Preguntas sobre el contenido del Informe Cremades

Cremades entrega el informe a Omella. 20 de diciembre de 2023.
Cremades entrega el informe a Omella. 20 de diciembre de 2023.

Una vez leídas las 913 páginas del informe Auditoria Cremades, paso a hacer algunas consideraciones, en primer lugar de contexto, preferentemente mediático. 

Con lo que, en este largo artículo, ahorro a mis lectores la lectura del Informe Auditoría. O quizá la aliente, no lo sé.  

Al margen de la estrategia que siguió la Conferencia Episcopal para presentar el Informe, llama la atención que, por ejemplo, en periódicos como “El Mundo” quien escribió la noticia sobre el Informe fuera un periodista, Esteban Urreiztieta, que no trabaja en temas de Iglesia. Se ha dedicado al periodismo de investigación. Como dicen quienes son especialistas en esa materia, en España ése periodismo no es de investigación sino de filtraciones.

Es cierto que en la doble página de “El Mundo” incluyeron otra pieza, firmada por Olga R. Sanmartín, con la noticia del Informe de la Conferencia Episcopal, como si fuera un contrapeso.  

A quien hay que seguir, de cerca, a partir de ahora, es al diario “El País”. El informe Cremades, al menos en lo que se ha hecho público –dado que no conocemos el contenido de los apéndices, anexos y demás familia-, no parece que les vaya a dar más juego que el mero hecho de confirmar las tesis que llevan repitiendo desde hace meses, por no decir años. Muestra de ello es el editorial escrito al día siguiente de hacerse pública el Informe de la auditoría. Otra cuestión son los argumentos del editorial.

En términos generales, la impresión es que, como dijo el cardenal Omella, que no se crean, es una fuente de autoridad para el Informe Cremades –pp. 682 y 779, entre otras-, según lo que se deduce de las veces que se le cita “expliciter”, el Informe Auditoría Cremades “llega tarde” también por un cierto cansancio de materiales periodísticos previos.

Tendría que haber sido una novedad de planteamiento y de propuesta tanto para la Iglesia y la sociedad. Si lo comparamos con el del Defensor del Pueblo y con el de la CEE “Para dar luz” –por cierto, la primera parte del informe francés se titula “Hacer la luz”-  se ha desgastado por el camino, y no sólo con los problemas internos, sino con un proceso de excesiva mediatización. 

En todo este íter se ha percibido que hay mucha cocina comunicativa por parte de Cremades. Con lo que debemos sospechar que la versión de Cremades del Informe Auditoría Cremades la tendremos más adelante en los medios referidos.

Vayamos ahora a una serie de apuntes sueltos sobre el texto.

 

1.- Ya en la página 23 se lee:

“Como se explica en este capítulo cuarto, no es posible saber una cifra exacta del número de víctimas de abusos sexuales que ha habido en el seno de la Iglesia. Se han cruzado y depurado los datos procedentes de todas las fuentes conocidas: las propias publicadas por la CEE, las proporcionadas individualmente a esta Auditoría por las diócesis y las órdenes religiosas, las que nos ha hecho llegar el Dicasterio sobre la Doctrina de la Fe en relación a procedimientos abiertos contra sacerdotes, Obispos o miembros de órdenes religiosas, las que se han conocido por los medios de opinión pública, principalmente el diario El País, las proporcionadas por el Defensor del Pueblo y cualquier otra a la que hemos tenido acceso. Pero, a pesar de tan exhaustiva búsqueda, el hecho de que los criterios de cada una de esas fuentes sean diferentes, unido a la falta de datos que permitan identificar en algunos casos si son repeticiones o no, o la certeza de que hay muchas víctimas que no han denunciado y posiblemente nunca lo hagan, nos obliga a afirmar la imposibilidad de saber cuántas víctimas ha habido en los últimos 75 años de abuso sexual en el entorno de la Iglesia Católica en España”.

En la página 344 se dice: “Para esta Auditoría, desde la firma del mandato de la CEE con CCS hasta la fecha de presentación de este Informe, ha sido y es piedra angular del mismo la búsqueda y obtención de la verdad. Sin embargo, la experiencia a lo largo de estos meses de trabajo nos lleva a concluir que es imposible hablar de cifras exactas o concretas. De una parte, al clasificar de forma distinta las diversas fuentes la realidad analizada, es muy difícil cruzar los datos, pues es fácil producir duplicidades. Por otra parte, somos consciente de que decir que disponemos de las cifras exactas sería olvidar a todas aquellas víctimas que se han visto imposibilitadas de alzar la voz, o la alzaron y han quedado en el olvido porque nunca se abrió un expediente o éste fue destruido. Es por ello que este trabajo no concluirá con números, advirtiendo desde este momento que la verdad nunca podrá conocerse. No obstante, sí podemos dar unas cifras mínimas en el sentido que se apunta en el siguiente apartado”.

