La revolución de las “Tierras vivas”

Y en estas estamos, cuando el arzobispo de Granada, monseñor Javier Martínez, da un paso al frente para hacer teología y Doctrina Social de la Iglesia juntas con el Proyecto de "Tierras vivas", que es lo que suena.

Hace ya algún tiempo que un grupo de parados se encerraron en la catedral de Granada. Este encierro representó un aldabonazo en la conciencia cristiana y el obispo, padre y pastor, comenzó a rezar y a pensar qué podía hacer la Iglesia ante la situación actual. Era consciente que en algunos barrios de Granda el número de parados alcanza el 90 % de la población. Fueron varias las respuestas, y de entre ellas, a partir de la lectura de los Santos Padres, de preguntar a la Tradición de la Iglesia, y de pensar con la teología contemporánea, nació el Proyecto "Tierras vivas", ahora en fase de articulación, por sus complejas dimensiones jurídicas, y por la necesidad de que cale en la conciencia eclesial de la Iglesia en Granada. Lo explicó monseñor Javier Martínez en el programa "Iglesia Noticia", de Cadena COPE Granada, emitido el pasado 10 de junio, Solemnidad del Corpus Christi.

Permítaseme que sea el arzobispo de Granada el que tenga la voz: "El proyecto quiere poner a disposición de personas y de familias en paro, que ya no tienen tampoco acceso al subsidio de desempleo -mediante una forma jurídica precisa que no signifique ninguna servidumbre para los propietarios de las tierras-, algunas tierras, en primer lugar de la Archidiócesis de Granada -no tiene muchas pero alguna puede usar para ello, que en estos momentos no están siendo cultivadas, de forma que a estas personas y a estas familias se les permita al menos una agricultura de subsistencia y, si fuera posible, también la comercialización y la venta de los productos de su trabajo".

Y añadió: "Mediante campañas en los medios, que iremos diseñando, la Iglesia va a invitar a otras personas físicas y a otras instituciones que dispongan en la Vega de Granada, o en otros lugares de la provincia, de tierras cultivables que en este momento no están siendo trabajadas, o que no está siendo recogido el producto agrícola que se da en ellas, a sumarse, de una forma o de otra, al proyecto. Para ello, la Diócesis firmará con cualesquiera otras partes los convenios o los acuerdos que sean necesarios".

¿Estamos ante una propuesta revolucionara, en el más auténtico sentido cristiano de la relación entre Eucaristía, caridad y justicia?

José Francisco Serrano Oceja

jfsoc@ono.com