Mi recuerdo del Cardenal Joseph Ratzinger durante su visita a Pamplona

De izquierda a derecha, Manuel Casado, el cardenal Ratzinger, Enrique Banús y Luis Herrera.
De izquierda a derecha, Manuel Casado, el cardenal Ratzinger, Enrique Banús y Luis Herrera.

EL 30 de enero de 1998, por la tarde, el cardenal Joseph Ratzinger, entonces prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, llegó en avión al aeropuerto de Noáin. El motivo del viaje era el doctorado honoris causa que iba a recibir al día siguiente en la Universidad de Navarra, pero en los cuatro días que pasó en Pamplona también tuvo ocasión de conocer la Catedral y diversos lugares de la ciudad. Probablemente, ninguno de los profesores, estudiantes o médicos que hablamos con él éramos capaces de imaginar que aquel cardenal de trato afable que se interesaba por todos los detalles se convertiría a la vuelta de siete años en Benedicto XVI, el 265º Pontífice de la Iglesia Católica.

El Cardenal Joseph Ratzinger nacido en Marktl am Inn (Baviera, Alemania) hace 95 años, estudió en la Escuela Superior de Filosofía y Teología de Frisinga y en la Universidad de Múnich. Ordenado sacerdote en 1951, se doctoró en Teología dos años después. Desde 1952, fue encargado de Dogmática y Teología en Frisinga, y posteriormente profesor ordinario en Bonn, Münster, Tubinga y Ratisbona, donde también fue Vicepresidente de esa universidad. En 1977 fue nombrado Arzobispo de Múnich-Frisinga y ese mismo año llegó a Cardenal de la mano de Pablo VI. Juan Pablo II le nombró, en 1981, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, por lo que, desde entonces, fue también Presidente de la Comisión Teológica Internacional y de la Pontificia Comisión Bíblica. El Cardenal Ratzinger presidió la Comisión encargada de elaborar el Catecismo de la Iglesia Católica por encargo de Juan Pablo II.

Tuve la ocasión de conocer personalmente al Cardenal Ratzinger porque en esas fechas ejercía el cargo de vicerrector de Relaciones Internacionales de la Universidad de Navarra.

Durante su estancia en Pamplona se alojó en el Colegio Mayor Belagua. Recuerdo que ese día 30-I-1998, cenamos un reducido grupo de personas en el Colegio en medio de una conversación muy agradable. Después tuvimos una tertulia de sobremesa con los colegiales del Mayor que formularon diferentes preguntas al Cardenal y la tuna del Colegio interpretó algunas canciones. El entonces Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe estuvo a gusto entre los universitarios y pasó una velada muy amena.

Al día siguiente se celebró el acto académico en el Aula Magna presidido por el Gran Canciller de la Universidad de Navarra, Mons. Javier Echevarría, al que asistieron más de 2.400 personas en el Aula Magna y a través de un circuito cerrado de televisión, en diversas aulas del Edificio Central de la Universidad y en el Colegio Mayor Belagua. Asistieron las principales autoridades navarras, el Presidente del Gobierno de Navarra, Miguel Sanz, la Presidenta del Parlamento Foral, Lola Eguren, el Arzobispo de Pamplona, Mons. Fernando Sebastián, los Cardenales Ángel Suquía y Antonio Mª Rouco y varios prelados.

Antes de comenzar el acto académico también tuve la ocasión de departir unos momentos de conversación entrañable con el Cardenal que se interesó por las investigaciones que desarrollaba con la dotación del premio Humboldt, en el campo de la Limnología aplicada, en colaboración con profesores de la Universidad de Múnich. Con gran amabilidad me ofreció que no dejara de visitarle cuando fuera a Roma.

Damos gracias a Dios por el pontificado de Benedicto XVI. Descanse en paz.

Luis Herrera Mesa

Ex vicerrector de la Universidad de Navarra

 
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