Los datos del IRPF

Presentación de los datos del IRPF a la Iglesia Católica.
Presentación de los datos del IRPF a la Iglesia Católica.

Tengo la sensación de que en la situación generalizada de vulnerabilidad e incertidumbre que acecha a la Iglesia en España, a nivel estructural, incluso humano, la estabilidad del sector económico, en cuanto a modelo de gestión, es una perla preciosa.

Muestra de ello son las iniciativas conducentes a generar un clima de claridad en las fuentes de ingresos y financiación, rigor y trasparencia en la gestión y comunicación adecuada del destino de los fondos. Esto ocurre en una Conferencia Episcopal que sirve como referente a las diócesis. En las diócesis la casuística es más amplia. 

El problema de la economía de la Iglesia hoy probablemente no está tanto su gestión como la mentalidad, que se aceleró con la pandemia, de la aportación de los fieles. Incluidas las rutinas.

Vayamos a lo que nos ocupa. Los ingresos del IRPF representan, según los datos facilitados esta semana, un 22% de la financiación de las diócesis. Estos datos no dependen de la generosidad del Estado, o del Gobierno, que, como se comprenderá, es cada vez menor, escasa o nula para con la Iglesia. Dependen de los ciudadanos españoles, de quienes hacen la declaración de la renta y deciden, voluntariamente y en plebiscito anual, marcar la casilla de la Iglesia.

No me extraña que, un año más, los responsables económicos del Conferencia Episcopal hayan respirado tranquilos al conocer los datos del IRPF. En este caso del ejercicio fiscal de 2021, Campaña de la Renta de 2022.

Si estábamos hablando del ejerció fiscal del 2021 se entiende que ya habíamos salido de lo más duro de la pandemia, aunque estuviéramos en lo más agudizado de los efectos primeros de la crisis económica post pandemia.

Hay un aumento nada desdeñable del número de declaraciones que marcan la casilla de la Iglesia Católica, 84.201. También hay un incremento en el dinero que llega a las arcas de la Conferencia Episcopal, un importe total asignado de 320.723.062 euros.

Sin embargo, hay que fijarse en un dato, sobre todo para ver cómo evoluciona en los siguientes ejercicios: el del tanto por ciento de las declaraciones que marcan la casilla de la Iglesia. Un tanto por ciento que ha descendido levemente en la mayoría de las Comunidades Autónomas. Que haya descendido levemente no quiere decir que el dinero que se ingrese sea menor.

Por cierto que en el análisis por Comunidades Autónomas, a la espera de ver detalladamente los de las provincias, que se corresponden con las diócesis, Cataluña, y en menor medida las provincias del País Vasco, representan una anomalía respecto al conjunto del resto de las diócesis españolas. Indicador que debe dar que pensar.

 

Tranquilidad por tanto en el capítulo del 22% de los ingresos de la Iglesia. Entiendo que intranquilidad en el Gobierno que ve cómo no puede meter mano ahí, y también cómo la sociedad española en vez de darle la espalda, económicamente, a la Iglesia se mantiene en unos márgenes aceptables.

Y expectativa respecto a las otras casillas de ingresos en las parroquias y en las diócesis. El sistema funciona, en términos generales. Quizá lo que no funciona es la mentalidad de todos a la hora de ser generosos con la Iglesia.

Aunque estoy convencido que, en lo referido al dinero en la Iglesia, aquella parroquia, grupo, organización, asociación, movimiento, etc., que lo da todo, sin esperar nada a cambio, es la que más recibe. 

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