Comentario. Hay varias afirmaciones que se hacen en estos párrafos que son dignas de destacar. Primera, existe una pluralidad de métodos y fuentes. Si se han “cruzado y depurado” los datos, ¿no se ha conseguido un resultado adecuado? ¿El hecho de que exista esa pluralidad de métodos y fuentes impide una verificación, contrastación, comprobación para determinar el número de las víctimas y de los victimarios? ¿Es un problema de perspectiva, método o de trabajo? ¿Acaso no está reconociendo una supuesta incapacidad de las ciencias sociales? ¿La Auditoría no tendría que haber servido para aportar luz sobre este hecho?

Si no sabemos el número exacto, ¿se está legitimando la indeterminación, que se digan que son muchas, que se continúe con el discurso de los números macro frente a una realidad, en cierta media, ignota? ¿No se están legitimando así procesos de extrapolaciones estadísticas de encuestas? El hecho de que haya víctimas que no denuncien, ¿deslegitima que haya una preocupación por saber las que sí denuncian? No voy a utilizar en este sentido ejemplos del derecho penal. Da la casualidad de que el Informe “Para dar luz”, en cuestión numérica, es más preciso a la hora de hablar de denuncias desglosadas por diócesis.

2.- Página 362: “La conclusión no puede ser entonces una determinación precisa del número de víctimas y de personas presuntas victimarias que ha habido en  el entorno de la Iglesia Católica en España durante los últimos 70 años”.

Comentario. Al margen de repeticiones de estas ideas en varios momentos del texto, ¿no es esta afirmación un reconocimiento de una debilidad del trabajo?

3.- Página 360: “Aunque hablemos de 1.383 denuncias, debemos afirmar que se trata de un número de víctimas muy superior. Debe tenerse en cuenta que en muchas denuncias se habla de 2, 3, 4 y hasta 15 víctimas identificadas y en casi 300 denuncias se habla de un número indeterminado de víctimas, pues se refieren a denuncias de abusos realizados sistemáticamente por un victimario a lo largo de varios años. De esta forma, de las denuncias se deducen 1.599 a las debe añadirse que en 277 denuncias recibidas el número es “indeterminado” y en otras 180 no consta. En conclusión, de las denuncias se deducen un mínimo de 2.056 víctimas, aunque es objetivamente evidente que el número es superior. A todas esas víctimas deberían añadirse aquellas pertenecientes a grupos que no han podido denunciar, entre las que se encuentran, especialmente, los niños y niñas con discapacidad intelectual, mental o múltiple y las personas que han preferido guardar silencio o fallecieron antes de que empezaran a denunciarse los abusos”.

Comentario: ¿Es muy preciso que se incluya la referencia a grupos que no han podido denunciar cuando lo que se está contrastando son las denuncias de quienes han podido denunciar?

4.- En la página 364 se dice: “El número de víctimas es indeterminado por cuanto a las 1.598 que se deducen de las denuncias debe añadirse que en 277 denuncias recibidas el número es “indeterminado” y en otras 180 no consta. Ello implica, como antes señalamos, que de las denuncias se deducen un mínimo de 2.056 víctimas, aunque es objetivamente evidente que el número es superior”.

Comentario: ¿Pero antes no habían dicho que eran 1.599? ¿Por qué motivo ha restado una unidad? ¿Problema de errata, de no comprobación…?

5.- Página 402. En la parte en la que se recogen párrafos textuales de personas con las que se han mantenido reuniones, hay jugosas afirmaciones, incluso diría mensajes sub-liminares a los obispos. Dice un miembro de la Curia Vaticana:

Con frecuencia los Obispos españoles, que a veces se equivocan al leer el entorno institucional y político, creen que con la gestión penal del caso concreto cuando estalla, has acabado con el problema. El Derecho Penal Canónico solo se ha aplicado en el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, y para abusos de clérigos con menores y no siempre. Los medios han publicado numerosos ejemplos de sacerdotes que fueron enviados a otras comunidades, a otros países, y siguieron abusando. Muchos han pensado que algún obispo dijo a otro: te envío este sacerdote, dale una Parroquia en la selva, la Interpol lo está buscando por África, no utilices su nombre”.

