Los obispos sí hablan del 23J

Francisco César García Magán.
Francisco César García Magán.

Días antes de las elecciones del 28-M, a propósito de un libro que Paco Vázquez acababa de publicar, le concedió una entrevista a José Beltrán para “La Razón”. A la pregunta sobre cómo tiene que votar un cristiano este 28-M, el político católico contestó:

“En primer lugar, los obispos tienen que darnos orientaciones. El silencio de la jerarquía a este respecto es un gran error porque es interpretado como miedo. Cuando nuestros eclesiásticos callan, en el otro lado hay quien lo interpreta como temor y no interpreta el silencio como una oferta conciliadora de diálogo y acuerdo. La Iglesia, por tanto, tiene que hablar y el voto católico tiene que discernirse, ajustado a lo que ofrecen los partidos políticos, a partir de lo que Benedicto XVI llamaba los principios irrenunciables, entre los que destacan, como más importante y trascendente, el derecho a la vida, junto a la libertad religiosa y a la libertad de los padres para educar a sus hijos”.

El pasado miércoles, en la rueda de prensa posterior a la Permanente de los obispos, a monseñor García Magán le preguntaron por las próximas elecciones. Asentados ya los patrones de comportamiento mediático del obispo Secretario General, ya se sabe, comunicación no verbal, movimiento de manos, frases hechas, conectores lingüísticos, recursos de salida y entrada a temas, se vio claramente que se esperaba la respuesta, incluso que llevaba los deberes hechos.

A grandes rasgos, lo que dijo, en trascripción literal, fue esto, refiriéndose de inicio a lo que había dicho sobre la cuestión en las pasadas elecciones del 28-M:

“No iba a ver ninguna Nota –(se refiere a si se iba a publicar alguna Nota de los obispos ante las elecciones)-, ningún pronunciamiento explícito por parte de los obispos. Dimos como referencia el documento “El Dios fiel mantiene su alianza”. Hemos hablado de este tema en la Permanente, porque los obispo no vivimos encapsulados. Estamos en el día a día. Es una responsabilidad de nuestro servicio pastoral.

En primer lugar una llamada a la participación. Es importante que nuestros fieles, como todos los ciudadanos, en el ejercicio de sus derechos democráticos, participen. Participar en unas elecciones es una muestra de responsabilidad ciudadana, y de responsabilidad social. Contribución al bien común y a la sociedad, que no se acaba con depositar una papeleta cada cuatro años, ahí no se termina la democracia.

El bien común no es un lugar exclusivo de los políticos sino que es un ámbito en el que tienen que trabajar todos los ciudadanos, la salud y el desarrollo de una democracia están también en el grado de implicación que tiene la sociedad civil en el desarrollo de la gobernanza. No es sólo los controles legítimos marcados, sino la implicación de los sectores sociales en políticas es buena salud de democracia.

En ese documento que se aprobó en noviembre se les anima a los laicos a que se impliquen en la sociedad. Es un ámbito propio del laico. Los clérigos, los obispos, los sacerdotes, no tenemos que estar ahí en ese día a día. Queda a la competencia de todos ustedes.

En esa línea de un bien común compartido, no exclusivo , de todos los ciudadanos, ojalá que antes de las elecciones, se escuche a la ciudadanía. Que los partidos no tengan en cuenta sus intereses sólo a la hora de los pactos, que se integre a los agentes socales.

 

El voto es un juicio de razón práctica de los fieles en su conciencia. Confiamos en nuestros fieles, suficientemente formados y saben cuáles son las pautas de la Iglesia, ahí hay unos valores que no nos inventamos nosotros, que son constitutivos del Evangelio. Entre ellos, la defensa de la vida en todo el arco de lo que significa la vida, desde su inicio hasta su fin natural. Una defensa de la vida no nacida, de la vida final, de la vida para que se desarrolle adecuadamente, unas condiciones laborales, sanitarias, dignas, educativas dignas, y esté protegida de toda violencia, intrafamiliar, extrafamiliar, protegida cuando en el hábitat natural geográfico, dónde ha nacido, no tenga las condiciones necesarias para sobrevivir, esa persona o su familia tienen el derecho de buscar un lugar mejor para vivir. Es un derecho que tiene la persona. Protección de la vida es garantizar una adecuada libertad religiosa y de conciencia. Esa libertad en todos los ámbitos, educativa, de movimiento, que es constitutiva de nuestro ser personas.

No nos fiemos solamente de los eslóganes, entremos a analizar los programas de los partidos”.

Bueno, no hay Nota oficial de la CEE, pero sí hay declaraciones del portavoz de los obispos.

Jugosas, si queremos entrar en detalles. Apunto sólo a la utilización, que despertó una pregunta posterior, de los términos violencia intra y extra familiar, que no de violencia machista.   

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