Qué dirán los obispos sobre el pacto PSOE-Junts

Asamblea Plenaria Extraordinaria.
Asamblea Plenaria Extraordinaria.

Por si no hubiera pocos temas para la próxima Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española, ahora se ha colado el acuerdo entre PSOE y Junts. Un pacto que parece un puñetazo encima de la mesa de la Constitución de 1978.

Quizá haya que recordar a estas alturas lo que el Vaticano II, en la Constitución “Gaudium et spes”, número 76, dijo: “Es de justicia que pueda la Iglesia en todo momento y en todas partes predicar la fe con auténtica libertad, enseñar su doctrina social, ejercer su misión entre los hombres sin traba alguna y dar su juicio moral, incluso sobre materias referentes al orden político, cuando lo exijan los derechos fundamentales de la persona o la salvación de las almas, utilizando todos y solos aquellos medios que sean conformes al Evangelio y al bien de todos según la diversidad de tiempos y de situaciones”.  

Son muchos los aspectos del pacto que interpelan a la conciencia cristiana, tanto desde el punto de las consecuencias para los derechos fundamentales de los españoles y las libertades públicas, como en el orden de la convivencia.

Y no digamos en lo referido a la separación de poderes, base del sistema democrático, o en la cuestión de la seguridad jurídica.

Quizá lo más evidente sea partir de la finalidad del pacto. Por un lado, el mantenimiento de Pedro Sánchez en el poder a costa de alterar el orden constituyente y, por otro, el camino iniciado hacia la autodeterminación de Cataluña.

Creo que los obispos lo tienen fácil, aparentemente. Otra cuestión es que quieran.

En lo referido a las consecuencias del acuerdo que afectan a la naturaleza de la Constitución, podrían sacar a pasear las referencias que a la Constitución de 1978 hay en los documentos de la Conferencia Episcopal Española. Que no son pocas. Desde “Los valores morales y religiosos ante al Constitución española” de noviembre de 1977; pasando por la “Nota sobre el referéndum constitucional”, de septiembre de 1978, hasta llegar, por ejemplo, a “La misericordia de Dios dura por siempre”… Tomar la doctrina y aplicarla al caso. Método deductivo. Aunque ya sé que ahora, según la Comisión Teológica de no se qué, el método de la teología debe ser el inductivo. 

Sobre el discernimiento moral del nacionalismo, sería fácil si se partiera de lo que los obispos españoles dijeron en los documentos “Valoración moral del terrorismo en España”, de 2002; en la Instrucción pastoral “Orientaciones morales ante al situación actual de España”, de noviembre de 2006; en la “Declaración ante la crisis moral y económica”, 27 de noviembre de 2009; o en la Nota de la Comisión Permanente de 4-10-2012, “Ante la crisis, solidaridad”.

Que no lo hagan los obispos no quiere decir que los católicos no lo hagamos.

 

Curioso hecho el de que los obispos, cuando se ha producido una crisis moral y social en la historia reciente de España, hayan hablado. ¿Ocurrirá ahora también?

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