Un Papa grande en libertad y humildad

aliente, humilde e inteligente. Así resumiría en tres palabras la renuncia del Papa. El gran teólogo que ha sabido dialogar con el mundo actual, también muestra su grandeza justamente en su acto de libertad más grande, éste de dejar vacante la sede de Pedro.

Y las conjeturas comienzan por todas partes. No saben que la Iglesia no es un partido político ni una nación. "Y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella." Que si era un pastor rodeado de lobos, que si le han presionado a renunciar, que si es un viejo incapaz de gobernar la Iglesia, etc. "Parole, parole, parole". Él lo tiene claro: "Para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado".

¡Qué libertad interior más grande! ¡Qué ejemplo de humildad! "Siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro". Supone también una confianza enorme en el Espíritu Santo que sabrá dar a la Iglesia el Papa que más necesite en este tiempo.

Lo cierto es que el mundo entero no habla de otra cosa. Es asombroso cómo en http://trendsmap.com/ vemos el mundo entero lleno de etiquetas sobre esta decisión del Papa. Esto significa que la Iglesia sigue siendo importante y que no es una cuestión baladí para el mundo actual quién es el sucesor de Pedro. Unos lo critican, otros intrigan, otros le agradecen, otros se preocupan, pero el mundo entero no habla de otra cosa. No es la noticia del día, es la noticia del año. Es innegable que nuestro mundo sigue descubriendo "algo" importante en nuestra Iglesia. No le es indiferente.

Se trata del primer Papa de la historia que de forma plenamente legal renuncia. Hubo varios antes que él, el primero San Ponciano en el año 235, San Silverio en el 537, San Martín en el 654 y Juan XII, Benedicto IX, Celestino V, Gregorio XII, pero sólo hasta 1983 se regularizó en el Código de Derecho Canónico la renuncia de un Papa cuando Juan Pablo II reformó el Código. Concretamente aparece en el canon 332 de la Parte II, Sección I.

A los católicos no nos queda más que tener paz, orar mucho y confiar en que una vez más es el Espíritu de Dios quien guía la barca de Pedro. Y por supuesto, agradecer a Benedicto XVI todos sus años de entrega a la Iglesia, su importante impulso a la evangelización en las redes sociales, el sínodo de la Nueva Evangelización y este Año de la Fe en el que estamos.

No podemos olvidar las palabras de Cristo: "Y yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella".

Xiskya Valladares @xiskya | xiskya@gmail.com | www.xiskya.com

 
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