
Varias sensibilidades
Una sorpresa que tiene la dificultad de encontrar un nombre capaz de conseguir un número superior de votos con los que ya cuenta el arzobispo de Valladolid. Votos que, como previsiblemente se demostrará, proceden de varias sensibilidades dentro del episcopado, dado que monseñor Argüello, al que se empeñan en encasillar determinados medios, es una persona libre y con criterio, tal y como demostró en su época de Secretario General de la Conferencia, incluso cuando tenía que confrontarse con las ideas y propuestas del Presidente, cardenal Juan José Omella.
José Cobo
Hoy por hoy no parece que haya una alternativa viable para la presidencia, una vez que con un movimiento filtrado, el cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo, se ha quitado de en medio.
Unos dicen que como estrategia para no cosechar una derrota, otros, que como expresión de una realidad, su dedicación a la archidiócesis de Madrid que será pronto noticia por los efectos del tsunami organizativo en la que quiere introducirla su arzobispo.
Es indiscutible que el cardenal Cobo tiene todo el tiempo del mundo por delante. Pero también que cuatro años, aunque siga siendo cardenal, son muchos años.
El arzobispo de Madrid tiene que cuajar dentro del episcopado español, que ha asistido, en cierta media, perplejo a su supersónica ascensión. Cuajar dentro del episcopado significa crear equipo y tener capacidad de influencia en sus hermanos. Con el apoyo de Roma y sin el apoyo de Roma.
Vicepresidencia y comité ejecutivo
El debate ahora está en el siguiente nivel, la Vicepresidencia y el tercero, el Comité Ejecutivo. Para la Vicepresidencia sí es más que probable que el candidato de un sector sea el cardenal Cobo, que se tomará ese cargo como un “training” interno.
Previsiblemente tendrá que competir con el arzobispo de Oviedo, monseñor Jesús Sanz Montes, que claramente representa otra concepción de Iglesia en muchos temas.
Sobre el arzobispo de Oviedo pesaba una duda de carácter canónico, dado que con este período pasado había cumplido el tiempo máximo de permanencia en el Ejecutivo, dos mandatos, sin posibilidad de renovación, lo que obligaba a que o entraba en la Vicepresidencia o se iba a presidir una Comisión Episcopal.
Sin embargo, al haberse producido una reforma de Estatutos de la Conferencia, el contador vuelve a cero y sería posible que monseñor Jesús Sanz siguiera en el Ejecutivo, el órgano de control y gobierno del día a día, del mes a mes de la Conferencia Episcopal, dónde se cuecen los asuntos principales.
Mario Iceta
No hay que descartar que por esta razón, el candidato a Vicepresidente de una parte no desdeñable de los obispos sea el arzobispo de Burgos, monseñor Mario Iceta.
Sobre todo porque con la elección de Vicepresidente se está prefigurando lo que pasará dentro de cuatro años, momento en el que monseñor Sanz Montes ya no será candidato por razón de edad. Por esa misma razón de edad, por prestigio y reconocimiento general, ahí estará el arzobispo de Burgos.
Las votaciones para el Comité Ejecutivo apuntan, en esta ocasión, más al futuro, que al presente. En la actualidad, ese organismo está formado, al margen del Presidente, del Vicepresidente, del arzobispo de Madrid, si no es elegido en la votación, y del Secretario, miembros natos, por los obispos de Málaga, monseñor Catalá; arzobispo de Sevilla, monseñor Saiz Meneses; de Burgos, monseñor Iceta; obispo de Getafe, monseñor García Beltrán y arzobispo de Granada, monseñor Gil Tamayo.
Quien parece que sale, entre otras razones también por la edad o por sugerencia personal, es el obispo de Málaga, monseñor Catalá.
Saiz Meneses, García Beltrán y Gil Tamayo
De Sanz Montes e Iceta ya hemos hablado. Quedarían para su renovación por la costumbre de que los miembros del Ejecutivo estén al menos en dos mandatos, Saiz Meneses, García Beltrán y Gil Tamayo. Lo que da poco espacio para nuevas incorporaciones. A lo sumo la entrada del arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavente Vidal.
A no ser que los obispos se sientan rompedores y creativos y comiencen a invertir en valores futuros.
Otros obispos
Lo que implicaría no renovar, por ejemplo al arzobispo de Granada o al obispo de Getafe, para introducir al obispo de Solsona, monseñor Francisco Conesa, que no en vano fue enviado por los obispos al Sínodo, o al obispo de Bilbao, monseñor Joseba Segura, de quien todo el mundo habla.
También empujarían hacia ese organismo al arzobispo de Santiago de Compostela, monseñor Francisco José Prieto Fernández, más inédito aunque con intervenciones de profundidad en los órganos colegiales.
Comisiones episcopales
En lo referido a la presidencia de las Comisiones Episcopales, todo es posible y todo está abierto.
Da la impresión de que repetirá, por la buena gestión hecha y por el éxito del Congreso de Educación, monseñor Carrasco Rouco en Educación, Cultura y Universidades.
Lo mismo se puede decir del Presidente de la Comisión de Laicos, Familia y Vida, monseñor Carlos Escribano, quien también pudiera ser candidato al Ejecutivo por el sector más cercano al cardenal Omella.
Cambiarán los Presidentes de Misiones, monseñor César Franco, por haber presentado la renuncia, y Joan Enric Vives, de Seminarios, por similar motivo –en breve- al margen de otras razones. Previsiblemente lo hará también el presidente de la Comisión cenicienta de Medios de comunicación, Lorca Planas, ante la entrada de obispos de encaje más mediático.
Y quedan en el aire, aunque la continuidad pudiera ser la tónica dominante, Evangelización, Catequesis y catecumenado, en manos de monseñor Rico Pavés; Liturgia, con Lemos Montanet; y Pastoral Social y Promoción Humana, con Monseñor Jesús Fernández González y Vida Religiosa, con monseñor Luis Ángel de las Heras.
