Los obispos españoles, a Roma

Mons. Luis Argüello.
Mons. Luis Argüello.

Con la anunciada visita Ad Limina de los obispos españoles cabe la posibilidad de que algunos pasen las navidades en Roma. No sé. Lo lógico es que vengan a celebrar los días santos a sus catedrales. De hecho, Roma, en avión, no está tan lejos de España.   

A lo que vamos. Como ya anunció el obispo portavoz de todas las causas monseñor Luis Argüello en la pasada rueda de prensa, los obispos españoles visitarán al Papa Francisco entre el mes de diciembre de 2021 y enero de 2022.

Dice la nota oficial que Argüello ha anunciado que los obispos ya habían sido convocados a la visita ad limina apostolorum “antes de la pandemia”, pero que “debido a la crisis sanitaria, todas estas reuniones se suspendieron”. Ahora, “hemos recibido la invitación formal para reunirnos con el Papa Francisco y lo haremos en cuatro tandas agrupados por provincias eclesiásticas, entre el 13 diciembre 2021 y el 29 de enero 2022”.

También dijo que las reuniones tendrán “una mayor agilidad”, sin especificar qué significa esa mayor agilidad. Claro que tampoco nadie se lo preguntó.

No hay que olvidar que la última vez que los obispos españoles acudieron a Roma en una visita Ad Limina fue del 24 de febrero al 8 de marzo de 2014. Pues nada, ahora, en la diócesis, a poner en marcha la maquinaria burocrática de hacer papeles con números, estadísticas, datos que quizá algún día sirvan para los historiadores. Miles de papeles por cada diócesis que, sinceramente, en la época de Internet y de las comunicaciones globales solo sirven para engordar archivos físicos.

Pero la clave de esta visita Ad Limina, que será la que se produzca en el mandato del cardenal Omella como presidente de la Conferencia Episcopal de las nacionalidades que conforman España, es lo que el Papa les va a decir, tanto en las reuniones de las Provincias Eclesiásticas como al conjunto de los obispos. Al fin y al cabo, el interés de esta Visitas, en la época contemporánea, no es tanto lo que los obispos le dicen al Papa y a Roma sino al revés.

No viene al caso recordar ahora algunos de los sucesos acaecidos en las pasadas visitas Ad Limina. Pero sería interesante hacer un libro no solo con los textos sino con los relatos de las experiencias personales.

Claro que si se produce al final de este año, el papa hablará a un episcopado en estado de jubilación. Que no es lo mismo que a un episcopado en estado de rebelión virtual, como puede estar ocurriendo en Alemania.

Los obispos españoles acuden no solo divididos, que parece ser lo propio del episcopado español contemporáneo. Y quizá no solo del español. En cierta medida irán perplejos, por ser fino en la expresión.  Irán así por lo que está ocurriendo en el seno de la Iglesia en España, por las indicaciones que vienen de Roma, por las que dan los que se consideran intérpretes autorizados en Roma, por el papel de algunos mensajeros de Roma acreditados por ser vos quien sois, por la situación de determinadas diócesis españolas, por el estado personal de algunos obispos, por la dura realidad de lo que se vive en España. Y podíamos seguir…

 

Como todas visitas siempre son oportunas, bienvenida sea en un momento siempre de gracia para aclarar algunas ideas y algunos procesos. Y para llevarnos algunas sorpresas. Antes y después de la Visita Ad Limina.

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