El Corán, ¿Palabra de Dios?

«¡María! Dios te ha escogido y purificado. Te ha escogido sobre las mujeres del universo». Son palabras que los ángeles dirigen a María en el Corán (3, 42). No contradicen la fe cristiana y pueden inducir a pensar que en el Corán habita la Palabra de Dios.

El término árabe qurʼān (Corán) significa recitación. Es un préstamo del siriaco qeryānā, que es como todavía hoy los cristianos siriacos denominan a la liturgia de las horas. Mahoma ofreció a su pueblo un único libro con el que pudieran recitar la palabra del Dios único en árabe. Le fue transmitido a lo largo de 23 años por una figura celestial que la tradición identificó con el ángel Gabriel. Es fuente y norma distintiva de todo lo islámico. Es lingüísticamente perfecto, inimitable, intraducible, infalible e inmodificable. El mismo Dios es el único autor de sus palabras eternas e increadas a las que no afectan ni las circunstancias históricas ni la labor de quien las puso por escrito. Mahoma, como una cañería por la que corre el agua, fue el transmisor de la revelación divina.

«Y la Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros» (Jn 1, 14). Para los cristianos, la Palabra de Dios es Jesucristo. Dios se ha revelado definitivamente a los hombres en su Hijo encarnado. La verbalización escrita de la revelación divina la llevaron a cabo un conjunto cuantioso de autores inspirados de los que Dios se sirvió a lo largo de varios siglos. La expresaron según las condiciones de su tiempo y su cultura. Dios manifestó su Palabra en diferentes lenguas (hebreo y griego) y esta se tradujo a numerosas lenguas desde el inicio del cristianismo. Biblia significa libros y está compuesta por más de 70.

Dios no se ha revelado en Mahoma, cuya vida no tiene eficacia salvadora. El lugar que ocupa Cristo, Palabra de Dios, en el cristianismo, lo ocupa el Corán, palabra de Dios, en el islam. El Corán es guía y salvación, el cristiano ha de ser otro Cristo y solo Cristo salva. Según la Biblia, la Palabra se hizo carne; según el Corán, la palabra se hizo libro. La humanidad de Cristo es sagrada, en el islam lo es Libro que ocupa el lugar de honor en la casa del musulmán que ha de purificarse interna y externamente antes de tocarlo.

En árabe, la misma palabra significa libro y escritura, kitāb. Según el libro sagrado musulmán, Dios entregó a Moisés la Torá y a Jesús, el Evangelio. Judíos y cristianos son gentes del Libro porque siguen una Escritura. Según la fe islámica, los autores bíblicos no reflejaron con exactitud el mensaje original que es más obra humana que divina, por lo que adulteraron las Escrituras al ponerlas por escrito. La revelación inalterada y final de Dios es el Corán con el que Dios ha cerrado su comunicación con los hombres. No hay progreso en la revelación ni posibilidad de magisterio. El Corán la clausuró definitivamente.

Según el magisterio de la Iglesia, la revelación de la Palabra está cerrada hasta la manifestación gloriosa de Jesucristo y únicamente puede acabar de explicitarse. En palabras del Concilio Vaticano II, el islam cree en el único Dios vivo y subsistente, misericordioso y omnipotente, creador de cielo y tierra, venera a Jesús como profeta y honra a María, su madre virginal (Nostra aetate. 3). Semillas latentes del Verbo encarnado (Decreto Ad gentes 11), palabras de Dios, pero no la Palabra de Dios. Semillas de un Verbo no solo escrito que muestra el rostro del Padre. La palabra de Dios hecha libro es incapaz de esclarecer el misterio del hombre al propio hombre. Propiamente, el islam es la auténtica religión del Libro.


 
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