La Iglesia es portada

Que el Vaticano y todo lo que a la Iglesia católica se refiere se convirtiera en noticia tras el sorprendente anuncio de Benedicto XVI de que abandonaba su Pontificado, era perfectamente explicable por la trascendencia de lo ocurrido. De igual manera, era previsible el impacto internacional de la elección del nuevo Papa, más aún cuando el Espíritu Santo se decantó por un iberoamericano. Y como los significativos gestos del Santo Padre conquistaron los corazones incluso de aquellos recalcitrantes con la jerarquía de la Iglesia, el Papa Francisco no dejó de copar portadas, editoriales, columnas de opinión, aperturas de telediario y alguna incursión sorprendente incluso en la prensa rosa.

Pero lo de esta semana me tiene tan ojiplática como encantada: antes incluso de que arranque la JMJ, antes de que el Papa Francisco tome su avión hacia el Nuevo Mundo, antes de que se haya pronunciado una sola palabra, esta semana calificada por el propio Santo Padre como la semana de los jóvenes, ya se ha convertido en noticia principal de todos los medios de cualquier ideología.

Y es que, a pesar de que algunos laicistas reaccionarios se empeñen en cegarse con sus anteojos de progresía trasnochada, la Iglesia importa. Las previsiones de peregrinaciones a Río por la JMJ rondan el millón de personas.

¿A qué van estos chicos a Río? ¿A qué fueron a Madrid, a Sidney, a Colonia, a Toronto... a cada Jornada que se ha celebrado hasta ahora? No van a ver al Papa, por mucho que alguna prensa malintencionada se empeñe en personalizar en Francisco la ola de peregrinaciones. Los que hemos estado en las JMJ sabemos que hay forma mucho más cómodas y fáciles de ver al Papa. No van a bailar samba, aunque seguro que bailan. Pero no será ese el motivo principal para recorrer el mundo hasta Río. No van a ver a otros jóvenes, a los que pueden encontrar en cualquier festival de música multitudinario.

Van todos unidos por un elemento común capaz de arrancarlos de su vida cotidiana y trasladarlos a otro entorno totalmente diferente en el que, aunque lo pasarán muy bien, posiblemente dormirán incómodos y acabarán rendidos. Les mueve la fe.

Pero como un millón de personas movidas por cualquier causa es siempre noticia, la JMJ, la Iglesia y el Papa se cuelan en las portadas de todo el mundo. Y ahí van a estar, con todo el mundo expectante a cada palabra que se pronuncie. Y detrás de cada palabra solo habrá amor a Dios, a Cristo y a la Iglesia que instituyó a su paso por este mundo. Esa Iglesia es noticia porque, mal que les pese a unos pocos, la fe mueve montañas y desplaza las noticias más mundanas por otras que son siempre una: la buena nueva del evangelio.

María Solano Altaba

@msolanoaltaba

Decana de la Facultad de Humanidades del CEU

 
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