Otro párrafo, página 403. Texto atribuido a “un conocido experto en asuntos públicos”:

En general el episcopado vive en una realidad paralela. La sociedad se está descristianizando día a día, pero ellos viven en su burbuja. Cuando salta el tema importante de los abusos muchos tienden a pensar que se desmorona todo. Los Obispos tienen severas dificultades en comunicar. Principalmente por ello, muchos dentro y sobre todo fuera de la Iglesia, la empiezan a percibir como un espacio no seguro. Si en mi barrio hay una parroquia, es un lugar peligroso”.  

6.- Página 346. “La información que nos ha sido facilitada por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe del Vaticano en relación con las denuncias contra sacerdotes y miembros de órdenes religiosas desde 2001 hasta la actualidad y que fue solicitada en marzo y octubre de 2023 y, finalmente, nos fue trasladada, a través de la Presidencia de la CEE, 13 de noviembre de 2023”. Ver también página 343.

Comentario: ya sabemos quién hizo posible que el Dicasterio para la Doctrina de la Fe les facilitara los datos. ¿Sólo los datos? En el resto de los informes en otros países, ¿la Congregación también facilitó los datos de los casos de esos países? 

Para más abundar, en la página 359 se lee: “Con fecha 13 de noviembre de 2023 se envió por correo electrónico a este equipo de trabajo, a través de la presidencia de la CEE, una tabla Excel con los datos obrantes en el Dicasterio para la Doctrina de la fe relacionados con los abusos sexuales cometidos en el ámbito de la Iglesia entre 2001 y 2023. El número total de denuncias recibidas asciende a 305. De esta cifra hemos detectado ciertas duplicidades que hemos procedido a eliminar. Siendo el sumatorio total de 1384 denuncias”.

Comentario: ¿Sólo es una redundancia o una repetición?

7.- Página 25: “Se han facturado un total de 275.000 Euros en honorarios profesionales de expertos, todos ellos externos a la firma. La mayor parte de ellos corresponde a la involucración de abogados internacionales en el grupo. Cremades & Calvo-Sotelo no ha repercutido honorarios profesionales, que con la tarifa horaria habitual de 200 Euros por hora de trabajo hubiesen ascendido al menos a 9’5 millones de Euros. Sí ha repercutido todos los gastos de desplazamiento, organización y costes en los que ha incurrido para atender a los profesionales internos y externos de la firma. La cantidad completa de los gastos repercutidos es de 750.000 Euros”.

Comentario: Esto para que sepan los obispos lo barato que les ha salido este trabajo.

8.- Página 230. Puestos a escribir, se escribe de todo. En referencia a la  Comisión Pontifica de Protección de Menores, se dice: “No obstante, la posterior renuncia a la Comisión de dos representantes de víctimas (Peter Saunders y Mary Collins), “frustradas por la falta de cooperación de los otros organismos de la Curia”, puso en evidencia la falta en esta última de un proyecto claro y compartido, en contra de la voluntad expresada por el Santo Padre”.

9.- Página 232. Atentos a la reproducción, en 3 páginas, del artículo de Jordi Bertomeu publicado en Vida Nueva como argumento de autoridad. 

10.- Curioso reconocimiento en la Nota 340, página 345: “Debe señalarse que el equipo de investigación del diario El País siempre se ha mostrado colaborador con el equipo que elaboró este Informe, proporcionando también toda la información complementaria que se le solicitó en las dos reuniones presenciales tenidas con ellos y, posteriormente, por escrito”.

Comentario: ¿A cambio de qué El País se ha mostrado colaborador?

11.- Muestra de que el Informe llega tarde, leamos lo que dice en la página 823: “En este sentido se recomienda que, al igual que hizo la Iglesia en Irlanda, la CEE presente una Carta pastoral dirigida a las víctimas explicando lo qué ha sucedido, pidiendo perdón y dando garantías de no repetición por adoptar medidas que eliminen las causas que lo permitieron”.

Comentario: Quizá podrían haber actualizado este párrafo.

No sigo. Lo que más me ha gustado es cuando he leído en el Informe lo siguiente: 

“Como dijo el informe de la Comisión independiente que analizó este problema en Francia, la Iglesia es una institución que está para quedarse y es del interés de todos que funcione de la manera más ejemplar posible”.

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