La alegría de los Reyes Magos y el enfado de Herodes

Adoración de los Reyes Magos, de Andrea Mantegna.

La noticia era la misma.

La estrella les indicó a aquellos Magos de Oriente que había nacido el Rey de los judíos. Se llenaron de alegría y siguieron a la estrella para llegar a Belén y poder adorarlo.

Por el contrario, cuando informaron a Herodes, éste se enfadó mucho y quiso llegar a Belén para matarlo.

Como los Magos de Oriente eran sabios, entendían perfectamente que se trataba del Mesías, es decir, Dios que venía al mundo para salvarnos a todos y, por lo tanto, su mejor amigo.

Pero Herodes, como no era nada sabio, pensó que le podría arrebatar su poder y lo consideró, por lo tanto, su peor enemigo.

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¡Qué pena!, porque mientras nuestros queridos Reyes Magos gozaron de adorar a Jesús, Niño, en Belén y contemplar su sonrisa mientras le ofrecían sus dones, Herodes sólo pudo contemplar el llanto de las madres que se lamentaban por la muerte de sus pequeños hijos.

Juan José Corazón Corazón

Sacerdote

Doctor en Derecho Canónico

Doctor en Derecho