Magos sin teología

Tiempo de magos
Tiempo de magos

Cuando estaba preparando la maleta de las lecturas del verano, un buen amigo sacerdote me recomendó el libro de Wolfram Eilenberger “Tiempo de magos. La gran década de la filosofía 1919-1929”, editado por Taurus. Y añadió el siguiente argumento para persuadirme de su interesante lectura: “ Hasta que leí ese libro no entendí a Wittgestein”.

Es cierto. El libro, que describe diez años claves en la historia de la filosofía contemporánea, tiene como protagonistas principales a M. Heidegger, L. Wittgestein, W. Benjamin y E. Cassirer. Y a otros muchos, por cierto, Husserl, Moore, Arendt, Jaspers, Russell, Keynes…

Diez años de lo que pudiera denominarse las épocas más relevantes en la vida de estos pensadores que han marcado la cultura contemporánea. Diez años de un período de entreguerras, un tiempo paradójico y fascinante por las preguntas, también las que no se hicieron, y por las respuestas.  

Hay muchas formas de leer este libro que engancha desde la primera página. La mía ha sido la de la cuestión religiosa, tato en la vida de estos autores como en su pensamiento. Y en este sentido hay que agradecer al autor que no haya escondido ni las cuestiones sobre la existencia de Dios, la religión, el cristianismo en los citados autores, ni las haya ridiculizado. Aunque es cierto que el autor del libro no puede sustraerse a determinadas corrientes actuales.

Me perdonarán los lectores si no profundizo en los argumentos religiosos de la vida de los protagonistas del libro, ni en su pensamiento. Tan enigmáticas son las crisis de fe de Wittgestein como las relaciones con la teología de Benjamin.

Solo apuntaré, a propósito de una reciente conversación, en la que una alta personalidad eclesiástica pedía más ciencias sociales en determinados estudios de teología, que lo que necesita el pensamiento contemporáneo, desde esa época y desde esos autores, es precisamente más teología. O la teología necesita ser más teología y menos glosa de algunos de esos autores.

Ahí están, por ejemplo, las referencias a la relación de Heidegger con Bultmann y su proyecto sobre de desmitificación del cristianismo, o la pregunta por la salvación, permanente en esos pensadores y en esos pensamientos.

Por cierto, que para ratificar la tesis de la necesidad de más teología, pensemos cómo trascurrieron las vidas de los citados protagonistas en los siguientes años… También la de W. Benjamin. 

José Francisco Serrano Oceja

 
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