Las memorias de Sistach

El arzobispo emérito de Barcelona, cardenal Luis Martínez Sistach, acaba de publicar sus memorias en la colección Testimonio, de la editorial Planeta. La misma colección en la que se han publicado, entre otras, la biografía del cardenal Rouco Varela. El título del libro del cardenal Sistach es “Un cardenal se confiesa” y está escrito a modo de conversación con el periodista Jordi Piquer.

Lo primero que uno se pregunta cuando concluye la lectura de estas memorias es la fecha de su producción. Porque sorprende que no aparezca en ellas referencias amplias al proceso de sucesión del cardenal Sistach en Barcelona, ni las obligadas a determinadas personas. Y sí, por ejemplo, una invitación reciente que le hizo el P. Ángel en la Iglesia de San Antón de Madrid.

Memorias muy amplias, de un variado y rico contenido que combina lo diacrónico con lo sincrónico, en algunas ocasiones excesivamente reiterativas.

Es indiscutible que este libro tiene un alto interés para ayudar a comprender mejor la historia reciente de la Iglesia, y a una de las figuras protagonistas de este período. Toda confesión requiere ser recibida como un don, como un regalo, máxime si ofrece datos no conocidos o aspectos no desvelados hasta ese momento que ayudan a explicar mejor acontecimientos de nuestro pasado o de nuestro presente. 

En este sentido, nos podemos encontrar con las interesantes referencias a la precipitación de proceso de división de las diócesis barcelonesas. Dice literalmente: “Porque se crearon estas dos diócesis desmembradas de la de Barcelona por el decreto de 15 de junio de 2004, sin que se hubiera preparado previamente el proyecto”. O los entresijos de la visita del Papa Benedicto XVI a Barcelona para la bendición de la Sagrada Familia; o algunos aspectos de la construcción y del esta actual de esta impresionante basílica.

Sorprende, y mucho, las constantes repeticiones a lo que el Papa Benedicto XVI dijera al periodista Peter Sheewald acerca de que España es “un país de contrastes dramáticos”. O la escasísima referencia a documentos y personas de la Conferencia Episcopal Española, de la que el cardenal Sistach ha ocupado cargos relevantes. Si no he leído mal, solo se cita un documento de este organismo, del año 1973, “La Iglesia y la comunidad política”.

Sin embargo, hay una abundante presencia de referencias a textos y nombres de la Conferencia Episcopal Tarraconense.

Y también hay algunas páginas de belleza y pasión evangelizadora, como las referidas al templo de la Sagrada Familia o a la pastoral de las grandes ciudades, junto con interesantes reflexiones sobre el laicismo y la laicidad, o aventurados juicios, -iba a escribir proféticos-, como el que dice que “por de pronto, hemos bautizado mucho y hemos evangelizado y catequizado poco. Pagamos las consecuencias. Pero seamos cautos, porque no siempre que hacemos las cosas bien obtenemos el resultado esperado en el campo de la evangelización”.

No voy a entrar en la cuestión del nacionalismo y la Iglesia, del nacionalismo catalán y la Iglesia en Cataluña y la Iglesia en España. Merecería este aspecto un artículo aparte.

 

En resumen, libro imprescindible en el que hay que leer lo que está escrito y lo que no. 


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