Lo que un cardenal dice sobre la inmigración
Escribo esta columna cuando el Papa está aterrizando en Marsella. Y lo hago porque me ha llamado la atención lo que la prensa europea ha publicado del encuentro que tuvo el arzobispo de Marsella, cardenal Jean-Marc Aveline, con los periodistas en las vísperas de la llegada del Papa.
Recordemos que en Marsella uno de cada tres habitantes es musulmán.
Paradójicamente coincide con las fechas previas a la Jornada de las Migraciones en la Iglesia en España.
El cardenal Aveline anticipó los temas que el Santo Padre abordaría en las conclusiones del “Encuentro del mediterráneo” con un punto de vista realista y poco retórico.
Me sorprendió que dijera que “el hecho es que quien insiste en decir que hay que acoger sin límites ciertamente no vive en los barrios de muchas ciudades marcadas por una alta tasa de desempleo, tráfico de drogas, degradación, ausencia de seguridad”.
Según su perspectiva, quizá muy francesa, afirmó que también en la Iglesia se necesita más pragmatismo, evitando discursos “ingenuos. Es peligroso. Al mismo tiempo, por supuesto, hay que escapar del riesgo de criminalizar al migrante que huye como si fuera la causa de todos los males universales”.
Las crónicas periodísticas afirman que insistió en que es necesaria la solidaridad pero con cautela. Se necesita realismo mucho más que retórica. “Creo que para los cristianos hay un tercer camino a seguir, que es el de la línea profética de implementar la proximidad”, apuntó. Una tercera vía que la Iglesia ha intentado perseguir durante mucho tiempo sobre el tema de los migrantes y las dimensiones cada vez más “bíblicas” de los flujos que llegan de los Balcanes y el norte de África.
Según el cardenal Aveline, es necesario “identificar el bien común y buscar una armonía con el todo”.
No hay que olvidar que es el arzobispo de Marsella quien organizó el maxi encuentro para el Papa Francisco de los obispos del Mediterráneo.
Según el cardenal Aveline, la visita del Papa Francisco de este fin de semana iba a asentar “una línea común” sobre la emergencia de los migrantes, uno de los verdaderos desafíos del futuro cercano de Europa. De toda Europa, no sólo de Italia, ni de Francia, ni de España.
